Conductismos

Merodean por mi zona, gentes que sacan a pasear al perro, y debe ser cosa del contexto, pero aquí son perros grandes, musculosos, patizambos, bien sujetados por sus amos. Suelen llevar la brida al cuello y, cuando el can se pone nervioso o pretende enzarzarse con otro animal al pasar por la acera de enfrente, o si al tirar de la cuerda, por el peso, hace tropezar al que lo guía, la reacción suele ser siempre la misma: primero, el grito, y luego, también voceando, hostigar al can como interrogándole que dónde va, inquiriéndole que es una “mala bestia”…

De cuando Pavlov investigaba con sus perros, sabemos, que, al cabo de los años, sus observaciones concienzudas adquirieron el tamaño de afamada teoría, llamada conductismo… Luego vinieron otros… Incluso, aquellas concienzudas teorías, se convirtieron al cabo, en desarrollos metodológicos para las escuelas y el aprendizaje de los niños y niñas. Luego vinieron las reacciones de individuos que se cuestionaron que los niños y las personas no somos exactamente perros, ni ratones, ni cobayas, ni gatos, hermanos en la evolución, que somos seres humanos que podemos transformar nuestro entorno y que los procesos de enseñanza y de aprendizaje son actos comunicativos de un complejísimo nivel y entre otros menesteres, eso es lo que nos diferencia de los observados animalitos de Pavlov o Skinner…

Andamos de procesos electorales en algunas universidades y me acerco a los discursos electorales de los candidatos. No dejo de sorprenderme, ni siquiera con el paso de los años, de la monotonía y la vacuidad de los discursos preelectorales, con mayor o menor énfasis, así se trate de contentar, en la búsqueda del voto, a tal o cual departamento… “Hemos de elevar la excelencia universitaria…”, “La crisis, por todos conocida, ha de hacer que encontremos soluciones para la investigación, como la externalización presupuestaria en la búsqueda de nuevos beneficios”, “Se hace absolutamente imprescindible elevar nuestro nivel de competitividad para acercarnos al nivel de otras universidades europeas”… Siempre hay alguien que, ante tal cúmulo de palabrotas, sonríe con síntomas de aceptación… Muy probablemente, si realizas alguna inteligente observación previa y conoces a los personajes en cuestión, es muy probable que la tal sonrisa se deba a que ya tiene asegurado (en caso de victoria del candidato en cuestión) alguna prebenda y algún despacho próximo al poder.

No dejo de pensar en los amos de los canes de mi barrio, en las bridas que sujetan sus cuellos y en las teorías conductistas trasladadas mutatis mutandi a la escuela… ¿Por qué será que establezco yo estas conexiones después de los discursos de los candidatos a los rectorados universitarios? He de hacérmelo mirar…

x Gonzalo Romero*

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*Gonzalo Romero es miembro de la Asociación Cultural Candela
(Botón de muestra emitido el 13 de febrero de 2010 en El Candelero, RVK, 107.5 FM)
www.nodo50.org/candela