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Andalucía :: 17/01/2006

Cronicón de guardias civiles, drogas, hacendados sin escrúpulos e infartos colectivos

Antón Corpas
La sorpresa del abogado y la familia de Juan Martínez Galdeano, el agricultor muerto el pasado 24 de julio en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar

La sorpresa del abogado y la familia de Juan Martínez Galdeano, el agricultor muerto el pasado 24 de julio en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar, contrastan con la credulidad de la mayoría de la prensa, radio y televisión, ante el nuevo informe del Instituto de Medicina Legal de Almería, que exculpa a los guardias civiles implicados en el caso Roquetas de cualquier tipo de responsabilidad en la muerte de Galdeano.

A pesar de que el informe reconoce la existencia de heridas que hubieran inhabilitado físicamente durante siete días a la víctima, y que hubieran tardado hasta veinte días en curarse definitivamente, concluye el informe que fue el estrés causado por la ingesta de cocaína el que le provocó la muerte. Los hechos ocurrieron durante la detención, inmovilización y apalizamiento de Juan Martinez Galdeano en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar -donde entró por su propio pie y del que salió cadáver-, con la intención de trasladarle a las dependencias de la Policía Local, para someterlo a un control de alcoholemia. Eso, a pesar de que la víctima se había dirigido al cuartel para denunciar una persecución posterior a una pelea. Entre 2001 y 2004, la Coordinadora Estatal de Solidaridad con las Personas Presas, documentó 262 muertes bajo custodia, de las que 42 se produjeron en comisarías o cuarteles, 11 de ellas en dependencias de la Guardia Civil.

De los extractos que se conocen del informe, este no pone en duda las heridas causadas por hasta nueve agentes de la Guardia Civil, entre ellos el teniente identificado como J.M.R., señaladas por el informe anterior del Instituto de Medicina Legal de Granada.

Pero el dictamen conocido este fin de semana, que se encuentra en poder del abogado defensor de los agentes imputados pero que no ha llegado a manos de la familia Galdeano ni su abogado, resta importancia a las heridas y prácticamente niega cualquier relación causa efecto entre la actuación de los guardias civiles y el desenlace fatal.

De las conclusiones se desprende un alto grado de parcialidad favorable a los acusados, cuando llega a insinuar que ciertos golpes pudieron ser autoinfligidos: "los traumatismos inferidos o auto inferidos durante el forcejeo, así como el resto de circunstancias analizadas no son en modo alguno causa de la muerte. De no haber existido el consumo previo de cocaína nos encontraríamos con un cuadro lesivo externo de mayor o menor importancia, pero no se hubiese producido el fallecimiento".

A pesar de que las conclusiones se centran en un diagnóstico exculpatorio, el periodo de siete días de inhabilitación física y de veinte días hasta la cura definitiva de las heridas, da cuenta de la notable gravedad de los malos tratos inflingidos a Galdeano.

En este sentido, el informe anterior señalo la rotura del esternón con posterior asfixia, como la causa fundamental de la muerte, negó rotundamente que dicha rotura se produjera durante unas supuestas maniobras de "resucitación", y admitió "una relación de causalidad entre el fallecimiento y la situación de detención del sujeto".

A pesar de que la primera autopsia desacreditó la hipótesis que atribuyó a maniobras de reanimación la rotura del esternón, señalando que ese tipo de efectos eran habituales en personas mayores, y no en adultos de la complexión física de Galdeano, el nuevo informe, la recupera de nuevo: "dicha fractura fue producida inmediatamente después de su fallecimiento y por tanto que se debe a una maniobra de resucitación realizada aplicando una fuerza considerable sobre el pecho".

En un texto, que por lo que se conoce hasta ahora coincide punto por punto con la estrategia de defensa y la versión de los hechos del abogado de la Guardia Civil, los autores consideran que las heridas y los efectos de la porra eléctrica utilizada por el teniente, solo le provocaron "sensación de calambre y ligera o momentánea tetanización (contractura) muscular en el punto de aplicación".

Estos planteamientos coinciden con los de un informe encargado inmediatamente después de producirse los hechos, encargado por la Asociación Independiente de la Guardia Civil (ASIGC), y cuyas conclusiones ya fueron rechazadas en su momento.

Así, donde el primer informe señala "una inmovilización del sujeto, con las manos y pies fuertemente asidos y traccionados, presionando la espalda contra el suelo y apoyándose encima" provocaron la probable "restricción de movimientos en la caja torácica" y la posterior asfixia, el nuevo dictamen del Instituto de Medicina Legal de Almería, afirma el consumo de cocaína y "el ejercicio físico desencadenado por el detenido y otros factores de estrés" como los factores primordiales.

A falta de ser conocido por la familia Galdeano el documento íntegro, la absoluta contradicción entre dos informes forenses que del mismo cuerpo y las mismas heridas llegan a conclusiones adversas, será inevitable una tercera autopsia.

En este sentido, la coincidencia de estas conclusiones con la primera versión difundida por los agentes, su defensor y la ASIG, no aporta ningún dato novedoso, y la familia Galdeano ha señalado que su difusión responde al intento de "crear un estado de opinión pública". En este caso, el propio ministro del Interior, José Antonio Alonso llegó a denunciar las actitudes obstruccionistas a la investigación en el cuartel de Roquetas de Mar, al punto que para obtener la grabación de la cámara que recogió los hechos tuvo que ser extraído el disco duro de un ordenador.

No es el primer caso de una muerte en dependencias policiales que se cierra en falso y sin una condena clara de sus responsables. La muerte del ciudadano guineano Antonio Augusto Fonseca en la comisaría canaria de Arrecife sigue siendo hoy una incógnita de la que sus responsables han salido indemnes.

En un contexto de 262 muertes bajo custodia como señala la CESPP, y de absoluta falta de transparencia respecto a las denuncias de malos tratos o torturas en cárceles y dependencias policiales, y a la espera de la respuesta de la familia Galdeano, la nueva deriva del Caso Roquetas, no arroja buenos augurios.


Ficción y realidad

La noticia en algunos medios

El Semanal Digital.- Según una información difundida por la COPE, el informe forense definitivo sobre la muerte de Martínez Galdeano afirma que la "causa fundamental" de su muerte fue "una reacción adversa por el consumo previo de cocaína."

A esta ingestión de drogas "efecto primordial y fundamental se han sumado en menor medida otros factores concasuales", entre los que destacan los forenses "el ejercicio físico desencadenado por el detenido y otros factores de estrés".

Según recoge este documento elaborado por el Instituto de Medicina Legal de Almería la rotura del esternón fue causa de las maniobras de reanimación y la porra eléctrica usada por los agentes sólo le produjo "sensación de calambre."

El informe concluye asegurando que "las lesiones presentadas en caso de no haber fallecido, habrían curado mediante reposo y la aplicación de curas locales y medicación analgésica anti inflamatoria local y general." Los forenses almerienses han querido hacer hincapié en que "los traumatismos inferidos" no fueron causa de la muerte y que ésta no se hubiera producido de no haber ingerido Martínez Galdeano cocaína.

El País (perdido en un breve en página 20/España) J. A. R. - Madrid.- El informe forense entregado ayer a la juez que investiga la muerte del agricultor Juan Martínez Galdeano, el 24 de julio en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería), concluye que la "causa fundamental del fallecimiento fue la reacción adversa al consumo previo de drogas de abuso" por el agricultor, lo que le generó "efectos cardiotóxicos", que devinieron en un síndrome de muerte súbita por asfixia, coadyuvado por el estrés causado por su inmovilización y los golpes.

Curiosísima historia de un malestar de corazones no nacido de la tristeza

¿Así es que quieren formar un sindicato?

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Así trabajaríamos más contentos.

¡Ajá! ¿Y cuántos están de acuerdo?

Hay varios, patrón.

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Doce, patrón.

No es mala idea. Júntalos y búscame. Quiero hablarles a todos.

...

Mira, Felix, para que no sufras te diré de una vez que yo no me opongo al sindicato... No, no me opongo; por el contrario, los felicito. Yo quiero que la hacienda progrese y cambie. ¡Vamos a celebrarlo!

...

Para escapar a los remolinos del delirio se zamparon de un trago las copas. Don Migdonio mandó rebosárselas de nuevo. Vaciaron la segunda copa.

...

Algo me ha caído mal -susurró Madera, lívido, torciéndose sobre el vientre. Fue el primero en derrumbarse. Rodaron otros tres fulminados y los demás envueltos en un agónico retorcimiento de tripas.

...

Quince minutos después, desencajadas cuadrillas los sacaron con los pies para adelante y las retorcidas caras mal ocultas por sus ponchos. La plaza se agrietó de alaridos, pero los deudos no tuvieron ni tiempo de llorarlos.

...

Los sacaron a las doce. A las doce y media uno de los mayordomos salió al galope por el otro rumbo. Cinco días después colocó el siguiente telegrama: “Doctor Montenegro, Juez Primera Instancia, Yanauanca: Atentamente comunícole la muerte quince peones hacienda El Estribo debido infarto colectivo. Migdonio de la Torre”.

¡Cojones!- dijo el doctor Montenegro.

Capítulo 15. Redoble por Rancas. Manuel Scorza [escritor revolucionario peruano]

ado por Antonio Maira

Más información sobre Guardia Civil y tortura

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