Del “Noviembre Nacional” a los pogromos de Torre Pacheco


Durante la noche del domingo 13 de julio, alrededor de las 23:00, una turba de hombres vestidos de negro, cubiertos por cascos de moto y armados con bates de béisbol, asaltaban un establecimiento de Kebab en Torre Pacheco, destrozándolo por completo. La analogía con lo ocurrido el 9 de noviembre de 1938, cuando el Partido Nazi instigó, con la connivencia de las fuerzas de orden público, a los linchamientos contra la población judía -la Noche de los Cristales Rotos- se explica por sí misma.
Los ataques indiscriminados contra la población magrebí, provocados por fascistas venidos de todo el territorio español, se multiplican y el miedo se extiende entre los vecinos del pueblo: estamos ante uno de los mayores pogromos racistas de la historia reciente de España. Y a diferencia de episodios similares en el pasado, como los de Ca n'Anglada en Terrassa en 1999 y El Ejido en 2000, con una participación mucho más activa por parte de la ultraderecha.
Mucho se está escribiendo -y mucho se escribirá- sobre lo sucedido estos días en Torre Pacheco. Evidentemente, la mayor parte de la atención mediática la atraen los enfrentamientos callejeros y la violencia fascista, el "tema de la inmigración", la cuestión de la "inseguridad" y los continuos rifirrafes parlamentarios entre PSOE, Partido Popular, Vox y la socialdemocracia populista. El objetivo de este artículo es más modesto. En él ofreceremos una interpretación -y en tanto que interpretación, es discutible- sobre cómo obedece esto a lo que llamaremos "estrategia de seguridad inducida"; una estrategia que Vox está tratando de poner en práctica en "colaboración" con el neofascismo callejero después de haberla ensayado inicialmente durante el llamado "Noviembre Nacional".
Por "seguridad inducida" nos referimos, tomando prestada la idea de Jean-Yves Camus y Nicolas Lebourg, a la estrategia mediante la cual la derecha radical introduce en la agenda mediática, a través de campañas de desinformación, cuestiones polémicas que aspiran a desembocar en ciclos de actos violentos por parte de elementos fascistas[1].
De esta manera, cuando los enfrentamientos violentos se desencadenan, la derecha radical institucional se presenta como la única capaz de pacificar a esos elementos violentos, como la única opción de garantizar el orden y la seguridad. Esta estrategia, en realidad, no es tan novedosa. Por citar un ejemplo, salvemos por un instante las distancias históricas, la situación cuasi revolucionaria de la Italia de 1919-1920, y también la magnitud y la persistencia de la violencia fascista. Si se mira bien se observará cómo los squadristi de Mussolini empleaban métodos no tan diferentes: sembraban el terror y la violencia política contra las organizaciones obreras, socialistas y comunistas -los "enemigos de la nación"-, desatando la indignación entre la bien pensante opinión pública liberal, y cuando los sindicatos respondían con huelgas o los Arditi del Popolo se defendían legítimamente, señalaban la ingobernabilidad de Italia presentándose como la única alternativa de orden y seguridad frente a los "rojos", pero también como la única capaz de pacificar en las filas fascistas a los elementos incontrolables[2].
¿Se aplica esto, grosso modo, a lo sucedido en Torre Pacheco? Para comprobarlo es necesario hacer una breve reconstrucción de los hechos. En primer lugar, se produce una miserable agresión a un anciano -cuyos hechos y culpables, en el momento en el que se escriben estas líneas, tan solo están comenzando a esclarecerse- y comienza una campaña de desinformación en connivencia con los medios de comunicación propios y ajenos para crear un clima de inseguridad contra el proletariado migrante. A continuación, desde sus medios de comunicación (HerQles, Estado de Alarma, El Toro TV, etc) y organizaciones pantalla (fundamentalmente Revuelta, liderada por el abiertamente fascista Pablo González Gasca[3]), se alienta a todos los grupos neofascistas -Núcleo Nacional, Frente Obrero, Falange, Desokupa- a "limpiar" Torre Pacheco de inmigrantes y a tomarse la justicia por su mano. Desde luego, hay que matizar que Vox no ha sido la única formación de ultraderecha que ha alentado a los pogromos: políticos como Alvise Pérez o la plataforma europea DeportThemNow -vinculada a otras campañas antiinmigración de Vox- han estado desplegando una intensa campaña de agitación racista en redes sociales, especialmente a través de sus canales de Telegram[4].
Llegados a este punto, detengámonos un instante para avanzar la siguiente hipótesis: lo que Vox está empezando a poner en práctica es potenciar, a través de su colaboración con grupos neofascistas, un "brazo auxiliar" encargado de hacer el "trabajo sucio", es decir, de potenciar a través de la violencia -hoy contra los inmigrantes, mañana contra los rojos, etc.- como praxis política el objetivo de la ultraderecha: transformar, en un contexto de crisis, la inseguridad económica en inseguridad cultural. Cabe matizar, no obstante, que con "brazo auxiliar" no nos referimos tanto a una vinculación orgánica de esos grupos neofascistas con Vox, que también puede darse, sino más bien a la instrumentalización activa de los primeros por parte del segundo dentro de su estrategia de "seguridad inducida".
Una alianza que, como ya hemos avanzado, comenzó a fraguarse en las protestas ultraderechistas de Ferraz en noviembre de 2023 contra el pacto de investidura entre PSOE, ERC y Junts, el cual incluía una proposición de lo que más tarde sería la Ley de Amnistía. Se trataba del denominado "Noviembre Nacional": el primer episodio de protestas violentas de extrema derecha a gran escala que tenía lugar en España en décadas. A través de Revuelta, una plataforma pantalla que pretende presentarse en el universo ultraderechista patrio como una organización juvenil independiente de corte nacionalista, Vox empezó a instigar a la protesta violenta contra las sedes del PSOE, contando con la participación de organizaciones neofascistas como Democracia Nacional, Falange, Facta, Desokupa, Devenir Europeo, España 2000 y diferentes grupos ultras de extrema derecha como Ultra Sur[5]. Poco después surgiría Núcleo Nacional -que recuperaba las siglas, NN, del "Noviembre Nacional"-, un grupo neonazi que, haciendo un llamamiento público a la necesidad de una "política de defensa activa" (es decir, de pasar directamente a la acción violenta callejera) junto con los grupos anteriormente mencionados y el Frente Obrero, aspiraba a convertirse en el campeón de los fascismos españoles[6]. No olvidemos a este respecto que Núcleo Nacional mantiene vínculos políticos con Vox[7]. De aquellos polvos, estos lodos.
Regresemos, sin embargo, a los sucesos de Torre Pacheco. En la misma semana en la que se iniciaban los disturbios, Rocío de Meer, portavoz nacional de Vox de Emergencia Demográfica, anunciaba la "necesidad" de deportación de 8 millones de personas en pos de "nuestro derecho a sobrevivir como pueblo", asumiendo así la consigna con la que Falange se manifestaba el pasado 23 de mayo: "remigración"[8]. En un verano tórrido en el que cada vez menos familias trabajadoras pueden permitirse irse de vacaciones, en medio de los escándalos de corrupción en el seno del PSOE, de la ineptitud de sus socios de gobierno, y de la creciente carestía de la vida, Vox desvía el creciente agravio social de amplias capas de la población hacia sus chivos expiatorios: los inmigrantes. Y de esta manera, consigue vincular el empobrecimiento de la clase trabajadora y los procesos de proletarización y descomposición de las clases medias a una supuesta decadencia de la nación y de la civilización occidental. Ahora bien: cuando Vox anuncia la "necesidad" de deportación de 8 millones de personas, ni ellos mismos se creen estas tonterías. La estructura económica española y la burguesía nacional (agrícola, de la construcción, del turismo, de la industria cárnica, de la logística y servicios, de la industria de los cuidados, etc) necesita desesperadamente mano de obra sobreexplotada y sin derechos políticos. Necesitan de trabajadores en una situación de exclusión estructural, amedrentados por la Ley de Extranjería y por una permanente condición de facto de apartheid legal y social. No en vano, según estimaciones recientes del Banco de España, del crecimiento del PIB entre 2022 y 2024 un 25% se debió a la incorporación de mano de obra de origen extranjero[9]. Por el contrario, este tipo de anuncios, acompañados de episodios de colaboracionismo con grupos neofascistas, lo que sí que persiguen es desplazar todavía más la ventana de Overton, haciendo justificable y de sentido común -socialmente aceptable- una mayor "mano dura" contra el proletariado migrante, perpetuando su condición de subordinación.
En este contexto, tanto Vox como los diferentes grupos neofascistas llevaban semanas buscando su particular Torre Pacheco. Desde las protestas organizadas por Núcleo Nacional en un centro de acogida de menores extranjeros no acompañados en Hortaleza -de donde salieron escaldados por los antifascistas locales-, hasta los ataques racistas en Alcalá de Henares después de la presunta violación de una chica por un hombre maliense, pasando por las protestas contra otro centro de menores en la localidad navarra de Marcilla[10]. Como en Torre Pacheco, en su mayoría se tratan de casos donde la falta de recursos de la administración a la hora de atender a los menores extranjeros no acompañados desembocan en conflictos aislados entre estos y la población local ante los que Vox ha respondido manifestaciones ultraderechistas que aspiraban a convertirse en pogromos. En ninguno de los casos se llegó, sin embargo, hasta tal punto de lo vivido en la última semana en la localidad murciana.
En esta tesitura, ante la indiscriminada violencia fascista contra los inmigrantes, como es evidente, la comunidad magrebí de Torre Pacheco se ha defendido (legítimamente) y ha respondido con más violencia. De esta forma, ya tenemos lo perseguido: inseguridad inducida, ante la cual Abascal, sin condenar la violencia fascista, responsabiliza al bipartidismo de los disturbios culpándoles de la "importación de delincuencia" y de "todas las violencias", exigiendo "dimisiones y deportaciones inmediatas"[11]. Vox, al tiempo que "condena" toda violencia, se presenta como "única opción" capaz de prevenir una situación de "guerra civil", de "pacificar" a los elementos más "incontrolables" a través de medidas que ya no parecen tan fuera de lugar: "remigración", deportaciones masivas pero ordenadas... Javier Martínez Onsalo, dirigente de las juventudes de Vox en Murcia lo expresaba de modo similar a través de un vídeo que subía a sus redes: si bien la violencia fascista podía ser rechazable, la única alternativa "civilizada" de "pacificación" de los grupos más extremistas era Vox y su propuesta de deportaciones masivas[12].
Hace unos meses, con Ismael Seijo concluíamos en un artículo escrito para SinPermiso sobre el auge reaccionario en Europa con estas líneas:
Poco a poco, las fuerzas de ultraderecha se van mostrando a los ojos de la oligarquía, por así decirlo, como el último jugador de la partida capaz de poner orden en el caos político que asola las democracias capitalistas, el único capaz de gozar de la legitimidad para introducir las reformas autoritarias necesarias para sostener los imperativos de la acumulación[13].
Esta es la cuestión. El verdadero peligro hoy en día, más allá de la violencia callejera, no son tanto los neofascistas: es cómo la derecha radical (Vox) los instrumentaliza para erigirse como última opción de orden, como la única capaz de llevar hasta sus últimas consecuencias el devenir autoritario del Estado -apuntalado desde hace décadas por el conjunto de fuerzas burguesas, desde los conservadores hasta la socialdemocracia- en un contexto de crisis capitalista. He ahí donde se sitúa la estrategia de "seguridad inducida" de la derecha radical. Y si bien no hay que negar que pueden darse conflictos -sean o no de carácter cultural-, la solución no pasa ni por moralizar ni criminalizar al proletariado migrante, cuya situación de miseria, sobreexplotación y falta de derechos queda sepultada.
No en vano, semana tras semana asistimos a noticias que pasan desapercibidas en este sentido: un nuevo trabajador migrante muere por un golpe de calor en Fraga recogiendo fruta, más de 15.000 empleos en fraude en la provincia de Huelva (en buena medida mujeres de origen marroquí), la Guardia Civil de Huesca detiene a cuatro personas por trata de seres humanos (la mayoría de nacionalidad senegalesa y pakistaní) para explotación ilegal, liberan a tres víctimas (de origen extranjero) de explotación laboral en Villanueva del Río Segura (Murcia)... Y podríamos seguir así durante horas.
Mientras, los capitalistas, verdaderos responsables de la explotación y del creciente empobrecimiento de la clase trabajadora, nativa o no, salen indemnes de todo esto. Por el contrario, la única solución pasa por la unidad de clase frente a los explotadores, independientemente de los partidos de la burguesía e independientemente de la nacionalidad, etnia y origen de cada uno de nosotros.
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Notas
[1] Camus, Jean-Yves y Lebourg, Nicolas. (2020). Las extremas derechas en Europa. Nacionalismo, populismo y xenofobia. Madrid: Clave Intelectual, pp. 303.
[2] Véase el clásico de Tasca, Angelo (1968). El nacimiento del fascismo. Barcelona: Ariel.
[3] Véase la vinculación de Gasca con grupos neofascistas en Cuesta, Román (23 de abril de 2025). Pablo González Gasca, responsable de marketing digital de Vox y uno de los promotores de Núcleo Nacional. Diario Red.
[4] González, Miguel (15 de julio de 2025). Los vínculos de Vox con la plataforma europea de extrema derecha que llama a 'cazar' magrebíes en Torre Pacheco. El País.
[5] López, Víctor (7 de noviembre de 2024). Los ultras vuelven a Ferraz un año después de las protestas con grietas, luchas internas y más fuerza política que social. Diario Público.
[6] Véase el llamamiento aquí: https://www.youtube.com/watch?v=UZr5Fw6zWH0
[7] Cuesta, Román (19 de abril de 2025). Núcleo Nacional, ¿un chiringuito de la familia Rico? Diario Red.
[8] Delgado, Diego (27 de mayo de 2025). Remigración: Vox se suma al resurgir neonazi en Europa. Ctxt.
[9] Cuadrado, Pilar y Ana Regil. (2025). "Una estimación de la contribución de la población extranjera en España al crecimiento del PIB per cápita en el período 2022-2024". Boletín Económico - Banco de España, 2025/T2, 10
[10] Sobre Hortaleza, véase Diario Socialista (5 de junio de 2025). Convocan una protesta contra el racismo en Hortaleza tras injerencias fascistas. Diario Socialista. Disponible en: https://diariosocialista.net/2025/06/05/convocan-una-protesta-contra-el-racismo-en-hortaleza-tras-injerencias-fascistas/. Acerca de los hechos ocurridos en Alcalá véase Martínez, Guillermo (15 de julio de 2025). Alcalá de Henares aprueba pedir el cierre del centro de migrantes pese a las protestas de vecinos: "Cierre al odio". ElDiario.es. Disponible en: https://www.eldiario.es/madrid/alcala-henares-aprueba-pedir-cierre-centro-migrantes-pese-protestas-vecinos-cierre-odio_1_12466205.html. Y para una lectura de lo transcurrido en Marcilla, véase Kañamares, Imanol. Marcilla: atajar el problema o perpetuarlo. Gedar.
[11] La respuesta de Abascal se puede ver aquí: https://x.com/Santi_ABASCAL/status/1943996646880096419
[12] El vídeo se puede ver aquí: https://x.com/javionsalo/status/1944142215502008774
[13] Gómez, Lorién y Seijo, Ismael (29 de marzo de 2025). Líneas de fractura en la política europea: el auge reaccionario y la sombra del fascismo histórico. SinPermiso.
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