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Pensamiento :: 27/07/2006

Edgardo Lander: "El Neoliberalismo ha triunfado como contrarrevolución del capital"

Yásser Gómez
El Neoliberalismo ha logrado una liberalización del comercio internacional de manera acelerada, una desregulación en el terreno ambiental, un debilitamiento -en todo el planeta- de la capacidad de fuerza organizativa de los movimientos sindicales, una situación de reversión y deterioro de lo que fueron las conquistas de las leyes laborales, introduciendo mecanismos de flexibilidad que hacen aumentar la explotación

Edgardo Lander, sociólogo, ensayista, profesor de la Universidad Central de Venezuela, estuvo en Lima con motivo de la reunión del Consejo Hemisférico. Además participó en el conversatorio: Escenarios y procesos de cambio en las Américas, luego de la cual nos concedió la siguiente entrevista. (...)

- Venezuela ya forma parte del MERCOSUR. De manera aparente se ha fortalecido un eje anti-EEUU. Sin embargo, en su disertación de esta noche, usted advierte, que los discursos radicales de algunos presidentes son sospechosos, porque sus gobiernos dejan intacto el modelo neoliberal...

- No creo que el MERCOSUR este de antemano definido en su posibilidad de desarrollo a futuro, más bien veo la integración de economías desintegradas, la integración de economías que están untadas sobre lo que dejó el Neoliberalismo. Economías como la brasileña, cuya dinámica expansiva es, fundamentalmente de concentración de la renta, de exportación, una dinámica de fortalecimiento del sector financiero. Una dinámica que no ha alterado en forma significativa los procesos de concentración de la renta, que fue el producto principal de la experiencia neoliberal.

Si no hay transformación en estas sociedades, que apunten hacia una redistribución del ingreso, hacia la generación del mercado interno, hacia articulaciones productivas que permitan complementariedades entre las diferentes economías del continente, en realidad podremos tener un modelo de integración que pueda tener retórica de autonomía, de ser latinoamericana, de ser del sur, de tener dimensiones geopolíticas, pero que, desde el punto de vista de los procesos productivos, termine repitiendo y consolidando los patrones neoliberales. No digo que necesariamente tenga que ocurrir, pero eso lo estoy viendo, específicamente en el caso brasileño.

- Con Colombia y Perú que han firmado el TLC, el supuesto retorno de Chile y el antichavismo del neoliberal Alan García Pérez quien obedece órdenes de Washington ¿Cómo aprecia el futuro de la Comunidad Andina de Naciones (CAN)?

- Para qué sirve la CAN, desde el punto de vista geopolítico y en relación a los EEUU, depende de los procesos políticos. La situación boliviana y ecuatoriana hacen difícil prever que haya la posibilidad de que los cuatro países de la CAN puedan formar parte de un bloque político en alianza con los EEUU. De estos cuatro países, el único donde uno puede ver una consolidación política electoral significativa, de una orientación neoliberal y de alianza expresa con EEUU, es el gobierno de Alvaro Uribe en Colombia. Ni siquiera en el caso de Perú uno puede decir que eso sea una cosa consolidada, fuerte, que cuente con consenso social, que cuente con estabilidad en el tiempo.

Creo que la victoria de Alan García es de momento expresión de una división que sigue siendo profunda en la sociedad peruana. Pero en la medida que García mantenga orientaciones neoliberales, la reacción de resistencia, de descontento de la sociedad peruana va a seguir en aumento, y creo que no va a ser un gobierno de estabilidad, de hegemonía. No pasará demasiado tiempo antes de que los niveles de popularidad comiencen a aproximarse a los del presidente saliente.

- Es conocido el sesgo clasista de los opositores al chavismo en Venezuela. Pero usted lo termina por definir como una oposición colonial-racista ¿Cómo se muestra esto?

- La sociedad venezolana, como todas las sociedades de América Latina, es una sociedad que está construida sobre la base de la exclusión, de la jerarquización racista de la sociedad, sobre conceptos originarios de pureza de sangre. Sobre concepciones que establecen, como tanto insiste Aníbal Quijano, una jerarquización de la población, de los habitantes de los territorios, en términos de supuestas diferencias raciales, en la construcción racial de la diferencia que legitima las diferencias sociales y las modalidades de la explotación, de la esclavitud. Esa visión excluyente, racializada, jerarquizada, permanece como una dimensión del tejido social de las sociedades de América Latina.

En Venezuela durante mucho tiempo había la fantasía de que era un país democrático, tolerante, donde no había racismo. Y es paradójico que justamente en el momento cuando se produce esta especie de irrupción de los sectores sociales populares, de los de abajo, los sectores medios y altos sienten amenazados su control sobre el país, y en ese momento emerge con fuerza un imaginario racista, que siempre estuvo, pero como vergonzoso. En Venezuela era un racismo de comentarios privados, como de chiste, era feo el racismo público, ahora no. Como parte de este rechazo a las formas, así como hace presencia lo popular, se hace presente el racismo, inclusive las descalificaciones al propio presidente Chávez tienen un fuerte contenido racista.

- ¿Hasta donde cree que pueda ser capaz George W. Bush en su intento por sacar a Hugo Chávez del poder?

- Eso depende de las dinámicas políticas internas de los EEUU, que obviamente son dinámicas en movimiento...

- Sobre todo ahora que han descubierto que Venezuela tendría las mayores reservas petroleras del mundo...

- Sí, las reservas petroleras de las fajas del Orinoco fueron durante mucho tiempo calificadas como una cosa diferente a petróleo, como un litumen pesado y no entraba dentro de los cálculos globales de reservas petroleras. Pero ya existen disponibilidades tecnológicas que permita la explotación de ese tipo de petróleo pesado, que se puede extraer y está calculado que las reservas son mayores incluso que las de Arabia Saudita. Entonces, esto, obviamente coloca a Venezuela en un centro geopolítico, extraordinariamente importante para una economía como la de EEUU que sigue en un crecimiento de demanda desbocada de hidrocarburos, energía y minerales.

En relación a lo que pueda hacer el gobierno de Bush, la situación política de EEUU está llena de tensiones. Los cálculos que el grupo de poder que rodea a Bush hacían de lo que iba a pasar en Irak, era simplemente entrar e imponer su orden, y en un par de años tener el control total de la situación, y eso obviamente no ha sido así. Nos encontramos con que hay un rechazo mayoritario de la población estadounidense a la guerra, creen que ha sido un error. Los costos que la guerra está teniendo, tanto del punto de vista de muertos, del impacto en la opinión global, que, sobre los EEUU tiene el inmenso gasto financiero y las implicaciones en el presupuesto de políticas sociales, están teniendo consecuencias. Que con toda seguridad se van a manifestar, entre otras cosas, en una derrota importante del Partido Republicano en las elecciones de medio periodo, que se realizarán a finales de este año.

Las dificultades que está teniendo EEUU en la actualidad para imponer a sus llamados aliados y a la comunidad internacional sus políticas en relación a Irán o Corea del Norte, demuestran que Bush no la tiene tan fácil, por eso lo de Venezuela lo veo complicado como intervención directa, militar, de esa dimensión. Sin embargo, esta semana [por la semana pasada] salió en la prensa una decisión del gobierno norteamericano de hacer un financiamiento de ochenta millones de dólares para la "oposición" en Cuba. Y dentro de la declaración de este programa, de lo que ellos denominan el proceso de transición en la sociedad cubana, Condoleezza Rice ha advertido que el gobierno de EEUU no permitirá la injerencia de terceros países en la voluntad del pueblo cubano. Y ese tercer país es, obviamente, Venezuela. También por la vía del ataque a Cuba, de la subversión al proceso cubano, el gobierno de Bush está, como por carambola, avanzando en sus amenazas a la estabilidad del gobierno venezolano.

- Cuando en toda Latinoamérica la mayoría de analistas predice la derrota del Neoliberalismo, usted lo rechaza y asegura que este ha triunfado ¿A qué se refiere?

- Si uno piensa que el Neoliberalismo es una política económica como el Consenso de Washington, uno puede decir que esta política económica ya se ha agotado. Inclusive el propio Banco Mundial produce informes donde dice que hay que repensar cómo abordar el tema de la exclusión y la desigualdad.

Pero creo, que al Neoliberalismo no hay que entenderlo sólo como una política económica, por supuesto que tiene su dimensión de política económica, pero lo que ha ocurrido desde la década de los setenta en adelante, es que el Neoliberalismo ha triunfado como contrarrevolución del capital, de reversión de las conquistas democráticas que habían ocurrido en el planeta por muchas vías. Fue una visión de conjunto de una recuperación del poderío en términos económicos, políticos, militares, fue el colapso del mundo soviético, fue la derrota de gobiernos y movimientos populares en muchas partes del sur, de los cuales el caso emblemático fue el de la Unidad Popular en Chile.

Y uno se pregunta si el Neoliberalismo tuvo éxito. Por ejemplo en tasas de crecimiento global, que antes de las reformas neoliberales eran mayores. Entonces, desde el punto de vista del crecimiento no fue exitoso, pero si uno ve los procesos de concentración de la riqueza y del poder monoimperial de los EEUU, con el proceso de concentración de la riqueza entre el resto y al interior de los países, el éxito del Neoliberalismo fue extraordinariamente potente.

El Neoliberalismo ha logrado una liberalización del comercio internacional de manera acelerada, una desregulación en el terreno ambiental, un debilitamiento -en todo el planeta- de la capacidad de fuerza organizativa de los movimientos sindicales, una situación de reversión y deterioro de lo que fueron las conquistas de las leyes laborales, introduciendo mecanismos de flexibilidad que hacen aumentar la explotación. El Neoliberalismo ha creado unas situaciones de competencia hacia abajo, en términos de los salarios lo más bajos posible como condición de explotación y competitividad en la economía internacional.

Todas estas son las transformaciones estructurales en los cuales el Neoliberalismo tuvo éxito. Entonces es en esas nuevas condiciones de la sociedad, que fue de alguna manera como rediseñada por el Neoliberalismo, pero rediseñada en términos inclusive de imaginarios de subjetividades, el tejido social fue alterado, se avanzó muchísimo en la construcción del imaginario más individualista, mas competitivo. Un imaginario más consumista, que cada quien se las arregle por su lado, estas son alteraciones culturales profundas. Por eso el Neoliberalismo no es algo que ya pasó, sino es algo que está vivo.

Revista Mariátegui. http://mariategui.blogspot.com

 

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