ePub
pdf
El 15M en Asturias
Seguramente lo más destacable ha sido, no sólo y no tanto el elevado número de manifestantes, sino la diversidad de los participantes, personas de todas las edades y condición desfilaron por las calles de Avilés. Una evidencia de que los indignados, y la indignación, no está limitada a la ocupación de las plazas simbólicas de cada ciudad.
Y tan importante como fue la propia manifestación lo es ahora cómo gestionar su continuidad, la continuidad del movimiento del 11M y su esencia. Supongo que habrá que renovar y actualizar los contenidos, las metas y el calendario. Un reto y un paso que no parece fácil. Las experiencias, y los expertos, irán surgiendo y madurando entre los acampados, entre todos sabrán entonces cómo y todos decidirán hacia donde. Supongo también que no habrá recetas, ni fórmulas, ni consejos válidos. Puede que Machado vuelva a estar presente si lo recordamos cuando dice: "se hace camino al andar". Y no queda otra, si los actuales caminos no son válidos.
De momento parece que el acuerdo de los indignados (sublevados, diría yo) en Asturias es ir levantando la ocupación de las plazas a largo de la semana y mantener después, en el lugar de las acampadas, un puesto permanente de información. No parece ser mala idea.
También algo se mueve respecto a las movilizaciones en la fecha y hora del cambio de gobierno en los ayuntamientos y en el gobierno asturiano, previsto todo ello para dentro unos días.
En definitiva, la primera victoria, que no es pequeña, es el desconcierto que el movimiento 15M ha creado en el seno de todo el "sistema", en los políticos y sus partidos y en las organizaciones del sistema en general. Ni saben qué hacer ni cómo tomárselo. Con toda probabilidad pasarán a la acción, a la suya, a la única que saben y conocen: utilizarán la razón de la fuerza.
En este despiste generalizado no podía faltar el de los medios de comunicación del poder. En la tarde noche de la manifestación del domingo, ninguna reseña en las ediciones digitales de los medios regionales, salvo El Comercio que sí publicó algo, poco, pero un par de horas después lo descolgó. En las ediciones impresas de la mañana no han tenido más remedio que ir algo más allá, su credibilidad está en juego y, por otra parte, piensan que bueno será retomar la noticia para, dándole la forma conveniente, hacerse con la situación.
Las declaraciones de las autoridades políticas brillan por su ausencia, no dicen ni palabra. Qué decir cuando la situación además de ser pésima no hace más que empeorar cada día. Y no es que no sepan qué decir sino que nada tienen que ofrecer que no sea "promocionar" la crisis que es lo que han hecho hasta ahora.
