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Estado español, AntiMúsica, Nacionales PP.Catalans :: 02/08/2025

El costo de la neutralidad pop: ¿mejor no hablar de ciertas cosas?

Camila Alfie
Rosalía intentó explicar por qué no se posicionó públicamente sobre el genocidio en Palestina :: ¿Es Rosalía como nosotrxs?

Esta semana, la cantante Rosalía estuvo en el centro del huracán mediático, y posiblemente no fue por las razones que hubiese elegido. El icónico, esquivo, controvertido y premiado diseñador mallorquín Miguel Adrover, reconocido no solo por sus diseños, sino por sus posicionamientos políticos, hizo pública una serie de correos donde expuso por qué se negó a diseñarle un vestuario a la catalana.

"Lo sentimos, pero Miguel no trabaja con ningún artista que públicamente no haya mostrado su apoyo a Palestina", le escribió alguien del equipo del diseñador al team de estilistas de la Motomami. "Haciendo lo correcto. El silencio es complicidad y más aún cuando tienes un gran altavoz que millones de personas escuchan cuando cantas. Es por eso que tienes la responsabilidad de usar este poder para denunciar este genocidio. Rosalía, esto no es nada personal. Te admiro por todo tu talento y por todo lo que has logrado", comentó Adrover en ese post.

Este exposé de mails privados sin autorización previa hizo que a más de uno levante las cejas. A su vez, varios fans de la diva pop denunciaron en redes que su gesto provocador era, más bien, una movida de prensa para llamar la atención hacia su persona, en vista del estreno del documental sobre su enigmática carrera, "The Designer is Dead", producido por C.Tangana (el ex del mal de Rosalía) que, justamente, se va a estrenar hoy mismo.

Sin embargo, más allá de las elucubraciones y sospechas -válidas- sobre los posibles motivos ocultos del diseñador, la pelota pasó inmediatamente a la cancha de Rosalía, ya que durante varias horas se especuló acerca de cuál podría ser su respuesta. El silencio no era opción: las palabras de Adrover se hicieron virales al instante y, dentro del fandom de la diva, se generó un clima de desconcierto y expectación.

Finalmente, la cantante hizo su comunicado a través de historias de Instagram, que ya no están disponibles y no interfieren con su muro aesthetic, donde comparte sus colaboraciones con diseñadores de alta costura e instantáneas de su vida como estrella pop de escala global.

El comunicado de Rosalía, expuesto en historias de Instagram, respondiendo a las acusaciones del diseñador mallorquín.

Rosi tenía razón. Sus palabras dejaron gusto a poco, sobre todo por la tibieza con la que se refirió al genocidio palestino: una solución final televisada que parece inspirada en el tercer reich, perpetuada por el régimen israelí, con la complicidad de EEUU y el beneplácito de los Estados europeos guardianes de los valores civiles occidentales. Un crimen de lesa humanidad que devuelve imágenes que resuenan a un Auschwitz a cielo abierto; que incluye el uso del hambre de un pueblo como arma de guerra, y miles de civiles encerrados en jaulas siendo acribillados, mientras buscan desesperadamente alimento para sus familias. Un plan sistemático colonizador que ya no disimula su naturaleza: "limpiar el terreno" para el posterior desarrollo inmobiliario en la franja de Gaza, como ya anunció Trump en un video donde imagina este lugar como la locación de su próximo 'resort' de lujo estilo Mar-a-Lago.

Que Rosalía compare pronunciarse en sus redes a favor de la liberación palestina con un "estilo alineado" a "expectativas ajenas", como si fuese algo meramente estético, y que se refiera al genocidio de forma esquiva, nombrándolo como "lo que está pasando", sí, es poco. Que diga "los que deberían parar esto", sin especificar quiénes, -todxs sabemos quiénes-, también suena a poco. Pero lo que tiró más pólvora al debate fue que exprese: "No veo como avergonzarnos los unos a los otros sea la mejor manera de seguir adelante en la lucha por la libertad de Palestina. Creo que el señalamiento debería direccionarse hacia arriba (hacia quienes deciden y tienen poder de acción) y no en horizontal (entre nosotrxos)".

¿Mejor no hablar de ciertas cosas?

¿Una persona que, solo en IG, tiene 26 millones de seguidores, y es la cara de las firmas más icónicas de la alta costura, además de la figurita difícil de las alfombras rojas más exclusivas del mundo, es una simple mortal, como nosotrxs, solo porque lo enuncia? Es como decir que Messi "es como nosotrxs" porque come tarta de crema pastelera y frutillas y toma mate en la pileta en ojotas; no, no es como nosotrxs. Messi y Rosalía no compran shampoo en el super y lo estiran con agua.

En un giro distópico, denunciar un genocidio es "controversial". Hasta la persona con el balcón más humilde puede colgar una bandera palestina si así lo quisiera, para sumar su granito de arena a la visibilización. Pero ella prefiere mantenerse al margen. Y eso es válido. Después de todo, a priori, no le debe nada a nadie. Pero eso tiene un precio. Como también lo tiene el manifestarse, pero Rosalía no lo quiere pagar.

¿Qué es lo que no quiere perder la catalana? ¿Contratos millonarios con marcas de alta costura? ¿O es algo más grande, del orden de lo simbólico? ¿Una neutralidad aséptica y 'cool', que la mantiene lejos del barro de la discusión geopolítica, y que le permite ser una diosa trascendente que, como las ideas platónicas, circula en un mundo ideal de jets privados y vestidos de Versace, escindida de la mugre terrenal?

Theodor Adorno dijo: "Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie". ¿Se puede ser una estrella pop y seguir actuando en festivales, haciendo shootings, yendo a la MET Gala, 'red carpets', como si nada estuviese pasando en Gaza? ¿Ser una celebridad del calibre de Rosalía, tener una plataforma de millones de seguidores, y no usarla para denunciar un crimen de lesa humanidad para evitar ser "políticamente controversial", es moralmente neutral? ¿Acaso no es es válido y esperable que los fans quieran saber a dónde apunta el compás moral de sus estrellas favoritas, en quienes ven roles de conducta en los que reflejarse y valores a seguir? Si los ricos y famosos son "como nosotrxs", ¿no podemos hacerles preguntas, o son intocables?

El costo de la protesta

Estamos de acuerdo con Rosi en que el señalamiento tiene que ser a los poderes y actores "de arriba" que están llevando adelante el genocidio y/o lo están subsidiando. Eso ya se está haciendo. Constantemente hay en todas partes del mundo manifestaciones a favor de la emancipación palestina. Expresiones populares que, en países como Alemania, se traducen en activistas brutalmente gaseados y golpeados por la policía, o en la expulsión y deportación de estudiantes y académicos en EEUU, o incluso su secuestro y detención, como el caso del líder estudiantil Mahmoud Kalil. Visibilizar un genocidio es una actividad de riesgo.

Sin embargo, varias celebridades también lo están haciendo, y cada vez son más. La activista climática Greta Thunberg, que ahora podría estar viviendo en una isla en el Caribe dedicándose a hacer 'greenwashing' para Nestlé, pero decidió hablar de la dimensión fascista y racista del genocidio palestino, es una de ellas. Como también los actores Joaquin Phoenix, Pedro Pascal, la actriz irlandesa de Bridgerton, Nicola Coughlan, o la ultra viral Miss Rachel, una maestra jardinera adorable, que recibió amenazas tras haber invitado a su set a una niña palestina que perdió sus piernas en un bombardeo.

Frente a la crueldad y las imágenes del horror en Gaza, cientos de cantantes y bandas se posicionaron públicamente, con consecuencias brutales. Mo Chara, uno de los cantantes de la banda irlandesa Kneecap, enfrenta cargos por, supuestamente, hacer apología de organizaciones terroristas. El dúo punk Bob Vylan se quedó sin contrato discográfico y EEUU les revocó su visado por haber coreado en el festival de Glastonbury "Death, death to the IDF", un gesto que el Prime Minister condenó inmediatamente y calificó como "discurso de odio".

En el Estado español

La cuestión sobre el posicionamiento político de las estrellas pop en el Estado español toca de cerca a la catalana. Este año, tras trascender que festivales masivos como el Sónar, FIB o el ciclo Boiler Room están financiados por el fondo de inversión ligado a la israelí Kohlberg Kravis Roberts (KKR), casi una treintena de artistas cancelaron sus shows en estos escenarios. Uno de ellos fue Residente, ex cantante de Calle 13: "No puedo participar ni un sólo segundo en algo que esté relacionado con esta tragedia, aunque sea de la manera más mínima", expresó.

Es posible que Rosalía nunca hubiese elegido meterse en este debate. Muchísimos otros colegas suyos, que adoptan su misma posición -aunque no son tan famosos-, por el momento continúan pasando por debajo del radar de la neutralidad. Un silencio cada vez más aturdidor y desconcertante. Me pregunto si, tras este episodio, ellos se estarán pensando: ¿seré yo el próximo al que le exijan respuestas? ¿O mejor no hablar de ciertas cosas?

 

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