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Pensamiento :: 11/04/2007

El ejemplo en José Couso

Carla del Valle - La Haine
Hoy, cuatros años después, los escuadrones siguen marchando a sus anchas, enfundados en armas, aún sin apagar los rescoldos de los que trabajaron sembrando muerte y dolor y ahora recogen tempestades.

Y al amanecer de aquel Bagdad viviendo un 8 de Abril de hace ahora cuatro años, antes de que los relojes irakis marcaran las 8.00h, un carro de la muerte apuntó y tras la otra orilla del Tigris, hizo su objetivo en una de las ventanas del Hotel Palestina, asesinando a José M. Couso Permuy, tiñendo un trozito de nuestro corazón de color tristeza. Unos apuntan, otros disparan.

El pasado mes de marzo, se cumplió cuatro años desde que los escuadrones de la muerte fraguados en las Azores, cruzaran la frontera de Kuwait. Hoy, cuatros años después, los escuadrones siguen marchando a sus anchas, enfundados en armas, aún sin apagar los rescoldos de los que trabajaron sembrando muerte y dolor y ahora recogen tempestades. Tras este reguero de sangre y lágrimas, entremezcladas entre billetes y fuel, continúan las del compañero José M. Couso, periodista y cámara de televisión, asesinado en los primeros días del genocidio iraki, mientras se encontraba cubriendo la invasión al pueblo de Irak, en zona civil y "protegida".

Y es que este crimen de guerra, causó gran estremecer entre la opinión publica del país así como del resto de países, más a los que familiares y amigos-as nos eran cercanos por cualquier circunstancia. Pero pudimos comprobar, como a nuestros "representantes políticos" de aquel momento, lo del estremecimiento más bien se les convirtió en remordimiento, aunque no les duro mucho y decidieron invertir la realidad e insultandonos con un simple daño colateral. Y es que la voz de millones de personas, que reclamamos un stop a lo que se suponía una gran matanza civil , no sirvió para que los amos del mundo se retractaran, por esto y en estos instantes los promotores, aliados, sirvientes y mercenarios y cualquiesquieran que participaran en la invasión al pueblo iraki, fueron son y serán RESPONSABLES únicos del asesinato a José Couso y el resto de miles de personas caídas en post de una democracia, nacida muerta y con las manos manchadas de sangre. Tras este crimen de guerra, se escondían las manos ejecutoras de un tal 64 Regimiento Blindado, 4º Batallón, pertenecientes a la 3a. División de Infantería del Ejército de los Estados Unidos, este y otros tantos fueron los que decidieron ir por su cuenta, aumentando aún más el tiranismo al que sometían a la población, y apuntaron al Hotel, donde se ospedaban los periodistas enviados de una mayoría de países. Y es que la palabra, la imagen y el testimonio del los testigos incómodos(*) es un arma mucho más peligrosa que balas y misiles. Fue esta y solo esta, la intención del capitán Philiph Wolford y su dedo ejecutor, Sargento Gibson. Y es que la prensa habla y escribe y estas palabras pueden llegar a desbaratar altas esferas con intereses millonarios disfrazados de solidarios y libertadores.

Tras cuatro años desde estos sucesos, que también se cobro la vida del periodista Taras Protsyuk (Agencia Routers), las explicaciones, estudios, análisis y conjeturas varias han quedado todas ellas dichas, la responsabilidad ya tiene nombre y apellidos, la muerte tiene rostro y el dolor sembrado, esta firmado ante notario, por ello en este 4º Aniversario me quiero dedicar a resaltar el arduo trabajo realizado por los Hermanos, amigos y compañeros de José Couso y a todas las personas y colectivos que han apoyado esta justa causa. La labor realiza por los hermanos de José, es digna de ser ejemplo para el futuro al igual que a la valentía y cariño demostrada por amigos-as y compañeros-as. Y es que la norma de la asociación HAC de José Couso, siempre ha sido la constancia y valentía a la hora denunciar los hechos, señalando sin titubear a los únicos responsables, resaltando al igual, la coherencia demostrada en el camino. Esta combinación a la hora de la pelea por la verdad, ha conseguido hacerse oír por todos los rincones del estado español y en parte de otros países europeos o americanos, extendiendo así la lucha por la investigación y justicia por la muerte de nuestro compañero, estando presente allí donde se escuchaba clamor por la verdad. Solo me queda apoyar y arropar a todas las personas que se han implicado, de una manera u otra, en la dura pelea de combatir al poderoso

Y tras el amanecer vino el llanto y la rabia, para tiempo después y ya al anochecer, se armara de valor para que al día siguiente se escuchara la palabra Justicia allá donde los escuadrones de la muerte caminaban ansiosos de poder y ambición. Este es el ejemplo, el ejemplo en José Couso.

Ningún ejercito defiende la paz.


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