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Estado español, Madrid :: 09/05/2009

Esto no es ninguna película, ¡Madrid es Castilla!

Izquierda Castellana - Madrid
Esto no es más que una invitación a la reflexión sobre problemáticas que aparentemente en nada afectan a nuestra vida cotidiana

“A veces para avanzar es preciso retroceder”, esta frase famosa de un conocido revolucionario ruso, nos viene a pelo, para hacer una caracterización de una problemática que aparentemente a nadie afecta, y también para proponer alternativas para su resolución.

No nos vamos a detener en argumentos históricos, que están al alcance de todo el mundo, para afirmar que Madrid pertenece a la realidad castellana, desde el proceso de conquista de la Edad Media; nos gustaría hablar más de las problemáticas que generan un fenómeno económico, sobre la sociedad y las personas que la forman.


Por qué el asfalto nos impidió ver la huerta

El desarrollo del capitalismo ha venido aparejado con el crecimiento urbanístico de ciertos puntos clave, donde se localizaron históricamente los centros de producción industriales, y donde se han venido localizando las ciudades financieras y de servicios. La aparición de las ciudades, se produjo a raíz de un proceso de intensificación de la producción agraria, por la propia evolución de los estados burgueses, y también por una forzada proletarización de los campesinos con tierra (por inviabilidad del precio de los productos agrarios para obtener una renta de subsistencia, o por ser despojados de la propiedad de la tierra y ser obligados a probar suerte en la ciudad vendiendo lo único que les queda, que es su fuerza de trabajo; como ilustra “Las Uvas de la Ira” de John Ford).

El capitalismo ha seguido una evolución propia, completamente paralela y cada vez más contraria a las necesidades de las personas. El capitalismo ha dejado hace tiempo de ser funcional a la gran mayoría de personas, y se ha convertido en un gran monstruo que amenaza con devorarlo todo. El desarrollo económico (definido interesadamente como crecimiento económico, como objetivo presuntamente deseable por todxs) se utiliza ideológicamente para justificar la destrucción ecológica, de los medios de vida tradicionales (infinitamente más respetuosos y compatibles con el medio natural) y de las relaciones interpersonales; en beneficio de la codicia de los gestores de los grandes complejos empresariales.

La jungla de asfalto nos genera inseguridades, miedo, sentimiento de insignificancia, desarraigo, stress, ansiedad, depresión; nos aisla como personas, nos inhibe nuestra capacidad colectiva, y nos impide ver de dónde venimos, y qué cosas nos hacen realmente humanos.

El mundo real, lo sustituimos por una escapada virtual, como decía un activista del ecologismo en Madrid:

- El color gris de Madrid lo suplimos observando pantallas de plasma con colores de alta definición
- Los edificios construidos en manzanas rodeadas de calles impiden que lxs niñxs y mayores se encuentren en el territorio, y lo suplimos comunicándonos a través de internet
- La petanca, el chito, el rescate, el escondite ya no son viables en nuestras ciudades de progreso, así pues, nos quedamos en casa jugando al ordenador en red, o a la Playstation
- Las salidas al campo a caminar, las partidas de cartas, dominó, en el bar de la esquina, se convierten en la tarde de centro comercial, donde un japonés, un americano y un castellano se dan cuenta de su identidad común basada en sus idénticos patrones de consumo
- Las fiestas populares del 2 de Mayo, San Isidro, la Paloma, San Cayetano… vienen diseñadas desde el poder, y se aíslan del control y participación popular. Se manipula su significado real como es el caso del 2 de mayo, fecha elegida para la exaltación patriótica española, porque realmente, ¿el pueblo se rebeló para defender a España o para acabar con la opresión y los abusos del ejército francés? Nunca se le ha preguntado al pueblo sobre estas cuestiones, y menos en aquella época. Hablar del supuesto patriotismo español en aquellos años es un invento más de la historiografía oficial
- Los bailes e instrumentos tradicionales se han arrinconado y corren peligro de olvido, especialmente en las generaciones más jóvenes, que desconocen la herencia cultural de sus antepasados

Si preguntas por ahí, mucha gente puede decir que no se siente a gusto en este Madrid monstruoso que ha devorado a Hortaleza, Vicálvaro, Villaverde, Vallecas, Carabanchel, Getafe, Alcorcón, Pozuelo, Coslada, Sanse… en el sentido de que ha hecho dependiente de la gran ciudad a los barrios y pueblos de alrededor; y que no se sacia nunca, ya que una vez que terminó de madrileñizar la provincia castellana, prosigue con el resto de provincias castellanas: el corredor del Henares y Guadalajara, la comarca de la Sagra y la ciudad de Toledo, la comarca y villa de Segovia… Sin embargo, el efecto de los instrumentos idiotizadores de esta sociedad espectacular ha sido realmente efectivo; aunque nadie se sienta realmente satisfecho con esta forma curiosamente denominada como progreso, prácticamente nadie se siente con capacidad de incidir sobre la problemática; colectivamente paralizados no nos sentimos capaces de tomar las riendas de nuestras vidas.


La recuperación de la identidad colectiva es una tarea anticapitalista

Es una forma muy efectiva de destruir la identidad colectiva. A base de ladrillo y cemento, perdemos de nuestro imaginario colectivo las imágenes de los páramos, las campiñas y vegas que antes se situaban a las afueras de nuestros pueblos, y ahora se han transformado en jungla de asfalto. Es bastante normal, que cuando a alguien le pregunten por su identidad, responda, según la respuesta que recibe mil veces traladrada en su cerebro desde la televisión: "soy español, porque cuando gana la selección me pongo muy contento; (…) me siento parte de ellos, como si les conociera de toda la vida…"; o también, "soy ciudadano del mundo, las patrias son inventos, yo soy una persona sin identidad cultural, porque me gusta el cus- cus, la percusión brasileña, la música étnica africana, tengo mi casa decorada multiculturalmente, según voy adquiriendo objetos a lo largo de mis viajes- consumo>. Ojo, no se quiere decir, que no sea bueno, conocer otras culturas; el peligro es que conforme avanza el capitalismo, las diferencias culturales se vayan esfumando, pervirtiéndose, poniéndose en venta en el mercado global en base a tendencias de moda globales, en base a lo cual, unas perviven desnaturalizadas y otras desaparecen, como si nunca hubieran existido.

Ahora, nos avisan del peligro de la crisis económica. Es realmente terrible que se interrumpa el crecimiento de los bienes producidos, porque se interrumpe el ciclo de creación de beneficio para los capitalistas. Sin embargo es una oportunidad para que los trabajadores reflexionemos sobre el modelo de sociedad que queremos. Si queremos una sociedad subordinada a los intereses de la economía, o queremos una sociedad en la que la economía sea una herramienta al servicio de las necesidades sociales, donde podamos plantearnos “retroceder” para avanzar, creciendo como personas, decreciendo nuestras jornadas de trabajo e impidiendo la destrucción del territorio. Para luchar por la igualdad, la justicia social y la libertad.

¡Madrid fue, es y será Castilla, y Castilla volverá a ser comunera!

Madrid, mayo de 2009
Asambleas de la Izquierda Castellana de Madrid.

 

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