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Falsas banderas
Hemos hablado ya de este tema en muchas ocasiones. Los ciclos vitales inherentes al propio sistema capitalista, hacen que en momentos de crisis las oligarquías financieras locales miren hacia el exterior en busca de materias primas o mano de obra más barata y nuevos mercados en los que establecerse para salvar así el citado periodo de vacas flacas.
De forma general se utilizan eufemismos tales como “mercado común” o “globalización” para definir este fenómeno presentado siempre como enriquecedor para todas las partes. Sin embargo de lo que debemos hablar realmente es de Imperialismo, como fase superior e inevitable del capitalismo.
Cuando una elite financiera se propone invadir un país militarmente para imponerse allí como potencia económica es necesario presentar la actuación, de cara a la opinión pública de los propios habitantes del país invasor, como algo necesario y de último recurso. Esto se conoce internacionalmente como Casus Belli, es decir, motivo de guerra.
En febrero de 1933 la escena del Reichstag en llamas fue aprovechada por el partido nazi alemán para cargar todas sus iras contra el marxismo y adelantar las elecciones en un momento en que su popularidad era máxima. Poco importó y nada cambió que se demostrase en juicio que los verdaderos culpables del incendio del parlamento alemán fueron los propios miembros del partido nacional-socialista alemán.
Si nos fijamos en el caso de los Estados Unidos, ejemplo capitalista e imperialista por antonomasia, veremos que en 1898 entraron en guerra con España, supuestamente luchando por la libertad para Cuba y bajo el pretexto de que la armada española había hundido el acorazado Maine. El resultado de su ataque fue que consiguieron establecerse económicamente en Cuba expulsando al dominio imperialista español y se quedaron con las colonias españolas Guam, Puerto Rico y Filipinas. No les salió mal del todo la jugada.
Siete de diciembre de 1941. EEUU irrumpe en la Segunda Guerra Mundial después de “no haber podido evitar” el ataque japonés a la base militar de Peral Harbor. ¿Qué podían buscar entrando en la guerra? Básicamente su establecimiento definitivo como potencia contrapuesta al bloque soviético y su dominio total de la economía mundial tras la caída del bloque. Aun seguimos viviendo las consecuencias de su entrada en esta guerra, bajo la excusa del ataque a su base hawaiana.
Agosto de 1964. Golfo de Tonkin, Vietnam. En plena guerra fría dos destructores estadounidenses informan a su base de que han sido atacados con decenas de torpedos norvietnamitas. El presidente Jonhson decidió enviar poco después a los primeros 25.000 hombres a pesar de que la historia de los torpedos fue desmentida al poco de hacerse pública (el propio presidente Johnson comentó que los tripulantes de los buques habían confundido a los torpedos vietnamitas con una bandada de peces voladores…y no es broma…)
Además de buscar el golpe de efecto en plena guerra fría (ver teoría del dominó) no había duda de que se intentaba mantener el control de las explotaciones francesas (asentadas en Vietnam desde mediados del siglo XIX) sobre el caucho, tungsteno, estaño, arroz, tabaco, índigo, té, café y opio, ante el importante avance del movimiento de liberación nacional que lideraba en esos momentos Ho Chi Minh.
Una vez más la guerra en territorio extranjero al servicio del gran capital. Y las excusas malas como forma de justificarlo todo.
Once de septiembre de 2001. Nueva York, Estados Unidos.
Todos conocemos cual es la versión oficial extendida mundialmente (sin necesidad de juicios que prueben nada). Tres aviones secuestrados por miembros de Al-Qaeda se estrellan contra las 2 torres gemelas de Nueva York y contra la sede del Pentágono en Virginia.
Miles de muertos, miedo generalizado y odio a todo lo que parezca árabe o musulmán, pero… ¿hay algo más?
El edificio WTC7, que albergaba instalaciones del gobierno, oficinas de seguro e instituciones financieras se desplomó verticalmente 7 horas después de que lo hicieran las torres gemelas. Su caída fue modélica, ya que cayó sobre sus propios cimientos sin afectar a ninguno de los edificios colindantes, exactamente igual que las torres, que casualidad oye…
Cientos de páginas por toda la red recopilan testimonios de testigos que afirman haber visto como un objeto pequeño, parecido a un misil se estrellaba contra el Pentágono.
No existe una sola fotografía en la que se muestren los restos, por mínimos que sean del Boeing 757 que según la versión oficial impactó contra la sede del departamento de defensa…curioso por lo menos, ¿no?
Según la página web www.patriotsquestion911.com existen miles de voces discordantes a la versión oficial. En ella colaboran más de 600 ingenieros y arquitectos, más 130 oficiales militares, de servicio de la inteligencia y oficiales gubernamentales, más de 110 pilotos y profesionales de la aviación, profesores, supervivientes y familiares de muertos, artistas, actores y profesionales de los medios que coinciden con la que versión oficial no encaja del todo con la realidad, interesante...
Según Donald Rumsfeld en una charla celebrada en 2006 con varios ex-militares “la gente americana carece de la madurez para reconocer la seriedad del los peligros que existen y que necesitan otro 9/11.”
Como hemos visto anteriormente detrás de cada falsa bandera hay un objetivo militar enfocado a obtener unos intereses económicos determinados.
La guerra “preventiva”contra Iraq que desataron esos atentados dio la posibilidad a los EEUU de explotar los recursos petrolíferos iraquíes. “Quien controle las fuentes de energía controlará el mundo”, eso lo sabe perfectamente la familia petrolera de los Bush, y por tanto actuaron en consecuencia.
Entre otras Valero Energy, ChevronTexaco, BP y Shell han obtenido beneficios petroleros de la guerra. Pero no queda ahí la cosa…seguridad privada, empresas de ingeniería, infraestructuras, telecomunicaciones, banca, asesorías…la lista es casi interminable.
La guerra vuelve a aparecer como un negocio en sí misma.
Ahora bien… ¿Qué parte del pastel se llevó la administración de Aznar al formar parte del trío de las Azores? ¿Acaso el atentado del 11 de Marzo en Atocha y todos los trabajadores muertos valen menos que unos cuantos contratos obtenidos en consecuencia a la guerra de Iraq?
¿Qué beneficios habría obtenido la oligarquía financiera española de ello?
Hablando de petróleo no podían sino aparecer como beneficiadas en primer lugar Repsol, Cepsa y otras de menos tamaño, como Amposta SL, Expansión Exterior SA, Lubna Trading, Sirecox, y Vilma Oil Consulting, todas con contratos millonarios sobre los recursos de la zona.
Indagando un poco más podemos encontrar intereses en otros sectores: ACS, FCC, Sacyr, Ferrovial y OHL han mantenido amplios contactos con la Cámara de Comercio para proyectos de reconstrucción de la zona. Endesa, Iberdrola, Unión FENOSA e Hidrocantábrico y Riesgo han prestado asesoramiento al gobierno sobre instalaciones eléctricas en Iraq.
El nuevo ejercito títere iraquí necesitará armas, como es lógico, y curiosamente también aparecen aquí empresas españolas: Afarmade (Asociación Española de Fabricantes de Armamento y Materia de Defensa y Seguridad) agrupa a compañías como Amper, EADS Casa, Gamesa, Tecnobit, GMV, Indra, ITP, Izar y Santa Bárbara Sistemas; y Aesmide (Empresas Suministradoras del Ministerio de Defensa de España) incluye entre sus asociados a Induyco (El Corte Inglés), Eulen, Necso, Grupo Cofares y Seur.
Aquí quedan unos cuantos datos extraídos fácilmente de la red y unas cuantas preguntas. Esperamos que sirvan para que os surjan otras nuevas.
¡Salud compañer@s!
