¿Guerra de guerrillas en la España del siglo XXI?

Lo más destacable del artículo de Manuel Navarrete “La guerra de guerrillas” es el final:

es hora de hacer justicia con la guerra de guerrillas... y aprender las lecciones que nos ofrece la historia, si realmente queremos destruir el poder capitalista.

Es posible que la gente muy joven, que ha vivido la dictadura franquista de oídas, quede fascinada por el repaso que el artículo hace por la historia de los procesos de lucha armada que a lo largo del siglo XX permitieron la toma del poder por las izquierdas revolucionarias en muchos países del mundo.

Sin embargo, si queremos ser justos, tenemos que cambiar el tiempo verbal “es” con el “ha sido”.

La guerra de guerrillas ha sido, con abrumadora diferencia, el método de lucha más fructífero de la historia del movimiento comunista.

Digo esto porque al día de hoy, los movimientos guerrilleros de la izquierda revolucionaria están cansados de ser los únicos que ponen los muertos, los desaparecidos, los presos y los exiliados. Por ese motivo, entre otros, los supervivientes están negociando, en espera de tiempos mejores.

Así, ha negociado el IRA, después de 70 años de lucha y sin conseguir su principal objetivo, que era la reunificación de Irlanda.

También está en proceso de negociación las FARC, con pocas posibilidades de conseguir alguno de sus objetivos. Lo mismo sucede con ETA, que ha reducido sus objetivos a mínimos y los deja en manos de los partidos políticos de la izquierda vasca, convencidos de que hoy por hoy es la única vía que puede terminar con el sufrimiento de su propia gente.

En América Latina, los grupos que defendieron la lucha armada no llegaron siguiera a tomar el poder. Solamente se logró en Cuba y Nicaragua, con los resultados desiguales que ya sabemos.

Las guerrillas en su momento causaron un gran dolor de cabeza a las clases dominantes y el imperialismo, que los llevó a abandonar las apariencias democráticas y recurrir al terror más descarnado.

Es posible hacer un repaso por el proceso cubano, por Nicaragua y la evolución del sandinismo, por el proceso salvadoreño, el brasileño, el uruguayo, el chileno. Los supervivientes y sus simpatizantes hoy tienen altos cargos y han dejado sus ambiciones políticas para el futuro.

Las excusas son muchas. En primer lugar, el capitalismo y el imperialismo global, pero también la incapacidad de las formas organizativas y los dirigentes para construir sociedades nuevas. Hoy los pueblos latinoamericanos se dan con un canto en los dientes si consiguen medidas socialdemócratas del “capitalismo imposible”. El chavismo, el kirchnerismo, Correa, Mújica, Bachelet, Roussef son las caras de la socialdemocracia versión latinoamericana que poco tiene que ver con la lucha armada de los 60 y 70.

No podemos hacer como si nada de esto estuviera pasando. Es imprescindible aprender de la historia y conocer la realidad. El sistema se ha fortalecido en información, armamento, represión, legislación antidemocrática. Enormes y exhaustivas bases de datos, GPS, cámaras filmando el menor movimiento en cada esquina, todo ello financiado con miles de millones de dólares y ejecutado por mercenarios. (1)

¿Pacifismo irracional? Los movimientos sociales han acusado los efectos del terrorismo del sistema y buscan desesperadamente nuevos métodos de lucha. No me cabe duda de que los encontraremos, pero serán distintos y confío en que den mejores resultados.

Como digo al principio, los pueblos estamos hartos de poner los muertos, los presos, los desaparecidos, los exiliados. En este contexto, las mujeres feministas nos negamos a gestar y parir hijos, alimentarlos, cuidarlos y educarlos para que un buen día se levanten para ir a guerras interminables a matar a otros hombres pobres como ellos. La lucha es larga y el sistema muy resistente. Va siendo hora de buscar otros caminos y el momento es favorable. Estamos en ello.

Notas:

1. Chile refuerza su sistema de espionaje a movimientos sociales con mini-drones israelíes SpyLite http://www.lahaine.org/index.php?p=68717