¡Oíd, oíd!
Todo el viejo metal imperialista corre fundido en aguas quemadoras, donde guerrillero, obrero, artista, las balas cogen para sus ametralladoras
El 19 de enero de 1937, Nicolás Guillén, sale de la isla invitado a un congreso hacia México. Pero la noticia del golpe de estado de corte militar monárquico en la Península Ibérica inquieta su amor profundo, su lealtad y sensibilidad interna, aferrando al poeta a dar rienda suelta a los sentimientos que vierte sobre treinta y dos páginas que reproduce de urgencia grapadas con título España: Poema en cuatro angustias y una esperanza.







