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Estado español :: 29/01/2020

¿Por qué apoyar la huelga general del País Vasco y Navarra?

Carlos Muro y Asier Ubico
¿Hay motivos suficientes para apoyarla aun habiendo un gobierno “progresista”? Si, los hay. Y muchos.

El próximo día 30 de enero está convocada la primera huelga general en Euskal Herria, a poco de formarse el nuevo Gobierno de coalición del PSOE, Podemos e IU. ¿Hay motivos suficientes para apoyarla aun habiendo un gobierno “progresista”? Si, los hay. Y muchos.

Por el “trabajo, vida y pensiones dignas”. Con ese lema está convocada la huelga el próximo día 30 de enero. Llevamos años de retrocesos sociales y políticos impuestos por esta “democracia para ricos” e implementados por los distintos gobiernos de turno del PSOE y del PP, haciendo recaer sobre las espaldas de la clase trabajadora y los sectores populares la crisis capitalista. El recién conformado gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, con el apoyo de la mayoría de la izquierda parlamentaria menos la CUP y su voto negativo a investir al PSOE, se enfrenta a esta convocatoria de huelga. En la izquierda está planteado el debate: ¿Hay motivos suficientes para apoyarla aun habiendo un gobierno “progresista”? Y, si la respuesta es afirmativa, ¿de qué modo?

Desde una posición anticapitalista no hay ningún tipo de dudas de que incluso a las y los votantes del PSOE o Unidas Podemos les sobrarían los motivos para apoyar la huelga y movilizarse para imponer mediante la lucha el conjunto de reivindicaciones después de años de retrocesos implementados por el PSOE o el PP. Obviamente los social liberales del PSOE están en contra, y los partidos como IU-PCE y Podemos, cumpliendo como “buenos” socios de gobierno, también se han puesto del lado de la patronal vasca. Pero desde el punto de vista de las reivindicaciones y el programa de la huelga sobran los ejemplos.

1. Las pensiones

En primer lugar, el tema de las pensiones. Primero Zapatero atacó las pensiones y las reformó en 2011, retrasando la edad de jubilación a los 67 años y ampliando el período de cálculo de la base reguladora de 15 a 25 años. En 2013, Rajoy eliminó la revalorización de las prestaciones en función del IPC, calculándolo en función de los ingresos y gastos del sistema y a la esperanza de vida. Siguiendo esa línea, el nuevo ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, va a mantener los recortes previos y aunque de momento ha dicho que no va a subir la edad de jubilación sí que ha dicho que es necesario subir la edad de jubilación real a los 64 años.

Es decir, el gobierno “progresista” no va a eliminar los ataques neoliberales a las pensiones de 2011 y 2013 de los gobiernos del PP y PSOE. Los y las jubiladas, después de décadas trabajando, deberían no solo cobrar una pensión mínima de 1.500 euros con una revalorización automática en función del coste de la vida, sino que también debería eliminarse todo el negocio de las pensiones privadas expropiándose bajo control obrero todas las empresas que se lucren con la vida de las personas.

2. Las reformas laborales

Un segundo ejemplo y motivo para apoyar la huelga es que el nuevo Gobierno no derogará ninguna de las reformas laborales del PP y del PSOE, tan solo modificará aspectos parciales que no molesten a la patronal. El nivel de precariedad laboral, los enormes bajos salarios, el descenso del nivel de empleo y la inaplicación de las subidas del SMI y de cientos de convenios colectivos a favor de las patronales que siguen forrándose a costa de los y las trabajadores es ya un escándalo.

Mientras, la patronal pide “calma” hay miles de trabajadores y trabajadoras que no llegan a final de mes. Mientras el nuevo gobierno pide “tiempo”, las empresas se anticipan despidiendo, realizando ERE´s y ajustando los salarios ante posibles subidas del SMI. Es decir, “lo comido por lo servido”.

3. La violencia machista y la precariedad

En tercer lugar, el movimiento feminista de Euskal Herria ha dado razones suficientes para convocar a la huelga: contra la “violencia, la desigualdad, la precariedad, los modelos de sexualidad hegemónicos, la división sexual del trabajo, el consumismo, la familia patriarcal, el racismo y todas las opresiones. ¿El movimiento feminista tiene que dejar de apoyar y convocar la huelga porque esté de ministra Irene Montero? Afortunadamente, el movimiento feminista de Euskal Herria, no piensa así y han convocado a la huelga. Como dicen las compañeras de la agrupación de mujeres de Pan y Rosas es necesario movilizarnos de forma independiente del régimen, del gobierno y sus partidos, para exigir todas las medidas necesarias, porque no queremos que el movimiento de mujeres sea instrumentalizado por los “neoliberales progres” y la nueva ministra Irene Montero.

Los partidos del Gobierno de coalición no solo están en contra de la huelga en Euskal Herria. También están trabajando para desconvocar huelgas y paralizar próximas movilizaciones como el 8 de marzo. Además, las burocracias sindicales de CCOO y UGT se niegan apoyar estas legítimas demandas, con indignantes declaraciones del secretario general de CC.OO., Unai Sordo, contra la huelga ya que “no se entiende” una huelga sin ver qué hace el nuevo Gobierno. Los planes de las centrales sindicales son favorecer la paz social a las patronales, cuando llevan años a la ofensiva arrebatando derechos a los trabajadores. Este debería ser otro de los motivos para salir a la huelga: contra el rol de la casta sindical que se subordina a las órdenes del IBEX 35, que exige “paz y orden” para la legislatura del PSOE y Unidas Podemos.

Debería ser una enorme oportunidad para que la izquierda sindical demuestre que puede ser “alternativa”. En este sentido, hay una parte significativa que ya ha dado su apoyo junto con otras organizaciones políticas que están convocando concentraciones para ese día. Y es un acierto que el sindicato CGT en Navarra vaya a secundar la huelga en ese territorio; pero un error que el mismo sindicato no apoye e impulse la huelga en el País Vasco.

¿Presionar o luchar contra el gobierno?

La experiencia dice, después de 42 años de constitución monárquica y habiendo gobernado más de la mitad el PSOE, es que no se puede dar ni un mínimo de confianza en este partido, padre político del régimen monárquico. La lógica del “mal menor” (frente al bloque de las derechas) ha llevado a Podemos e IU a aceptar el programa neoliberal de gobierno del PSOE, eso sí, en clave “progresista”. Aplicando el 135 limitando el gasto en derechos sociales para garantizar el pago de una deuda que no hemos generado los trabajadores y cumplir las órdenes de la Unión Europea. La no eliminación completa de las reformas laborales y de pensiones, la ley mordaza, el Plan Bolonia y todos los recortes sociales y educativos, la no separación de la iglesia y el Estado, todas las reivindicaciones del movimiento pensionistas al igual que las demandas feministas y que la ministra de igualdad de Podemos no va a cumplir. Es decir, el actual programa neoliberal cumple a la perfección de las expectativas del IBEX 35.

Según esta lógica “malmenorista”, “gracias” al triunvirato progresista sería más fácil que determinadas demandas centrales pudieran ser cumplidas. Es decir, que tan solo con presionar al gobierno, sin ninguna clara de confrontación directa ni en clave rupturista, podrían verse cumplidas desde las demandas más mínimas, como las planteadas para la huelga del próximo 30 de enero, o hasta las demandas más estructurales como el derecho a la autodeterminación. Para partidos como Bildu (así como para una parte importante de la izquierda política y sindical) la huelga no debería ser claramente contra el gobierno para imponer las demandas sino solo para presionar.

Desde este punto de vista diferimos con la estrategia de apoyo a gobierno capitalistas en clave “progresista” y utilizar la movilización, como en este caso con la huelga, solo para “presionar” al gobierno y de esa manera “negociar algo” y ver si cae alguna migaja del plato. La huelga debe servir para poner en movimiento a los sectores más combativos y estratégicos de la clase obrera para luchar e imponer todas las demandas y preparar la lucha contra el Gobierno de coalición, cuyo objetivo es recomponer la crisis del régimen el 78 en clave “social liberal” frente al bloque de la derecha y la extrema derecha que pretende hacerlo en clave “conservadora liberal”.

La lucha en las calles, la movilización en contra de las medidas neoliberales y de su gobierno “progresista” es el mejor antídoto para disputarle las calles a las derechas. Ya solo por este motivo debe la izquierda política sindical apoyar la huelga que puede permitir disputarle las calles a una extrema derecha enconada.

Es necesario fortalecer una izquierda anticapitalista y combativa contra el gobierno social liberal del PSOE, Podemos e IU-PCE

Hay que aprovechar desde los pequeños conflictos hasta las más grandes huelgas y movilizaciones obreras para ir conformando una nueva relación de fuerzas contra la casta sindical, la patronal, su gobierno “progresista” y su régimen político. No podemos apoyarnos en lo más mínimo en un gobierno que va a cumplir los dictámenes de las grandes multinacionales.

Todas aquellas medidas que se le puedan imponer al Gobierno deben ser aprovechadas, claro está, pero con el objetivo de fortalecer la lucha de la clase trabajadora contra este gobierno social liberal y esta democracia para ricos. Y para avanzar en ese camino es necesario fortalecer una izquierda independiente del Régimen, del Gobierno y los partidos que lo conforman, que se proponga desarrollar la lucha de clases y fortalecer la unidad entre la clase trabajadora y los movimientos sociales. Una izquierda revolucionaria que defienda un programa de independencia de clase cuya perspectiva sea el gobierno de los trabajadores, y no conformarse con algunos ministerios o consejerías de gobiernos “progres”, que haga efectivas de forma inmediata todas las demandas sociales y políticas más sentidas y todas las demandas democráticas del pueblo vasco y catalán.

 

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