El triunfo del españolismo más atroz. De Principado a Sucursal

Más allá de los partidismos, las fobias y las filias. Curiosamente, Asturies está sumida en un estrecho maniqueísmo ideológico, distinguiendo siempre entre buenos y malos, derechas e izquierdas. La gente está muy polarizada a pesar de que la composición de la Xunta Xeneral del Principado está abierta ahora a más fuerzas con representación, a pesar de haber superado (sólo en apariencia) el bipartidismo.

Pero ¡qué fuerzas! Todas ellas, sin excepción, son fuerzas claramente centralistas y españolistas, que consideran Asturies como un mero ente administrativo y como simple circunscripción territorial de su querida unida y nunca rota España.

La única fuerza de carácter exclusivamente asturiano, que marcó con su líder, Álvarez Cascos, un cierto toque regionalista (calificando a Asturies como “País en el pleno sentido de la palabra”, etc.) defraudó en seguida estos devaneos iniciales, que de facto le distanciaban del PP de donde se escindió. Defraudó este líder, defraudó este partido improvisado, al no apoyar en ningún momento la Oficialidad de la Lengua Asturiana y al recortar brutalmente el presupuesto de la Academia de la Llingua. Ni en su web, ni apenas en sus discursos (salvando a algunas pocas figuras de este partido como M. Vallaure, Rubiera) aparece la más mínima concesión a la Lengua del País. Y en Asturies no es concebible ningún regionalismo digno de mención sin un tratamiento cuidadoso del asunto lingüístico. ¿Qué regionalismo –no diremos ya “nacionalismo” –cabe esperar de un partido que no tiene el más elemental guiño a la lengua asturiana? Para empeorar las cosas, tanto en el Parlamento de Madrid como en la cámara asturiana se han dado –y puede haber en el futuro- importantes acercamientos de Foro al partido ultra-españolista UPyD, hoy lamentablemente representado en la Xunta Xeneral con un diputado. Los futuros matrimonios entre Foro y el partido de Rosa Díez no son descartables. Hay que tener en cuenta que comparten un electorado similar.

En realidad gran parte del electorado asturiano que apoyó a estos cinco partidos, españolistas o sucursalistas, es similar. Con el maniqueísmo izquierda-derecha, los cinco partidos jugarán a hacer pactos y matrimonios. Pero todos están en lo mismo: para ellos el Principado es una sucursal.

La Asturies más contestataria está destrozada y quemada en extremo. Muchos nos hemos marchado del País por culpa del terrorismo económico del PSOE, por culpa de sus reconversiones desde 1982, de su feroz neoliberalismo. Tiene gracia que hoy, el 29-M, se pongan detrás de la pancarta de los sindicatos verticales UGT y CCOO. Ellos, los Areces, los Fernández, los Lastra… Uno de los partidos más corruptos de la historia, el PSOE, y que de hecho más han destrozado a la clase obrera y al País Asturiano en su conjunto, convirtiéndolo en un desierto y en un asilo, es, por poco, el más votado y con opciones a formar gobierno. Ante ellos tienen a un PP colonizado en parte por el Régimen Socialista, que se resiste a desaparecer, y un Foro Asturias de signo derechista, que no supo capitalizar el siempre escurridizo y amordazado asturianismo y que, año tras año, fracasa en dotarse de un instrumento político propio.

¿Y los ausentes? Los ausentes son el nacionalismo astur y este asturianismo (Bloque-UNA “Compromisu por Asturies”) , que no llegó a recolectar ni siquiera 2000 votos y que sigue con su inmovilismo, su falta de autocrítica y su falta de voluntad de regeneración. Les veremos detrás de las pancartas del PSOE y de UGT y Comisiones en la Huelga del 29-M. Con el PSOE, con quien ya formaron gobierno, están muy a gusto. Prefieren una España roja antes que rota. Son el satélite más minúsculo y ridículo de Izquierda Unida. Después de haber formado coalición con IU y el PSOE (“la izquierda plural”) y haberse hecho famosos por el nombre de “Bloque pal Engañu”, siguen en sus trece de ser periferia de una periferia. No conocen el significado de la palabra regeneración.

La Haine