(Sevilla): Análisis de la represión hacia los movimientos sociales y políticos de la ciudad

La restricción de los derechos colectivos (espacios públicos, vivienda, educación) y libertades personales (libre expresión, movimiento) se ven mermadas por procesos económicos y políticos que estallan en la letanía de la ciudad. A continuación un breve cronograma de las noticias e informaciones sobre las distintas luchas y dinámicas de acción recogidas en este periódico.

De este modo, podemos comenzar desde el desalojo de Casas Viejas. El Centro Social Okupado venía siendo el sujeto de una amplia criminalización mediática, que desembocó en el desalojo del centro a finales del año 2007. Su relación con el entorno aberchale y la negación de su función social no hicieron más que redundar en la misma criminalización, que se plasmaba en una represión policial al movimiento okupa, así como a las personas que los apoyaban en las manifestaciones. Sin embargo, a día de hoy, el desalojo, ilegal, ha servido para convertir un centro que bullía de actividades e inquietudes en un descampado que busca revalorizarse con el paso del tiempo para beneficio de su dueño.

Otros movimientos, más vecinales, como pueden ser la de los huertos urbanos, también están teniendo dificultades a la hora de seguir con sus actividades. El Ayuntamiento ha empezado a entorpecer la labor en dichos huertos, burocratizando la entrega de las ayudas para los trabajos que en ellos se dan. En el huerto del rey moro, se da el caso de estar en el casco urbano, y el ayuntamiento ha afirmado que se iniciarán actividades arqueológicas, siendo más que probable que, si los movimientos vecinales y sociales no lo permiten, excaven sin contar con las actividades que allí se llevan a cabo.

En el movimiento contra la reforma universitaria, el llamado Plan Bolonia, también la prensa ha utilizado a los sectores más conservadores de la Universidad para tergiversar actividades y silenciar las actuaciones y actos más significativos, como las multitudinarias manifestaciones que han sucedido a lo largo del curso escolar.

En cuanto a la criminalización y represión de la lucha obrera, ésta se ha visto protagonizada a comienzos de este año por la huelga del sector de los transportes, siendo los trabajadores de varias empresas: Casal, Tussam y Comes los que se han movilizado. De nuevo, la represión de la patronal y la justicia, ha venido acompañada por la criminalización mediática.

Otro caso fue el de la criminalización de la charla protagonizada por el colectivo de juristas “17 de Marzo” por medios desinformativos de la ciudad, a la que fueron grupos de jóvenes de extrema derecha a intentar boicotearla. El acto, que giraba entorno al estado de sitio que vive el País Vasco con el Tribunal de la Audiencia Nacional, terminó con la detención de jóvenes independentistas andaluces tras una pelea con un grupo de extrema derecha; además, la policía acudió y fichó a dos jóvenes que fueron a escuchar y participar en la presentación.

En relación a esta represión que también se sufre en el pueblo Vasco cualquier movimiento político y social, cabe destacar la detención en Sevilla de un hombre por supuesta apología del terrorismo, por verter opiniones en relación a ETA en Internet.

La última noticia en cuanto a represión policial en la ciudad, fue la detención el pasado lunes y martes de julio (7 y 8) de militantes de jaleo!!! y de independentista andaluces por presuntas pintadas; así, fueron detenidos y fichados algunos jóvenes, llegando a presentarse en su casa policías de paisano y amenazando a familiares y vecinos. En este caso, aún no hay más datos sobre el futuro juicio ni los cargos concretos que se les imputan. Sin embargo, estas acciones policiales por simples pintadas demuestran ser actos desmesurados.

Muchos de estos casos, como se ve, aluden a la privatización de espacios públicos y de sectores sociales (centros sociales, plazas, la calle, educación), así como a la falta de libertades en la calle (con las cámaras, beber-comer-reunirte en ella, expresarte libremente-con pintadas-, manifestarte). Este hecho, que viene acompañado por la represión policial en las calles sevillanas, es más que constatable, con leyes como la Anti-Botellón, la Ordenanza Cívica recién aprobada y las redadas en zonas como La Alameda; a lo que hay que sumar la instalación de cámaras en el centro de la ciudad.

Las noticias en este sentido son abundantes, mostrando cómo el Ayuntamiento pretende convertir a Sevilla en modelo de ciudad europeo que tanto se estila en multitud de ciudades estatales y que vacía la ciudad de movimientos sociales y de personas que se mueven, para reemplazarlas por turistas y calles limpias y sin problemas de ninguna índole.