Solidaridad con los trabajadores musulmanes

En los últimos años (más o menos desde la caída del muro de Berlín) la burguesía ha incorporado como un elemento más de su ideología la islamofobia. Presentan a la religión islámica y a los que la practican como bárbara, contraria a los derechos de la mujer y sobretodo incompatible con la convivencia “democrática” de las sociedades occidentales, desde luego que resulta curioso y sobretodo hipócrita que los defensores de la prostitución y el tacón, los líderes políticos y económicos de países donde la violencia de género está a la orden del día, se escandalicen por el uso del pañuelo y hasta pretendan prohibirlo en colegios e institutos (haciendo gala de su habitual talante democrático)

No es que los fascistas se hayan convertido de la noche a la mañana en defensores de las mujeres árabes y de los derechos democráticos que llevan violando desde que se impusieron a sangre y fuego. Su islamofobia tiene dos objetivos bien definidos : 1) fomentar el racismo entre la clase obrera en el plano ideológico-religioso para desviarla de sus verdaderos objetivos, de sus verdaderos enemigos 2) Justificar las invasiones imperialistas contra los países árabes desacreditando además la justa lucha de resistencia armada de dichos pueblos presentándola indistintamente como islamismo radical

A esta campaña antislam se ha sumando recientemente la intelectual orgánica Pilar Rahola con la publicación de su libro “La república islámica de España”. Pilar Rahola es una representante de lo más zafio, inculto y reaccionario de la “intelectualidad” española y desde esa perspectiva su libro no decepciona. En un tono sensacionalista y catastrofista nos encontramos en sus páginas una llamada a la actuación contra la población musulmana presente en España, la cual ,según la autora ,está llena de radicalismo y representa valores contrarios a los de la sacrosanta civilización occidental, europea y cristiana; una parte fundamental del libro hace referencia al islamismo intentando meter miedo al lector sobre un posible atentado (o deberíamos decir autoatentado ¿?) de ese corte.

Pero ¿Qué es el islamismo? ¿Va asociado necesariamente al Islam? Para nosotros el islamismo es un fenómeno coyuntural nacido de la desesperación de las masas árabes oprimidas por el imperialismo y del retroceso de las posiciones comunista a nivel internacional lo que lleva a los oprimidos a agarrarse a cualquier teoría que pueda suponer un muro de contención al imperio. El nombre (islamismo, socialismo del siglo XXI, teología de la liberación etc...) es lo de menos, salvando las notorias diferencias, todas estas teorías responden a una situación concreta y priman más los factores políticos que los religiosos.

Con los gritos de alarma del “terrorismo islámico” pretenden justificar una nueva oleada de detenciones contra mezquitas, barrios con alta presencia musulmana etc… Ya asistimos durante los gobiernos del PP y parte del de zapatero a una verdadera “caza del moro” con más de doscientas detenciones a supuestos “islamistas” en las que la cola en polvo que alguno poseía se convirtió por arte de bibirloque en un peligroso explosivo.

Nosotros por supuesto no renunciamos a la batalla ideológica contra todo religión, incluyendo la musulmana; como materialistas que somos no podemos explicar el mundo en base a dioses biblias o coránes y tenemos que denunciar también el carácter reaccionario y opresivo de todas las religiones tanto la musulmana como la cristiana o la budista. Pero esto no significa que vayamos a comulgar con ruedas de molino, haciéndole el juego a la oligarquía en su campaña racista e imperialista. Nosotros defenderemos la libertad de conciencia y la libertad de culto al margen del Estado y somos conscientes de que el retroceso de la religión musulmana ( y sus expresiones políticas) pasa por una tarea de concienciación y persuasión no de bombardeos e imposiciones

Cuando la clase obrera tome el poder, se destruyan las relaciones económicas capitalistas con su explotación y su pobreza y se configure una nueva superestructura democrática, popular, científica y socialista, la religión irá perdiendo peso en todas las sociedades. Este es un problema que no se soluciona con criminalización y represión sino con revolución.