Un nuevo ataque a la libertad de expresión

El Gobierno del PSOE y Unidas Podemos ha anunciado la creación de un comité destinado a controlar y combatir "la desinformación y las noticias falsas". La censura de toda la vida, pero adornada con palabrería barata. El ministerio de la Presidencia, dirigido por la vicepresidenta primera Carmen Calvo, explica que los organismos encargados de esta labor censora serán el Consejo de Seguridad Nacional, el Comité de Situación, la Secretaría de Estado de Comunicación, la Comisión Permanente contra la desinformación, el Ministerio del Interior y el Centro Nacional de Inteligencia. Es decir, los cuerpos policiales y los espías militares.

El gobierno lo anuncia como una medida para garantizar el acceso a una información veraz y libre de intoxicaciones por parte de la población que garantice el desenvolvimiento de lo que llaman democracia. Sin enbargo ya no engañan a nadie. El Estado español acabó con la libertad de expresión en 1939 y, desde entonces, lo único que ha hecho ha sido adecuar mejor las formas de censura a cada momento.

Y con este nuevo mecanismo impulsado por PSOE y Unidas Podemos solamente se perfecciona la persecución de la disidencia política al más puro estilo franquista. Se aseguran llegar hasta donde no lo hacen todavía. Y arman al Estado con la capacidad de decidir qué contenidos ven la luz pública y cuáles deben ser retirados. Qué noticias se publican y cuáles no. Qué informaciones nos llegan y cuáles son ocultadas. Y si algún medio se atreve a desobedecer, sufrirá las consecuencias. Así, todas las publicaciones, revistas, espacios web, etc. que no se plieguen a la verdad oficial dictada, serán directamente silenciados.

Da igual quién gobierne; por parte del Régimen no podemos esperar más que recortes y ataques a las libertades y derechos más fundamentales, también la libertad de expresión e información. Y no los conquistaremos hasta que tumbemos al Régimen y construyamos la República Popular al servicio de los trabajadores que nos los devuelva. Por ello, ahora, igual que en los últimos 80 años, no nos queda más que desobedecer y resistir ante su censura y sus mordazas.