Una monarquía moribunda

Fue la expresión, una más, de la insatisfacción popular que asiste, temerosa y esperanzada, a la descomposición de una democracia limitada, a la agonía de un reinado que nació sobre la tumba de Franco y que concentró una corte de besamanos ridículos, de negocios turbios y de privilegios obscenos, amparada por una prensa acomodadiza, aduladora y servil. El sistema político surgido de la transición, tras la muerte del dictador, está en crisis abierta. A los desoladores efectos de la crisis económica, del robo de propiedades públicas, de los recortes de derechos laborales y ciudadanos, a la corrupción y a la forzada conversión de la deuda privada de bancos y cajas de ahorro en deuda pública, se une la profunda desconfianza de la población en los partidos políticos e instituciones, y la extendida convicción ciudadana de que las elecciones no sirven para nada.