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Estado español :: 20/06/2007

Una aportación a la lucha por otro sindicalismo

Sergio García de Corriente Sindical de Izquierdas
La Audiencia Provincial de Asturias ha confirmado la sentencia que condena Cándido y a Morala a tres años de cárcel, inhabilitación del derecho de sufragio pasivo, multa de 2.170 euros a cada uno y una indemnización de 5.625 euros al Ayuntamiento de Gijón. Por otro lado, el fallo del segundo juicio, que había sido recurrido por la fiscalía, fue absolutorio.

Esta sentencia representa un golpe duro contra el movimiento obrero en Asturias y en el resto del Estado Español. Se enmarca dentro de un contexto de represión hacia los que alzan la voz contra las políticas anti-obreras del gobierno, en este caso con el agravante de que se trata de PSOE-IU.

Muchas preguntas rondan en la cabeza de jóvenes y trabajadores que han salido a luchar con todas sus fuerzas: ¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Es posible aún frenar este ataque? ¿Cuáles son los siguientes pasos?

Como señalamos en su momento la movilización del 22 de noviembre del año pasado fue histórica. Más de 10.000 personas salieron a las calles a protestar no sólo contra la condena de los compañeros de la CSIsino también reflejando el malestar por la política anti-obrera de los sucesivos gobiernos de la izquierda. Explicamos que la presencia de miles de trabajadores de la base de CCOO y UGT evidenciaba una crítica a la política de "pacto social" y de abandono de los conflictos obreros más relevantes (Menasa, Autotex, Perlora, Izar, Naval Gijón, etc.).

La Plataforma contra la Represión y por las Libertades (que agrupaba a más de 30 organizaciones) fue un paso muy positivo. Desde el principio los marxistas de El Militante participamos activamente e insistimos que había que elaborar un plan de intervención para llegar al conjunto de la clase obrera asturiana y de la juventud. A nuestro parecer esto pasaba por una campaña de explicación en todas las empresas a las que se pudiera llegar (sobre todo en Gijón), mediante panfletos claros y concretos señalando lo que significaba este ataque brutal contra el conjunto del movimiento, la responsabilidad de los dirigentes del POSE-IU y exigir a CCOO, UGT y CSI la convocatoria de una Huelga General. Transformar la defensa en ataque.

En el curso de la lucha

Las concentraciones frente a los juzgados demostraban que el ambiente se iba caldeando y que conforme pasaba el tiempo nuevos sectores se solidarizaban con los compañeros.

Sin embargo desde la Plataforma se insistía en seguir sólo con movilizaciones y concentraciones que en ningún caso suponían un avance en la presión. No puedes mantener a los trabajadores movilizados sin una perspectiva, sin mostrar que la lucha avanza. El argumento esgrimido de "a ver qué pasa con la sentencia" no tenía peso. Tras la absolución en el segundo juicio parecía que los jueces iban a aflojar pero fue sólo un respiro que se tomaron para volver a la carga intentando revisar la sentencia. La justicia bajo el capitalismo es una ficción porque sigue los dictados de los más poderosos. Como señaló Cándido: nunca se condena a los empresarios que destruyen puestos de trabajo o a los constructores que especulan.Este juicio es una decisión política, por eso sólo si la presión es lo suficientemente grande se conseguirá que no puedan seguir adelante.

Tras el segundo juicio estaba más claro que el agua que el Ayuntamiento, el Principado y el resto de instituciones iban a por todas. Estaban echando un pulso. Este era el momento para presionar aún más en la base de los sindicatos mayoritarios, de romper el "pacto de silencio" que mantenía la burocracia. Entonces se volvió a convocar otra manifestación para finales de marzo que anunciaba ser menor porque no suponía ningún paso en relación a la ya masiva movilización de noviembre. Ni siquiera la propia CSI parece tener un plan sostenido para conseguir que la lucha avance de forma significativa.

Finalmente se acordó realizar una campaña simbólica de recogida de céntimos, y convocar una nueva concentración. Esto era algo positivo, pero insuficiente si no se combina con la agitación dentro de las empresas y la creación de una Caja de Resistencia que realmente sirviera para que TODOS financiáramos esta lucha. En cambio esta idea por sí sola no hace avanzar la lucha si bien mantiene al sector más combativo en tensión como se pudo observar en la participación de 1.500 personas en la concentración del 24 de mayo.

¿Cómo seguir?

Las lamentables declaraciones tanto de la alcaldesa Paz Felgueroso (PSOE) como las de Montes Estrada (IU), mostraron a las claras su complicidad con este ataque. Ni una condena a la sentencia de 3 años de cárcel. Sólo frases bonitas sobre la "defensa de los astilleros" y lamentaciones de que el Código Penal esté endurecido "por culpa del PP". Los dirigentes de IU deberían haber roto el pacto de gobierno y posicionarse con los trabajadores. No hay excusas que valgan. En realidad lo que repetían todos los días mostraba su debilidad. La única fortaleza con la que contaban era la inmovilidad de los dirigentes "responsables" de CCOO y UGT. ¡Aquí esta la cuestión fundamental!

Las elecciones han pasado factura a los dirigentes de la izquierda en toda Asturias, sobretodo a IU que pierde concejales en las principales localidades y en torno a 18.000 votos. Los trabajadores que votaron al PSOE e IU lo hicieron para impedir que el PP gobierne porque tienen muy claro que con la derecha las cosas no cambiarían sino que iríamos a peor. No es un cheque en blanco para su política ni mucho menos un voto sin críticas. No ven otra salida por el momento. Por eso debemos hacer hincapié allí donde somos más fuertes: en el movimiento sindical.

Frente a la total pasividad por parte de las direcciones de CCOO y UGT, continúa siendo necesario aplicar la máxima presión, pues es inadmisible que ante un atropello como este, que afecta a todos los trabajadores se comportaran como si la cosa no fuera con ellos. Su estrategia es la del avestruz: esconder la cabeza mientras vierten lágrimas de cocodrilo por lo "excesivo" de la condena. Romper esa comodidad en la que están inmersos continúa siendo una tarea prioritaria. Estamos convencidos de que aún no es tarde para lograrlo. Hay que redoblar los esfuerzos para explicar al conjunto de los trabajadores lo que significa este ataque, y que sólo con su participación consciente a través de la Huelga General en la Comarca será posible echarlo atrás.

La CSI nació como respuesta a las prácticas burocráticas de unas direcciones sindicales que están muy cómodas en sus despachos mientras los trabajadores perdemos derechos y conquistas. Tras más de dos décadas de existencia nuestro sindicato sigue firme de pie luchando por convertirse en una alternativa. Muchos trabajadores nos miran con interés y la juventud combativa se acerca buscando un sindicalismo fresco, honesto, combativo, es decir un sindicalismo de clase, el único capaz de hacernos avanzar en la lucha cotidiana contra el capitalismo. Precisamente este es el tipo de sindicalismo que pretenden eliminar. De hecho estamos hablando de la más que probable prisión, bajo acusaciones falsas, para el actual Secretario General y el antiguo, algo inaudito en la historia de la democracia. Ante la perspectiva de un encarcelamiento es indispensable la convocatoria de una Asamblea General Extraordinaria, para debatir un plan de acción mucho más intenso, intentando implicar de forma mucho más eficaz del primero al último de los afiliados.

En ellos debemos basarnos fundamentalmente para recabar la solidaridad del movimiento obrero, por encima de siglas, haciendo hincapié en los intereses comunes que defendemos. Sólo de esa forma estaríamos pisando suelo firme para poder seguir en nuestro camino. Alimentar la participación desde abajo en la CSI es hoy, más que nunca una tarea fundamental.

Los palos que aún quedan por tocar se acaban. No se trata de buscar apoyos sin más, si no de decidir en que sector de la sociedad vamos a basarnos para parar este ataque. En ese sentido, está todo por hacer. En primer lugar, no deberíamos descartar la posibilidad de utilizar el tema de las multas y la indemnización para realizar una campaña recabando apoyo económico en las empresas, con botes de solidaridad en los barrios, etc lo que permitiría, además de evitar posibles embargos por impago, demostrar en la práctica el respaldo de los trabajadores. Además, hay que dar una publicidad más amplia aún a estas condenas, iniciando una campaña estatal de apoyo, que se concrete en el envío de resoluciones y ayuda económica de comités de empresa, federaciones sindicales y organizaciones de izquierda. Y, por supuesto, vincular todo esto a la exigencia de la Huelga General en la comarca para evitar que dos trabajadores inocentes sean la cabeza de turco donde se pretende dar un escarmiento al conjunto del movimiento obrero.

kaosenlared

 

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