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Estado español :: 02/12/2018

Willy Toledo: "En España nadie me da trabajo"

Kamchatka
La historia de este país y de la Transición es la historia del manto de silencio que el poder decidió poner sobre la verdad histórica de lo que ha supuesto la Monarquía

Sigue pendiente de fecha de juicio por sus blasfemias, situación que pudiera parecer insólita, salvo si recordamos que en 2012 al cantante Javier Krahe le tocó presentarse ante la autoridad judicial por tener la osadía de querer cocinar una figura de Cristo de plástico. Willy Toledo es hoy más Willy que nunca y sigue sin pelos en la lengua. Ahora presenta, junto a Alberto San Juan y Luis Bermejo, su película 'El Rey', para la que se hizo un crowfunding.


¿Qué cambia de la obra de teatro 'El Rey', que se representó durante casi dos años en el Teatro del Barrio, a la actual película? 

El guión es prácticamente idéntico, pero la película yo diría que es más oscura y tenebrosa que la obra de teatro. Hemos prescindido de mucha de la comedia que había en la obra, entre otras cosas porque la obra duraba casi dos horas y era necesario desengrasar de vez en cuando, porque la historia contemporánea de este país es realmente dramática, violenta y oscura. También profundamente antidemocrática.

Sin prácticamente atrezzo, ¿ha sido un reto en cuanto a narrativa? 

Puede ser, lo que pasa que eso acompaña al contenido. El contenido es durísimo. Creo que haber hecho una película más luminosa (cromáticamente) tampoco encajaba muy bien en lo que estábamos contando. Aunque la película se detiene a principios de los 90, la historia de España ha sido negra y dura los últimos 50 ó 60 años. Eso ha traído mucha muerte y mucha destrucción, mucho dolor, mucha cárcel, mucha represión. Entonces, el concepto tenía que ser de peli dura. 

Una cosa que caracteriza a esta película y que le da estilo son los saltos de tiempo…

Sí, es verdad que es una película que exige mucho de la responsabilidad del propio espectador, de comprometerse a meterse en la peli. También hay mucha información, muchos nombres propios, algunos de los cuales serán incluso desconocidos para la gente más joven. 

Sólo salen hombres en la película. ¿Por qué?

Claro, todos eran hombres en las altas esferas de la política de aquella época. Ten en cuenta que la Constitución la redactaron siete hombres metidos en una habitación durante dos meses. Además todos eran de la extrema derecha menos uno, todos del régimen franquista. 

¿Qué pasaría si la Casa Real ve la película?

Cualquiera que conozca la historia reciente de este país y ose enfrentar la versión oficial de lo que ha supuesto la monarquía en España, debería tener, al menos, un poquito de miedo. Porque si sabes la intensa y profunda violencia que es capaz de utilizar el régimen borbónico, deberías ser consciente y tenerles miedo. Yo les tengo pavor. Pero lo que no han conseguido conmigo, ni con ninguno de nosotros, es que ese miedo que nos infunden nos paralice y nos obligue a autocensurarnos, que es otro de sus objetivos. Cuando lo consiguen, hacen que la gente piense muy bien qué va a hacer, qué va a decir, qué va a cantar o qué personaje va a interpretar. Ya te detienen hasta por interpretar personajes, como a mis compañeros los titiriteros o a Dani Mateo. Ya no es que yo, Willy Toledo, dé mi opinión. Es que ahora, por interpretar un personaje en el teatro, me pueden detener. Qué venga lo que tenga que venir. Yo no voy a dejar de hacer o participar allí donde crea que es necesario.

¿Te vetan profesionalmente en el Estado Español?

A mi me han prohibido trabajar en este país, directamente. Lo mío no es una cuestión personal, no hay nada realmente contra mi. Te resultará difícil encontrar a alguien en el mundo del cine que te hable mal de mi como persona y como profesional, pero necesitaban un chivo expiatorio. Era algo como: "Cuidado con lo que hacéis y decís los actores y las actrices, porque os puede pasar lo que le está pasando a Willy Toledo". Y fíjate. Últimamente ha habido más películas catalanas y vascas que nunca nominadas a los Goya. Pues con la cantidad de catalanes y vascos que suben a recoger premios, no se escucha ni una palabra en estos idiomas. Eso es la autocensura. Los catalanes que estuvieron en los Goya pensaron: "No voy a utilizar mi lengua, mi idioma materno, no vaya a ser que se me ataque desde los medios de comunicación o las redes sociales". Fíjate qué impresionante, hasta dónde funciona la autocensura. 

¿Cómo ha catalizado la izquierda el descontento de la ciudadanía con la monarquía tras los escándalos conocidos?

Si tenemos en cuenta los partidos más a la izquierda del parlamento, empezando por el PSOE, nos encontramos con que el PSOE son los cimientos del régimen del 78. Esos cimientos son los que sustentan la monarquía. Antes a Juan Carlos y ahora a Felipe. Izquierda Unida siempre ha tenido una posición más republicana, pero en mi opinión no ha hecho lo suficiente para concienciar a la gente de la absoluta incompatibilidad de un régimen monárquico con una democracia. Y Podemos no para de decir que no toca a la monarquía. Para mi son el PSOE del Siglo XXI, sin matices. 

¿Influye en algo la forma en que se enseña la Dictadura Franquista en las escuelas? 

Nos falta mucha cultura democrática, absolutamente. De ello se ha encargado el poder desde las propias instituciones educativas y desde los medios de comunicación o la Iglesia Católica, Apostólica, Pederasta y Romana. La historia de este país y de la Transición es la historia del manto de silencio que el poder decidió poner sobre la verdad histórica de lo que ha supuesto la Monarquía, desde que Franco decide que Juan Carlos va a ser su sucesor y hasta el día de hoy. La historia oficial dice que el Rey paró el Golpe de Estado y nos trajo la Democracia. En torno a ese mantra se ha ido construyendo la falacia de la Democracia en España y del Rey campechano y demócrata.

¿Qué te gustaría que se hiciese con los restos de Franco?

Dado que en este país está prohibido enterrar los restos de un familiar en tu jardín, en este caso haría un permiso especial para que los familiares de Franco enterrasen sus restos en su propio jardín. 

¿Fue violenta la Transición? 

El discurso oficial y obligatorio dice que no fue violenta y es la versión que se está imponiendo. Ahora parece que la Transición fue pacífica y modélica. Sin embargo, sabemos que hubo más de 600 asesinatos políticos desde el año 1975 hasta el año 1982. Fue extremadamente violenta. Hay un libro llamado 'La Transición sangrienta', del que hemos sacado muchos de los datos de esta película. Campaban a sus anchas por las calles organizaciones fascistas y de extrema derecha como el batallón vasco español (organización terrorista parapolicial), Fuerza Nueva, Legionarios de Cristo Rey o la triple A. 

¿Ahora han vuelto o no se han ido nunca? 

No se fueron nunca, lo que pasa es que durante muchos años sólo sacaban una bandera de España los ultraderechistas, los Franquistas. Daba igual que llevase el escudo monárquico. Desde el año 2008, cuando España gana la Eurocopa de fútbol, se empieza a sacar la bandera. Ahora se reivindica la bandera. Pero la mía es la tricolor. 

¿Por qué sólo nos fijamos en los países que sí sacan la bandera y no en los que no la utilizan con fines políticos?

En Estados Unidos, eso que para la derecha de este país es la meca de la Democracia, es perfectamente legal quemar su bandera. Se hace todos los días en público, tanto en manifestaciones de la extrema derecha como en las de extrema izquierda. No entiendo por qué se prohíbe la quema de un trapo. La diferencia del resto de Europa con España es que en los otros países se venció al Fascismo y aquí nos venció el Fascismo. Con lo cual, cuarenta años después seguimos siendo un país ultraderechista y cada vez más en el pueblo, lo cual es muy peligroso. 

¿Cuáles son tus proyectos para el futuro?

De momento cero, por el tema del veto. En este país nadie me da trabajo, lo único que me salva es el teatro o hacer este tipo de películas, aunque no he cobrado nada (voluntariamente). Esto no puede ser un modelo, yo necesito comer de mi trabajo. Incluso me planteo la posibilidad de volver a marcharme. En la cultura somos el primer objetivo de cualquier régimen totalitario, porque la cultura es, históricamente, la principal enemiga del poder. Nos hace seres críticos y capaces de reflexionar y hacer análisis de lo que estamos viviendo. Esto nos lleva a deducir que vivimos en un sistema, como mínimo, totalitario. Un pueblo más culto es un pueblo más libre. Lo que más teme el poder es la libertad. 

 

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