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Estado español :: 30/04/2008

Carta de Gabriel Pombo Da Silva

La Haine - Cordoba
La historia vital de Xose, Paco Ortiz, Patxi Zamora y miles más, que siguen resistiendo en todas las partes del planeta, nos enseña algo que no deberíamos de olvidar: la rebelión es posible en cualquier lugar y en cualquier momento.

Aachen 8 de marzo!

El sueño de muchos políticos es concebir las ciudades como si fuesen cárceles: cámaras en cada esquina, potentes focos que no permitan esconder nada en la oscuridad, un madero que controle a cada individuo, y reducir cualquier protesta o duda sobre el sistema a una mera cuestión de insatisfacción personal, buscando entonces el camino de lo judicial, para garantizarnos una serie de “derechos”, que ellos mismos llaman básicos o humanos.

Este sueño no es sólo una mezcla de 1984 de George Orwell y de Un Mundo Feliz de Aldous Husleys, donde los temores, reales o construidos como deben ser, las tecnologías, las drogas y la biotecnología están haciendo al ser humano un objeto del nuevo sistema totalitario.

Este sueño es la realidad que vivimos hoy en día, en ambos lados de los muros y de las fronteras. Cuando decimos: “ todos somos presos”, lo que queremos decir es: que vivimos una existencia de objetos, porque el sistema nos convierte en seres que han olvidado su pasado como sujetos, con memoria, conciencia y ganas y capacidad para luchar por la libertad, no como ahora donde se aplica el lavado de cerebro a través de los medios de desinformación.

Los programas de debate llenos de intelectuales y expertos de la política han declarado que la clase trabajadora está muerta, que ya no habrá más proletariado, igual que no habrá ningún potencial revolucionario, que justifique las teorías sobre la necesidad de las revoluciones o la lucha de clases.

Lo único que nos quedará será aceptar la explotación llevada a cabo por el sistema, que se autodenomina democrático, y que sólo aceptará protestas por medios pacíficos para evitar ser molestado lo menos posible.
Pero con el mismo aliento ellos llaman a las guerras imperialistas operaciones humanitarias y a las torturas técnicas de interrogatorio y una extensa lista de eufemismos.

Lo peor no es lo que hacen los intelectuales que representan al neo-liberalismo y el capital, los que sólo luchan por el bien del gobierno de turno y el estado, porque simplemente llevan a cabo su trabajo, por y para el cual ellos viven.

Lo peor es ver y escuchar como la gente normal, la que mejor capacitada está para entender y reconocer estas cosas, repiten como papagayos las mentiras y estupideces de aquellos que nos llevan a la ruina, sin pararse a reflexionar ni un momento por ellos mismos.

La guerra de clases no es una abstracción del pasado, que sólo sirve para que una parte de la clase política se auto legitime como el partido de los trabajadores o laboralista.
Todos nosotros, sin diferencia de que seamos trabajadores, los que no tenemos el poder en nuestras manos, el poder que ni siquiera queremos tener, somos los que construimos la clase proletaria, conscientemente o no.

Y dentro de una sociedad en que hay una clara distinción entre los intereses de aquellos que se encuentran por debajo y los que se encuentran por encima, es algo decisivo el tipo de consciencia que tenga los que están debajo para oponerse a este sistema de desigualdad o aceptarlo.
Para mi es importante esta breve introducción para poder hablarte hoy aquí y decirte que nuestra actividad política y nuestras intenciones no se deben resumir a una cuestión de derechos humanos. Posicionarse contra las prisiones de manera tajante, así como contra el aislamiento y la tortura, leve o severa, significa comenzar la lucha por todo, dentro de un sistema en el que aunque en diferentes niveles, todos estamos presos.

En el momento en que algunos de nosotros nos juntamos para luchar contra las prisiones, deberíamos plantearnos que lo que queremos no son más prisiones humanitarias, ninguna prisión puede ser humana, igual que no lo es la esclavitud o la tiranía.

El análisis de esta parte de la sociedad nos ayuda a comprender mejor en qué tipo de sociedad vivimos. Ello ocurre porque la prisión es un pequeño espejo reflectante de todos los valores dominantes y herramientas que son usadas para combatir la resistencia y deseo de vida de aquellos que se atreven a rebelarse, estoy hablando tanto de presos políticos como sociales.

Este sistema de destrucción y tortura como el FIES en España, 41 bis en Italia, Iso-half y el arresto preventivo( sichereitgewahrsam) en Alemania, QUS en Francia o las celdas F de Turquía debe ser desenmascarado y protestado y podremos mostrar como se respetan los llamados derechos humanos y se miente en las tierras democráticas.
Y nosotros, personas con o sin conciencia de clase, nosotros los que generalmente estamos marginados, no podemos estar seguros de que un no día terminemos en una de esas celdas.

Esto como la espada de Damocles es algo que está siempre sobre nuestras cabezas.

Si claro, tenemos que organizarnos, porque nos unen intereses comunes por encima de cada muro, frontera o ideología que nos separa.

Un ejemplo sobre esto que hablo puede ser observado en esta relación: Pastora, una trabajadora y luchadora social, junto a una activista vasca, un okupa vasco, un alemán autónomo y yo, un anarquista preso en Alemania.

Juntos, por encima de las diferencias que podemos tener, construimos momentos de lucha, unidos por nuestras similitudes, y organizados en una serie de cuestiones básicas que de manera general y diría que universal nos generan interés común.

Ahora mismo están apareciendo nuevos Tarrios, Pombos, Ortizes, Zamoros, acompañados de nuevos sistemas FIES.
Y sabemos que venimos del corazón de la disparidad de posibilidades y la injusticia del sistema.

Estamos acostumbrados, tanto como que las palizas y las torturas son algo no sólo inusual sino normal, infringidas por personas que hacen lo que hacen por dinero no ya porque sean seguidores de una ideología fascista.

Algo doblemente triste.

Seguramente la mentalidad social sea el resultado de la historia colectiva, pero no sólo: Sólo la rebelión contra la injusticia es universal y se escapa a culturas, colores de piel, origen, vive en los individuos libres, humanos que rechazan el ser controlados y que rechazan convertirse en extranjeros en nombre de la verdad universal, la cual es completamente falsa.

La historia vital de Xose, Paco Ortiz, Patxi Zamora y miles más, que siguen resistiendo en todas las partes del planeta, nos enseña algo que no deberíamos de olvidar: la rebelión es posible en cualquier lugar y en cualquier momento.

Los vínculos de la amistad y del amor son más fuertes que las cadenas y los castigos que nos imponen.

Dignidad, rebelión, amistad, amor, solidaridad, libertad, organización, estas son algunas de las ideas y valores que defendemos y por los que luchamos.

Ayer, hoy y siempre!!

Un saludo en lucha desde una destructiva celda de Aachen, Alemania.

Os agradezco a todxs vuestra atención.
Gabriel

 

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