Crisis, psicología de masas y otras menudeces

Hay verdades que, por mucho que hayan sido citadas, nunca viene mal recordar. A mí por ejemplo en estos días, la vida me ha recordado intensamente que “el ser determina la conciencia”; entendiendo el ser como el conjunto de relaciones sociales y especialmente aquellas relacionadas con los medios de producción.

No, aún no me he quedado en paro. En la actualidad soy trabajador autónomo desde hace cinco años, obligado sutilmente por el llamado “Mercado laboral”... Digamos que yo era un trabajador rentable y me convertí en un trabajador muy rentable una vez que quedé despojado de los pocos derechos que quedan, haciéndome cargo de mis propios gastos de cotización para poder seguir, digamos, en línea de mercado.

Reconozco que a veces despierto de buen humor y otras veces consumido por un miedo paralizante, que penetra como un taladro en mi psiqué. Permitirme que me centre y os explique de que quiero hablar.

Desde hace ya largos meses la CRISIS es la palabra mágica que aparece en mil y un reportajes en los medios de intoxicación masiva y se reproduce en las conversaciones de la calle.

Si fuese hecho con carácter pedagógico sería estupendo….pero claro, esto conduciría sin remedio a conclusiones muy dolorosas para el bloque dominante…tales como el estrepitoso fracaso de las políticas neoliberales y sus protagonistas que, excitados como sátiros en una bacanal, se morían de gusto ante el gran pastel que se inauguraba con la llamada globalización capitalista.

El fraude masivo de la gran banca, con la complicidad de los monstruos empresariales inmobiliarios, propietarios del cemento, del ladrillo y de todo lo relacionado con la locura especulativa de los últimos años ha quedado al descubierto, generando un agujero que el Estado ha corrido a tapar en la medida de sus posibilidades, en su función de afinador de la orquesta que protagonizan, básicamente, una docena de familias propietarias de casi todo, en ese territorio que algunos se empeñan en llamar España.

Y es que ese modelo de expansión capitalista, basado en la especulación y el ladrillo, la economía criminal y la corrupción, ha sufrido un infarto grave.

El “milagro español” está en caída libre y ahora entendemos las risitas entre el público yanqui cuando Zapatero decía en Nueva York, hace unos meses, sin creérselo ni él, “que el sistema financiero español estaba entre los más sólidos del mundo”

Seguro que hubo quien necesitó abandonar la sala sujetándose la barriga y la mandíbula tratando de frenar el jajaja y jajajaja y me parto me mondo me troncho con este tío.

La gran mentira está a la vista de todos los ojos…..y tenemos que preguntarnos que es lo que toca para afrontar el futuro.

Lo primero que tenemos que constatar es que, por desgracia, la articulación del movimiento popular en su conjunto, pese a haber experimentado un notable ascenso cualitativa y cuantitativamente, no está lo suficientemente maduro para afrontar en las mejores condiciones las urgentísimas tareas que se nos echan encima para frenar la voracidad del monstruo.

Lo cual no quiere decir que no se puedan hacer muchas cosas para ensanchar nuestro porvenir colectivo.

Este hecho se suma a la intensidad y la violencia aplicada por el Estado Español contra la clase trabajadora, contándose por miles los despidos diarios, la generalización del empobrecimiento de sectores cada vez más amplios de la población y el recrudecimiento de las embestidas contra los pocos derechos que nos quedan, repitiendo la cantinela de siempre…. ¿qué es lo mejor para crear empleo? Acercarse cada vez más al despido libre…..o hacer horas extras, como acaba de proponer el PSC, o liberalizar (vamos, vender) más y más sectores estratégicos.

Esto provoca que millones de personas en el Estado Español sufran las consecuencias del modelo capitalista con la máxima crudeza, derrotados psicológicamente y desde la soledad más absoluta.

No hace falta más que echar un ojo a los datos para darse cuenta de la estrecha relación entre precarización de la vida y el desbocado aumento de enfermedades mentales, depresiones, etc.

A pesar de todo lo dicho sobre esta crisis sistémica, hay al menos un aspecto sobre el que creo no se ha reflexionado lo suficiente.

Y es sobre el impacto provocado por el tratamiento mediático, hábilmente planificado sin duda, sobre la psiqué colectiva.

La penetración en la psicología de las masas de la ideología capitalista y su canalización por medio del nacionalismo español es fundamental para la continuidad del bloque dominante.

Es bien sabido de los esfuerzos de los grandes propietarios para desviar la atención y evitar que ésta se centre en la contradicción capital-trabajo.

Y entonces el capitalismo impone, con más o menos sutilezas, en función de las circunstancias….la ideología del sálvese quien pueda.

Las manifestaciones de este principio grabado a sangre a fuego siempre ataca a los más débiles y hace vencedores a los cobardes.

Sirva como muestra las noticias que desfilan por los periódicos sobre trabajadoras y trabajadores despedidos por mail, sms o que directamente son recibidos en su puesto de trabajo por personal de seguridad que les recuerdan, porra en mano, que la constitución ampara a los patronos.

¿Se referiría a esto Solbes cuando decía aquello de “perder grasa” en el sistema productivo?

El eslabón más débil de la cadena son las trabajadoras y trabajadores inmigrantes…..aplicando una política institucional del “palo” tras la “zanahoria” de la regulación; azuzando al fascismo contra ellas y ellos.

Seguidos muy muy de cerca están millones de trabajadoras y trabajadores que, como yo, fuimos absorbidos por un mercado multiprecario minorizando al máximo los costes, vendiéndonos la moto de “lxs jóvenes emprendedorxs” para dejarnos desnudos de derechos y baratitos baratitos a disposición de sus negocios, pasándonos la manita por el hombro y tratando de convencernos de que ambos eramos iguales, pese a que nosotras y nosotros no lleguemos a mileuristas y ellos amasen miles y miles de euros que se cuentan, en su mayoría, por millones.

Acompañándonos en la “pole position” de los sobrantes para el desarrollo del proyecto capitalista, millones de asalariadas y asalariados, abandonados hace mucho tiempo por las grandes burocracias sindicales y que hasta ahora oscilaban entre espectadores del teatro de la democracia burguesa y consumidores que medían su bienestar en función del nivel de consumo obtenido y la “calidad” del oro de sus cadenas, sin importar que eso supusiera endeudamiento masivo y a medio y largo plazo, hipotecar el futuro por vivir por encima de sus posibilidades.

Esa ideología afecta por completo, a mi modesto entender, a la generación que fuimos llamados (manda güevos) “Los hijos de la democracia”.

Nos vendieron la marca convenciéndonos de que éramos la generación mejor preparada de, al menos, los últimos cuarenta años y de que estábamos llamadas y llamados a vivir divinamente gracias a la transición y la constitución de 1978, por lo que podíamos olvidar tranquilamente lo que hicieron con nuestras abuelas, abuelos, madres y padres.

Con nosotrxs iba a ser diferente. La democracia nos iba a procurar una casa donde vivir, un trabajo con el que sustentarnos sin discriminación de raza, sexo, religión o ideología, igualdad ante la ley….e incluso tendríamos sindicatos y partidos políticos en los que organizarnos para desarrollar el proyecto político que nos saliera del pie.

Que si, que si….que a cambio quedaban blindadas menudeces como la economía de mercado, la monarquía heredera del franquismo, la unidad indivisible de una nación inexistente garantizada nada menos que por el ejército español……

Pero nos dejaban tener a Carrillo!!! Y además podríamos visitar su peluca en el museo y soportar el patético anecdotario resultante del cafelito que se tomaron juntos los herederos del franquismo y los traidores a las reivindicaciones históricas de la izquierda transformadora, tales como el derecho de autodeterminación, la ruptura democrática o la elección libre entre monarquía y república.

Pues bien, hoy por hoy esa generación nos enfrentamos colectivamente a una crisis estructural de dimensiones brutales, donde el gran capital, aplicando el “sálvese quien pueda”, pretende conducirnos por el camino de la barbarie matándonos entre nosotras y nosotros por un puesto de trabajo y donde tenemos el deber de construir herramientas útiles para resistir y atacar la ideología dominante y sus poderosos instrumentos.

Porque aquellas que utilizaron nuestras madres y padres a día de hoy, están completamente podridas y son altamente funcionales para el bloque dominante.

Es por eso que nietas y nietos, cogidos de la mano de las hijas y los hijos de todas aquellas personas dignas y valientes que nos arrebataron en el nombre de España y a golpe de bayoneta….debemos autoconvocarnos con más vehemencia que nunca para terminar la tarea.

Porque nos va la vida en ello. La nuestra y la de nuestras hijas e hijos y la de las hijas e hijos de estos últimos.

Ha llegado la hora de pisar el acelerador. Multiplicar esfuerzos. Organizar la rabia y potencializar la disidencia al máximo, la unidad de base y el programa común de las organizaciones revolucionarias.

Y es que al futuro llegamos cantando, o no llega ninguno.

Ha llegado la hora de asumir la necesidad urgente de derribar entre todas y todos la Constitución de 1978, desde la A hasta la Z, para devolver al pueblo lo que del pueblo saliera y construir una sociedad donde “Nadie sea más que nadie” y ningún estado se arrogue el derecho de los pueblos a construir su propio futuro, con arreglo a sus particularidades y en beneficio de la clase trabajadora.

Ha llegado la hora de hacer crecer en las calles el grito colectivo:

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

Nos va la vida en ello.

* Militante de Izquierda Castellana.
Castilla, 11 de marzo de 2009
www.nodo50.org/izca