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Països Catalans, Barcelona :: 04/09/2017

El terrorismo de los otros

Laia M.M.
Y ahora toca más policía, más ametralladoras, más secretas por las calles. Tocan aún más cámaras de vigilancia,más controles. más redadas por el color de la piel...

Hemos estado mas de dos semanas que no se hablaba de otra cosa -y aún sigue-: los ataques terroristas en Barcelona y Cambrils. Cada día, todo el tiempo. Como si nada más estuviera sucediendo, avivando aún más la paranoia, la obsesión social, alargando al máximo el tema para clavarlo aún más hondo del cerebro de la gente. Se difunden sin filtro ni respeto por las familias y gente cercana a las afectadas imágenes y grabaciones del atropello y el caos posterior, y fotografías de los terroristas -o supuestos terroristas-, cogidas en muchos casos de la lista de los institutos donde iban.

Día a día los medios de desinformación distorsionan las palabras, retorciéndose en su lenguaje venenoso. Comiendo he visto imágenes de cómo al menos una decena de mossos d’esquadra tapados hasta los dientes, con botas, chalecos y ametralladoras, junto a sus furgones del terror, se felicitaban LITERALMENTE por haber matado al chico que dicen que cometió el atentado en la rambla, y que estaba escondido en unos viñedos. Se chocaban las manos, se daban palmaditas en la espalda. Triste y patética imagen. Y resulta que para los medios un chico de 22 años es «el hombre que cometió el acto terrorista». Mientras que la persona a quien asesinó para
robarle la furgoneta es «el chico de Vilafranca del Penedès», a pesar de que tenía 32 años. También se comentó rápidamente y corrió por las redes que el chico de Vilafranca era muy buena persona, amante de los animales, y que había ido de cooperante en Haití; como si el joven que cometió el atentado, toda la vida hubiera sido un maltratador depravado y no hubiera hecho nada bueno por los demás en toda su corta existencia. Y así una infinita lista de juegos de lenguaje, de imágenes sensacionalistas, de emociones buscadas, todo para proyectar algo muy concreto: los bárbaros, los cobardes, los radicales; frente a nosotros, los demócratas, los preservadores de la libertad, los que quieren la paz, los que creen en los valores occidentales.


Mientras desayunaba pude disfrutar de la magnifica retransmisión en directo por la televisión pública TV3, de la misa en honor y recuerdo de las personas asesinadas en el atentado y sus familias. Misa donde había toda la escoria que podamos imaginar. Politicuchos de todos colores y símbolos, miembros de la casa real, policías y tricornios varios ...Todos juntos allí, dentro de las paredes de la Sagrada Familia y haciendo el paripé en una vergonzosa misa retransmitida en directo. La manera de recordar a las personas muertas es celebrando una misa católica? Por un lado dicen ser y querer una sociedad multicultural, diversa y abierta, trabajar desde la tolerancia y la convivencia, y luego resulta que organizan un ritual religioso, donde la comunidad musulmana -con quien nos deberíamos preocuparnos especialmente de trabajar por esta buena convivencia, sobre todo ahora-, queda excluida o, como mínimo, seguro que no se siente suya esta misa ni se encuentra del todo cómoda. La comunidad musulmana y también todas las personas de otras religiones o personas ateas, porque qué coño pintan o pueden pintar en este acto de supuesto pésame y recuerdo a las víctimas y a lo que ha pasado?


Y toca seguir viendo más aplausos y elogios a la policía, a los gloriosos cuerpos de "seguridad", como si fueran héroes, simplemente por hacer «su trabajo» por el que no olvidemos que cobran dinero, no son voluntarios, altruistas ni gente generosa con un gran corazón. Flores y aplausos a los mismos que vacían ojos con balas de goma, que torturan en las comisarías, que se burlan de las personas presas, que escupen prepotencia en cada concentración, que protegen intereses de empresas y multinacionales fascistas como el Corte Inglés, que entran como matones a los juzgados para proteger a compañeros que han apaleado o se han cargado a alguien, que arrancan de su casa a las personas en los desahucios, que nos insultan, que nos abren la cabeza con las porras, que persiguen a manteros por las calles y los balcones. Ahora se les elogia como salvadores de nuestra sociedad e incluso se hacen camisetas.


Con frustración siento como crecen y se multiplican los insultos en las opiniones de los periódicos, con rabia leo que han pintado con frases de «putos moros os vamos a matar» las mezquitas, o que han tirado pintura roja en el consulado de Marruecos en Tarragona. Además de agresiones varias a personas árabes, que ni salen en los medios convencionales. Con desesperación veo comentarios racistas al facebook, en el móvil, en la calle, en todas partes. Incluso en personas de mi entorno, personas de quien me avergüenzo de ver lo que veo. Y mi interior grita, por favor! alguien se para a pensar en la cantidad de atentados como este -y mucho peores- que hay prácticamente cada día en medio mundo!? Alguien se para a pensar que las principales afectadas son precisamente las personas que
viven en países árabes que tienen que convivir diariamente con este horror!? Alguien se para a pensar que una parte importante de las personas que quieren ser refugiadas -porque de momento a pocas hemos refugiado- huyen precisamente de eso!?


Y se exige a la comunidad musulmana y a toda persona de países árabes que se manifieste, que condene, que dé la cara, que digan abiertamente que les parece muy mal lo que ha pasado. Asumiendo y haciéndoles asumir que algo tienen que ver, que alguna responsabilidad tienen hacia todo esto. Y cuando salen a condenarlo entonces criticamos si no son suficiente, si casi todo son mujeres, si casi todo son hombres. Criticamos el lenguaje que utilizan, o si han dicho una expresión que no nos ha gustado o si no han dicho una frase que a nosotros nos parecía importante. Cuando se manifiestan entonces analizamos cada uno de sus movimientos, sus palabras, sus muestras de rechazo, para encontrar cualquier cosa a la que agarrarnos para seguir descargando racismo. Acaso los blancos nos manifestamos y salimos a condenar cuando hay agresiones hacia personas migrantes por parte de grupos de exterma derecha? A caso salimos constantemente a condenar las guerras que ocasionan cientos o miles de muertos, y en que participa el ejército español, en los países de origen de muchas de estas personas? Se humilla hasta el extremo a las familias y las personas cercanas a los chavales que llevaron a cabo los atentados, como si no fueran ellas las que quizá peor lo están pasando. Las empujamos a que pidan perdón, poco a poco, abriendo bien la boca, para convencernos que lo dicen de verdad. Y si pudiéramos les pediríamos que lo hicieran de rodillas.
Las obligamos a que salgan a primer plano ante las cámaras, sin poder aguantar el llanto y temblando, y que se disculpen, que pidan a sus hijos que se entreguen a la policía.


Y en Barcelona filas y filas de gente para ir a firmar al ayuntamiento el libro de condolencias, y por la calle todo el mundo habla de ello, están tristes, afectados, compungidos. Y cada vez me parece más absurdo. Sí, ha sido un hecho muy grave, ha muerto gente por culpa de unas pocas personas, nada lo justifica. pero yo pienso también en las decenas y decenas de mujeres que en ese mismo Estado Español son víctimas de asesinatos machistas, en los cientos de violaciones y agresiones sexistas. Cada semana por lo menos una mujer es asesinada. Pero esto parece que es normal, es aceptado, convivimos con estaatrocidad sin prácticamente ningún tipo de respuesta. Y también pienso en los cientos de personas que mueren intentando llegar a nuestras costas, hundiéndose en la fosa común en que se ha convertido el Mediterráneo. Pienso en las decenas de personas trabajadoras que mueren también cada año en accidentes laborales y que pasan desapercibidas en los medios, y de quien nadie asume responsabilidad alguna. Pienso en las personas muertas por balas de la policía -la misma que ahora va a las misas, y manifestaciones y habla de hacer frente al terrorismo- a las fronteras de Ceuta y Melilla. Acaso no es terrorismo esto también? Acaso toda esta gente que se pone banderitas con lazos negros o que hace horas de cola para ir a firmar un libro, no le preocupa, ni le afectan todas las demás muertes?


Y se ha organizado una manifestación «multitudinaria» en Barcelona, con el lema No tenemos miedo. Manifestación organizada desde las instituciones y con formato institucional, pero intentando que el pueblo se la sienta suya, que sienta que este acto nos representa a todas y cada una de nosotras. Vendiendo el repugnante discurso que todas deberíamos estar; ahora toca, una vez más, «hacer país». Una manifestación donde al igual que en la súper-misa, asisten políticos de todos los colores, los mismos que asfixian a la población o que piden prisión para luchadoras sociales, todos estos están. Los mismos que hacen campañas racistas, o muestran su clasismo en cada reforma que aprueban, en cada comentario de sus discursos de mierda. Todos estos, están ahí. Los mismos responsables de vender armamento a otros países, incluidos países como Arabia Saudí, que bien se sabe que es uno de los principales financiadores del Daesh, o que tienen relaciones con presidentes y jefes de estado de países que violan flagrantemente los derechos humanos, también están.


Aquellos que mintieron sobre el atentado en Madrid en 2004, diciendo hasta último momento que había sido ETA(y algunos todavía lo siguen repitiendo) también están allí. Como si nada. Me parece un insulto toda esta parafernalia. Si el pueblo quiere expresarse ya lo hará, y prueba de ello son las muestras espontáneas contra los atentados, los actos de rechazo al terrorismo de la comunidad musulmana o del sindicato de manteros, la manifestación antifascista o incluso el intento de concentración nazi. No necesita o no debería necesitar que «su» gobierno le prepare incluso la manifestación a la que ir.


Y ahora toca más policía, más ametralladoras, más secretas por las calles. Tocan aún más cámaras de vigilancia, y más controles. Bloques de cemento en medio de los paseos de muchas ciudades, también de Reus. Tocan más identificaciones, más redadas por el color de la piel. Más racismo, más odio, más justificaciones de agresiones fascistas, más obsesión. Toca dejar en un segundo plano todas aquellas reivindicaciones y luchas, olvidar todo lo que sí nos machaca de verdad y no como hecho aislado, sino cada día, todo lo que nos hace vivir en la miseria, que nos quita la salud, que nos roba lo poco que tenemos. Toca dejar de lado las agresiones de las empresas, la especulación, la presión estética, las granjas de cerdos, la lucha por el agua del río Siurana, el desastre ambiental y social del Hard Rock World, los CIE ... porqué el terrorismo de “los otros" es más importante.

30 de agosto de 2017
Laia M.M.

 

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