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Estado español :: 16/02/2003

En el prólogo de una nueva guerra mundial, los imperialistas se disponen a agredir nuevamente a Irak para saquear el petróleo del país

Pablo Kundt

La tensión entre las grandes potencias imperialistas, especialmente Estados Unidos y Alemania, se multiplica a diario y tiene como objeto inmediato de su codicia a Irak y sus pozos petrolíferos. En su feroz apetito devastador nos llevan a marchas forzadas hacia una nueva guerra mundial de brutales dimensiones.
Asistimos ahora a una verdadera agresión en la que Saddam Hussein y las Naciones Unidas no son más que las excusas que apenas encubren la sucia rapiña que los imperialistas codician, a saber, los pozos petrolíferos irakíes.

Una vez más, es el reparto del mundo, el control de las materias primas, lo que enfrenta a las grandes potencias imperialistas, que han comenzado a delinear ya dos bloques antagónicamente enfrentados en torno a Estados Unidos y Alemania. Estos dos países han ido agrupando a toda una constelación de satélites de segunda fila que colaboran con ellos y les prestan apoyo con la pretensión de quedarse con las migajas del botín. Así, mientras Francia y Rusia declaran abiertamente alinearse en torno a Alemania, otros como Reino Unidos y España ya se han solidarizado con las posiciones estadounidenses.

Que es el petróleo y no otra cosa, lo que está en juego, lo demuestra la situación paralela que atraviesa Venezuela, donde fracasada la vía golpista para derrocar a Chávez, propiciada por Estados Unidos y nuestro país, los imperialistas ensayan una via algo diferente: la de la huelga general y la desestabilización permanente de todo el país. Con Irak y Venezuela bajo su férula, los Estados Unidos tendrían la oportunidad de controlar la mayor parte del petróleo del mundo, una materia prima de carácter estratégico.

Como consecuencia de los bloques imperialistas que se están formando, la flamante Unión Europea que inauguraron el pasado año ha resultado saboteada y los primeros síntomas de una profunda división ya han aparecido y aumentarán progresivamente en el futuro.

En ese contexto de confrontación aguda y beligerante, los neutralistas y pacifistas tratan de seguir confundiendo a las masas sobre la postura a adoptar frente a esta guerra. Aunque cada vez son menos, aún hay quien, como en la guerra de los Balcanes, trata de poner en el mismo plano a los agresores y a los agredidos, a Bush y a Saddam.

También subsisten camufladamente los que llaman a una paz sin más, dejando que todo lo demás permanezca igual, como si fuera posible una paz mínimamente duradera manteniendo a un puñado de imperialistas manipulando los asuntos internacionales de la mayor parte del mundo a su antojo, saqueando las riquezas naturales de los pueblos y causando masacres por todas partes en nombre de sus razones humanitarias.

Frente a todos ellos, los comunistas hacemos un llamamiento para luchar contra la guerra combatiendo a nuestro propio gobierno, que pretende sacar partido de una carnicería inmunda. Sabiendo lo que les espera, el aznarín y sus compinches ya han trazado planes para intensificar la represión contra todas las formas de disidencia: cadena perpetua, reforma de las leyes penales y más cárceles de exterminio. Algunos de ellos ya los han puesto en práctica, desatando redadas masivas contra el MLNV, los libertarios de Valencia y nuestro Partido, para el que maquinan una ilegalización con la que pretenden impedir que nos pongamos a la cabeza de oleada de resistencia que se está desatando contra sus planes belicistas.

Es de esperar que, además, comiencen a intensificar su arsenal demagógico y patriotero sobre la bandera monarco-fascista y los homenajes al ejército legionario para cerrar filas y solventar su profunda crisis con un salto hacia delante.

Por eso no es posible hablar de paz ni en el mundo ni tampoco en España: hay que vincular la agresión a Irak y la nueva guerra mundial con la resistencia antifascista en el interior de España y, en particular, hay que formar una amplia unidad popular para hacer frente a la agresión imperialista. Es ya hora de acumular fuerzas y unirnos todos en contra, muy especialmente, de nuestros propios imperialistas, combatirles por todos los medios y desde todos los frentes.

¡¡¡ Organicemos comités unitarios contra el imperialismo !!!
¡¡¡ Promovamos los sabatajes contra el ejército fascista español !!!
¡¡¡ Guerra a la guerra imperialista !!!

 

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