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AntiMúsica :: 13/05/2007

Entrevista con MARS, cantante de Habeas Corpus

Diego Farpón
La Historia y su manipulación, la censura y criminalización de la música que habla de los pueblos y no del Imperio español, la SGAE, los espacios en internet de información anticapitalista...

Habeas Corpus es el nombre de la que, para muchos, es la mejor banda del Estado español, tanto por su música como por la crudeza de sus letras. Comprometidos desde 1994, año en el que publicaron su primer trabajo, "Sociedad mecanizada", en 2006 sacaron su octavo trabajo: "Basado en una historia real".

Con un estilo hardcore, aunque basado en múltiples influencias, y a golpe de metáfora, términos contrarios y, también, mensajes rotundamente claros, Habeas Corpus es una constante en los conciertos organizados por organizaciones de izquierda o movimientos sociales.

El día 5 de mayo, junto a otros grupos, estuvieron en el IV Festival Interpueblos, en Leganés, organizado por la Asociación Haydée Santamaría.

MARS, el vocalista de Habeas Corpus, está con nosotros para responder a nuestras preguntas.

El 2006 fue el año de la Memoria histórica. No bastó con el pacto de la llamada transición: otra vez vuelven a intentar borrar la Historia. ¿Qué importancia juega la Historia en la actualidad? ¿Por qué la constante desde el poder de enterrarla bajo un manto de olvido y silencio?

Orwell escribía en su obra "1984" algo así como "quien controla el pasado controla el presente, quien controla el presente controla el futuro". Esta frase es lo suficientemente explícita y sirve para explicar porque el poder tiene esa imperiosa necesidad de obviar cuando no de eliminar los que son para otros capítulos imprescindibles de su propia historia. En tanto que tratándose de experiencias pasadas bien podrían servir para explicar situaciones propias en la actualidad así como en el futuro. Al eliminar la historia lo que se pretende es borrar todas las experiencias anteriores que contradicen la infalibilidad del momento actual. Supone por tanto un acto más de injusticia, el último, para quienes tomaron parte y fueron partícipes directos o no de momentos históricos muy determinados.

El Poder, o algunos sectores del mismo son responsables del deterioro y de la manipulación, cuando no de la manipulación y el olvido interesado de algunos hechos. Para ello hace una lectura sesgada e interesada de cada acto. Elevándolo a los altares de las verdades únicas e imperecederas o condenándolo a la caja negra de la historia. En este país todas las fuerzas políticas mayoritarias en un momento o en otro han participado de ese proceso. Sirva el ejemplo de los fastos relacionados con el V Centenario en 1992, momento en el que nadie de éstos osó contradecir la versión oficial de la celebración y conmemoración de aquel hipotético encuentro de culturas. Ha habido desde entonces más casos. Ahora se retoma con el tema de la Guerra Civil donde las discrepancias son mayores. Quizá porque el tiempo transcurrido desde entonces sea menor, y por tanto las heridas sigan estando más presentes que en el caso anterior. Lo cual demuestra la existencia de las eternas dos españas. Aun así ni los unos PSOE, IU... ni por supuesto los otros, el PP... se atreven a abordar la verdadera cuestión de fondo, y cuando más se quedan en restituciones parciales de la dignidad robada durante cuarenta años de feroz autoritarismo. Solo la condena de los culpables, vivos y muertos, de aquel periodo podría restituir definitivamente la dignidad a los miles y miles de asesinados, ajusticiados, desaparecidos, torturados, encarcelados... Pero eso pondría indudablemente en peligro el actual estado de las cosas. Lo que el PP llama normalidad democrática y el actual marco de convivencia, y bla, bla, bla...

Vuestro disco "A las cosas por su nombre" fue censurado. O silenciado, que es como llaman en la democracia a la censura: no es solo la Historia, el poder no admite discrepancia en ningún ámbito. Menos si entre sus versos suena Euskal Herria.

Más que censurado silenciado. Es mucho más cómodo y también menos costoso. No solo en este caso, me refiero a que lo es general. Lo nuestro es una aguja en un pajar en cuanto a que su trascendencia fue mínima. En la actualidad los procesos de censura son mucho más sutiles que en otro tiempo. Como lo son también los de vigilancia y castigo. En torno a esto habrá un tema en nuestro próximo disco. La capacidad de adaptación del sistema a los nuevos tiempos es asombrosa. Mimetizándose hasta el punto de no saber muy bien si es el sistema el que se adecua a los nuevos tiempos o es el propio sistema el que marca la tendencia y determina el propio proceso de evolución de la realidad. Lo que está claro es que hoy por hoy el sistema lo es todo y todo es sistema. No hay duda de que la pretensión del sistema es la búsqueda de una unanimidad de pensamiento. Eso de lo que tanto se habla: el pensamiento único. Como realidad aglutinadora en la que la disensión y la discrepancia ocupen un lugar puramente testimonial. No olvidemos que la existencia de ciertos, mínimos, espacios de libertad le permiten al sistema justificar su propia tolerancia.

El caso de Euskal Herria ha venido siendo dentro del Estado un caso particular. Es allí donde se ha materializado una fórmula antisistema incomparable en otras latitudes. Con una punta de lanza que ha cuestionado de la forma más dura y visible, es decir, haciendo uso de la violencia, el status quo del Estado. Al menos en cuanto a su ordenación territorial. No olvidemos que precisamente ese hecho es uno de los pilares de nuestro Estado, el de la indisolubilidad del territorio. De ahí que se haya generado desde décadas un escenario de violencia mutua en el que tomar partido por según quien era sinónimo de alentar el terrorismo. Nada más lejos de la realidad. Nosotros nos hemos acercado a ese hecho en diversas ocasiones, creo que de forma propia, prudente según creo, arriesgada según otros, pero siempre sincera tanto en la forma de hacerlo, como en cuanto al fondo a tratar. Contextualizándolo siempre con una realidad más amplia.

El fascismo sigue enraizado en nuestra sociedad. La persecución a Fermín Muguruza o Soziedad Alkoholika es constante: ¿Cómo valoráis la criminalización a la que son sometidos? ¿Creéis que puede extenderse a otros grupos como el vuestro?

La descarada persecución de estas bandas, así como de otros colectivos de otra índole, es una manifestación clara y rotunda de que en este país hay sectores claramente empeñados en el enquistamiento de una situación que dura ya décadas. Como si pareciese que prefiriesen la irakización del conflicto. Como si estuviesen deseando contar muertos, en tanto que esos muertos les puedan hacer obtener un rédito político, incluso me atreveráa decir que también económico por diversos motivos. Es triste pero es así. Y es también contradictorio ver como esos sectores, pertenecientes al ámbito no solo de la extrema derecha, de la cual no sé puede esperar otra cosa ciertamente. También de los pertenecientes a esa otra esfera de la llamada derecha civilizada, claman a la vez y de forma unísona, solicitando el no pasar página.

Y mientras, sin embargo, en cuestiones relativas a la que tu hacías mención en tu primera pregunta, no cesan de decir que ante aquellos hechos lo que hay que hacer es pasar página definitivamente, y no volver a abrir esa herida. Es contradictorio mantener un afán tan opuesto según de que realidad se aborde. No cabe duda de que para la derecha sobre todo siempre han existido muertos de primera y de segunda, ni que decir tiene que esa diferenciación en el caso de los vivos se multiplica. En cuanto a si dicha persecución puede pasar de selectiva a masiva tengo mis dudas. En tanto que el objetivo de sus dianas está enmarcado dentro de unatriple coordenada, al menos de momento. Y tiene que ver con el lugar de procedencia del artista, su posicionamiento político, y compromiso ideológico y porque no, creativo en general; y finalmente su mayor o menor trascendencia y notoriedad pública. Si esa triple coordenada se cumple en algún otro caso no sería extraño que desde algún sector gustoso de tales ataques, se pudiese iniciar un nuevo proceso de quema de brujas.

Hicisteis una canción sobre el 11 de marzo. Mientas los fascistas se enfrentan a los socialdemócratas por un puñado de votos, vosotros pusisteis un minuto de silencio: ¿no eran necesarias palabras?

Fue algo puramente testimonial. Nos sentimos en la obligación de responder a aquel hecho bárbaro de la única forma que podíamos hacer en ese momento. A pesar de ello nos han criticado. Tal vez por utilizar la ya manida forma del minuto de silencio. Pero en aquel momento no buscábamos la originalidad, solo la forma de canalizar nuestra rabia y dolor ante un hecho, que si bien podemos llegar a entender su porqué, el porque ocurren, hechos como este y otro semejantes, casi a diario, repartidos por no pocos lugares del mundo. Sin embargo nunca jamás podremos llegar a asumir como fórmula válida por más justo que pueda ser el enfrentamiento, y este no lo era.

Siempre que se habla de víctimas inocentes está de más buscar cualquier tipo de justificación. Posteriormente los diferentes partidos, unos más que otros eso sí, se pusieron a escarbar entre la carroña con la intención de conseguir un rédito político. Unos trataron de engañar hasta el último instante para ganar las elecciones que estaban a punto de celebrarse, y otros, se aprovecharon ciertamente del descontento que generó la ocultación y la manipulación de los datos que pudiese arrojar luz sobre la autoría de aquel acto. Con lo cual todos hicieron gala de una pasmosa falta de escrúpulos, tratando de obtener beneficio político de su actuación. Unos de un modo y otro de otro.

Hablando del IV Festival Interpueblos: el eje central fue Oriente Medio: Iraq, Palestina una zona donde la actuación del imperialismo es bien visible.

El planeta entero es el ámbito de actuación del imperialismo. No olvidemos que si bien las consecuencias inmediatas no son las mismas en todos los lugares ante un mismo hecho, si es cierto que todas ellas forman parte de una vasta red de propósitos que lo que pretenden es afianzar y consolidar un modelo de vida muy concreto, aun con todas sus diferencias, a lo largo y ancho de todo el planeta. Es cierto que en determinados lugares esa situación resulta aun más patente. Precisamente porque existe un contexto de violencia rotundo, claro e innegable.

Volvemos al tema de siempre. Parece ser que para ser escuchados hay que hacer ruido, y en esos lugares vaya si lo hay. La guerra por un lado, así comola paz armada y tutelada que vivimos en otros lugares aparentemente tan alejados de los primeros, sirven al mismo propósito de instauración y consolidación del imperio en cualquiera de sus formas. Todo forma parte de un mismo proceso que muta en función del tiempo y del espacio. En aquellos lugares no cabe duda que sus manifestaciones son literalmente mucho más sangrantes. Pero tanto la invasión de una nueva frontera como la apertura de un Mc Donalds en cualquiera de nuestros barrios responden con la misma eficacia, aunque con diversas consecuencias, claro está, a la presencia y al reforzamiento del Imperio.

Una guerra en Afganistán, primero. Otra en Iraq. Habrá más: el imperialismo sigue siendo hegemónico. ¿Cuántas más necesitamos para despertar?

Si no somos capaces de reaccionar ante la realidad que se nos presenta ante nuestros propios ojos a diario y de unaforma inmediata, dudo mucho que lo vayamos a hacer ante hechos queacontecen a cientos incluso miles de kilómetros de nuestras casas. Parece como si existiese una especie de vacuna que nos inmunizase ante lo próximo y ante lo que se nos antoja como lejano, por lo menos en el espacio.

No soy en absoluto partidario del fin de la historia, por ser un concepto puramente derrotista,pero si creo que el sistema acierta en su propósito de hacernos pensar que todo cuanto acontece ocurre y punto. Un pensamiento que ha ido lenta pero certeramente calando en nuestro subconsciente, lo que ha diezmado nuestras posibilidades de participación y por tanto de transformación de la realidad en la que convivimos a todos los niveles. Ha hecho que interioricemos un mensaje clave: vivimos una realidad que comparada con otras situaciones a las que asistimos como espectadores, nos convierte en unos casi absolutos privilegiados. Tal vez hayamos acabado asumiendo ese papel, y el hecho de que otros puedan estar muchísimo peor nos impida reaccionar ante cuanto de un modo u otro, de forma directa o más indirecta nos afecte. En este caso, la información de los medios más habituales tendría una intención claramente amortiguadora.

Mucho me temo que una hipotética nueva guerra sobre el terreno, ya fuese en Irán o Corea, que parecen estar ahora en el punto de mira del Imperio, no harían cambiar en demasía ni la sensación, ni la opinión masiva con respecto a los abusos del poder en cualquiera de sus manifestaciones. No digamos el hecho de que pudiese generar una reacción masiva y global a escala mundial. Tenemos que ser conscientes que las actitudes realmente contestatarias, frente a las puramente testimoniales, fueron, son y serán patrimonio de una minoría.

Del paso y paso al paso a paso solo hay un paso, aunque sea un gran paso: ¿qué hace que, en lugar de intentar haceros famosos, escribáis las letras que escribís?

Nosotros surgimos como banda con una intencionalidad muy clara entre otras. Y era la de contribuir en modo alguno a generar conciencia, incluso debate. Entre nosotros mismos y claro está, dentro de nuestro minúsculo si se quiere, ámbito de influencia. Y en parte eso lo hemos conseguido. Las letras de Habeas Corpus han sido fundamentales desde el principio para el desarrollo de la banda en cuanto a su labor creativa. Por eso les hemos prestado el interés debido. Con la música hemos hecho otro tanto. En un sentido y otro siempre hemos tratado de expresarnos sinceramente, en primer lugar con nosotros mismos, y también con el público que se ha acercado hasta nosotros.

Somos conscientes de que las letras han actuado como vehículo transmisor de unas ideas comunes que han hecho confluir en torno a la banda a personas que se identifican con ideologías diversas, y siempre desde un punto de vista heterodoxo. Siempre hemos huido de las máximas y del rigor ideológico que niega siquiera la interpretación de conceptos, no digamos la disensión. Tal vez todo eso haya hecho que gente diversa en cuanto a los gustos musicales se haya podido sentir atraída por el grupo. Y para nosotros ese es nuestro mayor reconocimiento. Nuestra pequeña porción de fama si quiere llamarse así.

Es cierto que el concepto de fama hoy por hoy, incorpora en su definición una alta dosis de sospecha, en tanto que se entiende como algo incluso peyorativo. Tal vez por eso nosotros prefiramos hablar de reconocimiento. Del mismo modo que no nos gusta hablar de fans, ni nada parecido. Tal vez porque efectivamente el lenguaje a veces determina el propio tipo de relaciones que a partir de ahí se suceden, y nosotros no somos amigos ni de los habituales convencionalismos, ni de los repetidos clichés y tópicos que parece que deben preceder la actitud de una banda de rock. Y no los aceptamos porque los consideramos estúpidos y fuera de todo lugar, y del todo ajenos a nuestro estilo de vida y hasta a nuestra ideología igualitarista.

En la red son múltiples los espacios de información anticapitalista. Para muchos carecen de importancia porque piensan que no consiguen transmitir a mucha gente la información, ¿cómo los veis vosotros?

Los vemos como una necesidad. Una especie de oasis en medio de toda una basta red de medios monocromáticos, que ya sabemos todos que responden a casi siempre las mismas necesidades. Unas necesidades que rara vez coinciden con las nuestras. De ahí la importancia de que medios absolutamente autónomos e independientes, surjan y se instalen en el panorama mediático dentro del Estado.

Podemos pensar que efectivamente su calado es minúsculo si lo comparamos con los grandes voceros del sistema, pero aun así, su labor tiene un alcance que no queda en absoluto invalidado porque su alcance sea menor. Si todos los que conscientemente nos situamos dentro del ámbito de las minorías disidentes no fuésemos conscientes del lugar que ocupamos, acabaríamos por renunciar en nuestros propósitos incluso antes de empezar. No cabe duda de que la intención última es la de crecer como propuesta, pero no a cualquier precio. Tan negativo es la guetificación como el total aperturismo cuando ello conlleva la renuncia de los principios básicos y originales.

El problema de todos estos medios alternativos es su incapacidad para competir con aquellos considerados ciertamente como mayoritarios. Y por ello, reconocidos como válidos, rigurosos y hasta objetivos, lo cual resulta no sé si más descorazonador que sangrante o viceversa.El problema de la competencia, regla básica en el actual mundo capitalista, también determina el alcance de estos medios, por otra parte cada vez mejor elaborados, tanto en lo que a su presentación se refiere como en cuanto a la elaboración de sus informaciones. La superación del fanzinismo, dicho sin intención peyorativa, es cada vez más un hecho tangible. Y lo considero algo positivo siempre que la sofisticación no vaya en detrimento del concepto que se ha de transmitir.

Hablando de internet: ¿Cuál es vuestra posición frente a la SGAE y los derechos de autor?

Ese es un debate que como banda nos acompaña desde el principio. Sería muy fácil decir que estamos en contra de la SGAE mientras que somos socios de la misma, con todo lo que ello conlleva, incluido el reparto de dividendos... Sería muy fácil pero no deja de ser cierto.

Lo primero distingamos dentro de la misma, lo que es su élite burocrática frente a casi el resto de personas o artistas que por afiliación nos encontramos en cierto modo obligados a formar parte de la misma. Ese divorcio no es nuevo, y ya resulta más que típico entre la dirección y la masa. Consideramos que ejerce un monopolio inaceptable en muchos sentidos, y que su práctica en muchos aspectos roza el carácter mafioso. Puesto que impone su criterio sobre los de los demás, sin atender más razonamiento y más interés que el suyo. Extraído de unas juntas en las que tengo la sospecha que solo escucha la voz de unos pocos.

Voluntariamente, no la reconocemos quien para gestionar nuestras obras, y aun así lo hace. Porque nuestra voluntad queda en nada desde el momento que aceptamos, se nos obliga, a formar parte de la misma. Por estar inmersos en el mercado creativo más convencional. Esa es solo una de las muchas contradicciones a las que a diario, como grupo, pero también como personas individuales tenemos que hacer frente.

En la actualidad, nos hemos opuesto a la cruzada del canon sobre los cd's vírgenes destinados a la copi privada, iniciada por dicha asociación. Lo hemos hecho criticando su política, que más que de defensa de los creadores, recuerda a la de unos gendarmes con un absoluto y casi único interés recaudatorio. En cualquier caso. Nosotros nunca nos hemos opuesto a que nadie haga un uso considerado y respetuoso de nuestras obras. Es decir, nunca nos hemos opuesto a que nadie las difunda por cualquier medio o canal. Hemos prestado nuestras canciones para la elaboración de recopilatorios destinados a la obtención de medios económicos destinados a sufragar proyectos solidarios y campañas de concienciación de diversa índole, etc. Y ello, claro está, sin pedir nada a cambio. Ese es nuestro derecho como autores y no lo que diga una corte de advenedizos y parásitos.

¿Os parece internet un buen medio para promocionaros? ¿Puede servir para la difusión de cultura o es insuficiente?

Internet supone la cara y la cruz para el mercado musical. Por un lado le proporciona a los grupos una herramienta promocional fuera de toda duda. Mientras que por el otro le resta a las compañías en primer lugar, y por ende también a las bandas, la capacidad de vender su producto en las proporciones mínimamente deseadas. Por aquello de las copias bajadas de forma gratuita... A la larga ello hace que las discográficas dispongan de menos solvencia a la hora de apostar sobre todo por las nuevas bandas, o incluso que dejen de hacerlo por las más veteranas. Lo cual pone en peligro no la labor creativa que siempre estará ahí, pero si su comercialización, con todo lo que ello conlleva, bueno y malo.

Es un debate muy amplio. Sobre quién se beneficia y quien sale perjudicado ante esta cada vez menos nueva situación. Está claro que el mercado en su sentido más amplio está obligado a reinventarse. Incluso las bandas también lo estamos. Este es sin duda un periodo como mínimo de espera. Esto en cuanto al mercado.

Por supuesto que si de lo que se habla es de difusión cultural, está fuera de toda duda su repercusión. Puesto que permite el acceso a un mayor número de propuestas. Permite conocer la obra de multitud de artistas a las que de otro modo no podríamos tener nunca acceso. Y ya solo eso valida su función. Otra cosa es el valor que el internauta le otorgue a todo ese maremagno de posibilidades que se le ofrecen con solo acceder a internet. El problema de la saturación, conlleva a su vez el de la desvalorización, y por tanto y a la larga el de la banalización.

¿Algún proyecto en mente?

Estamos preparando los temas de nuestro próximo disco, que pretendemos grabarlo en diciembre de este año 2007, y que muy probablemente se llamará "Justicia".

Kaos en la Red

 

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