Esta tarde en Madrid, ni guerra entre pueblos ni paz entre clases
Todas las fuerzas políticas electoralistas llaman a los madrileños a subirse al tren de la muerte. Por la constitución y por la derrota del terrorismo.
De esa constitución impuesta a golpe de machete, gotea sangre de los pueblos que en el estado español luchan por su liberación. Gracias a esa pretendida lucha contra el terrorismo, vuelan por los aires cientos y miles de víctimas inocentes. En Irak, en Madrid y en muchos otros lugares.
Pero el gobierno y sus cómplices llevan de nuevo a la gente al matadero. Les proponen renunciar a su condición de víctimas de clase, para unirse al barco de los poderosos.
Para facilitar la afluencia de ciudadanos, el transporte público será gratuito en Madrid desde las cuatro a las 11 de la noche. Todos los medios de masas bombardean la convocatoria para que el apoyo ciudadano sea total.
Hoy le han preguntado a Aznar por las posibles consecuencias de la política exterior del gobierno materializadas en el atentado de ayer, y ha dicho que "no era el momento de hablar de eso", afirmando como única necesidad política el compartir el dolor de las víctimas.
"Contra las víctimas, por la solución policial a los conflictos nacionales, por la solución militar a los conflictos económicos". Ese es el significado real del lema de la manifestación de hoy.
En la cabecera estarán Aznar, los ex-presidentes de Gobierno, y los candidatos del PSOE, José Luis Rodriguez Zapatero; del PP, Mariano Rajoy; y de IU, Gaspar Llamazares, además de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, junto a representantes de la ultraderechista Asociación Víctimas del Terrorismo.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco, también se sumará -por primera vez- a la manifestación.
Y detrás de todos ellos, el inmenso rebaño popular.
Esta tarde voy a ir a la manifestación, para señalar con el dedo al gobierno y sus complices. Para hablar con la gente y decirle que somos oprimidos, no opresores. Que en esa misma manifestación están los más altos responsables políticos de la masacre y no podemos ir de la mano con ellos.