¿Para qué? ¿Contra qué o quiénes?

Jesús Barba.

En los últimos meses estamos siendo testigos atónitos de cómo CCOO y UGT están convocando movilizaciones contra la crisis, anunciando que harán más en las próximas semanas, incluso en Valladolid.
Como trabajador y miembro de la Coordinadora de Trabajadores Unidos, no puedo oponerme a la realización de las mismas, ya que pienso sinceramente que la lucha es el único camino para obtener logros y reconquistar nuestro papel en la actual sociedad.

Lo realmente indignante es que aquellos que forman parte del problema sean los que llamen a la movilización.
Si algo caracteriza esta situación de crisis económica del capital en la que estamos inmersos es que para superarla es necesario un cambio de modelo, pero no solo en lo económico-laboral, sino en lo social, en lo cultural y en lo político.
La cuestión es, ¿están dispuestos a forzar ese cambio de modelo? ES decir ¿están dispuestos a una transformación de las relaciones laborales actuales por otras más justas para los y las trabajadoras, donde quizás ellos ya no sean los actores principales? ¿Están dispuestos a renunciar y perder las millonarias subvenciones que reciben del Estado?
Quizás cuando hablan de luchar contra la crisis, hablan desde el punto de vista que les corresponde, como dos de las más importantes empresas, empresas que a día de hoy se llevan un porcentaje de cada ERE que aprueban, empresas que juegan en la bolsa con parte de los fondos de pensiones junto a sus amigos los bancos, BBVA y Banco Santander, empresas que tienen contratadas a cientos de trabajador@s con contratos precarios y basura.
Si están dispuestos a luchar contra la crisis han de estar dispuestos a luchar contra ellos mismos, para forzar el ansiado cambio.
Es evidente que con toda esta aparente campaña de movilizaciones, no es ni más ni menos que una lavada de cara, ya que aun ningún trabajador ha oído hablar de Huelga General.
Para concluir es necesaria una gran movilización contra la crisis, dotándola de contenidos y encaminada a lograr un cambio real de modelo, de sistema político y económico, social y cultural. Es necesaria una gran movilización impulsada por los y las trabajadoras y no por empresarios sindicales.
Cada cual que haga su reflexión y decida que hacer, trabajar por la movilización social o apoyar al capital, la traición y la derrota.