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Estado español :: 17/04/2008

La monarquía es la dictadura, la república será la democracia

CJC Estatal

En el 77 aniversario de la proclamación de la República, desde el PCPE y los CJC nos congratulamos del continuo avance del movimiento por la República y manifestamos nuestra determinación de seguir luchando para que la III República sea pronto una realidad.

La monarquía borbónica consagrada por la Constitución de 1978, con el rey designado por el dictador a la cabeza, garantiza la continuidad de la estructura de poder establecida por el franquismo bajo la forma de democracia liberal limitada. La llamada Transición fue un cambio en la forma de dominación de los mismos sectores sociales minoritarios que se habían alzado en armas contra el legítimo gobierno republicano. Como republicanos y defensores de la democracia, las libertades y los intereses populares, rechazamos dicha Constitución y el régimen que se sustenta en ella. No nos sirven las reformas a la Constitución monárquica; es necesario superarla mediante una lucha continuada que lleve a su derogación y a la apertura de un proceso constituyente con la proclamación de la III República.

El continuo deterioro de los derechos sociales y económicos, con la creciente explotación de la clase obrera, y la defensa dogmática de la unidad de España, en contra del derecho democrático de autodeterminación de los pueblos, son las principales características de este sistema monárquico heredado del franquismo. Las consecuencias las vemos diariamente, siendo los trabajadores y trabajadoras, los y las jóvenes, y en general las clases populares los afectados diariamente.

Mantenemos a la familia real con toda clase de lujos, cuando nosotras y nosotros tenemos cada día más dificultades para pagarnos una vivienda o conseguir un trabajo digno. Al mismo tiempo, se privatizan los servicios públicos y sociales y el gobierno invierte cada vez más en el gasto militar para participar en intervenciones militares imperialistas. Mientras se produce el saqueo de otros territorios más desfavorecidos por las grandes empresas españolas, sobre todo en América Latina, aumenta el maltrato a la inmigración procedente de éstos y otros países, en busca de una vida mejor. El sistema genera xenofobia, que refuerza a los grupos neonazis y racistas, al tiempo que la patronal utiliza la inmigración para la obtención de plusvalía con la superexplotación de estos trabajadores.

El bipartidismo diseñado en la llamada Transición para impedir la existencia de alternativas al régimen que daba continuidad al franquismo, se ha ido imponiendo y convirtiendo la supuesta democracia en una farsa, con dos partidos alternantes, el PP y el PSOE, que asumen y defienden la monarquía y el capitalismo neoliberal e impiden una verdadera alternativa para la mayoría. Lo llaman democracia y no lo es.

Algunos hechos de los últimos meses muestran la realidad del régimen monárquico. La Ley de Memoria Histórica es una nueva ley de punto final que profundiza en el modelo español de impunidad e impide la restitución política, legal y moral de las víctimas del franquismo y la transición. Los aparatos del estado se han lanzado abiertamente a la represión tanto del republicanismo y de la crítica a la familia real, como de la contestació política o social al sistema. Se ha agudizado la criminalización de la izquierda abertzale, con nuevas ilegalizaciones de candidaturas y el encarcelamiento de dirigentes políticos. La impunidad de que gozan los grupos ultraderechistas ha permitido una escalada de acciones violentas, que han llegado al asesinato.

Ante la crisis capitalista en que estamos, se anuncian medidas para hacerla recaer sobre la clase obrera, mediante el aumento del paro, los recortes salariales, el abaratamiento del despido y el empeoramiento de las condiciones laborales. También se plantean nuevas privatizaciones de servicios públicos, como impone el Tratado de Lisboa, que es la forma que finalmente ha adoptado la rechazada Constitución Europea y que, como aquella, resume los intereses de la oligarquía europea.

Frente a todo esto, la República supone la esperanza de superar un estado limitador de los derechos democráticos y sociales, y romper definitivamente con el retroceso de dichos derechos, el franquismo y los privilegios de oligarquía. Los CJC y el PCPE defendemos una República de carácter confederal y socialista.

República Socialista para la recuperación de la soberanía popular y como garante de libertades y de justicia social. Necesitamos un nuevo estado basado en la democracia participativa de la clase obrera y del pueblo, al servicio del pueblo y dirigido por éste, con la clase obrera al frente. Hemos de romper con los valores consumistas en aras de fomentar un acercamiento y acceso a la cultura de todas y todos. República de carácter confederal, unión voluntaria de pueblos libres y soberanos en que se reconozca el derecho de autodeterminación, para que se garantice el desarrollo de los procesos de construcción nacional de las distintas realidades nacionales que conviven en el estado español.

El PCPE y los CJC defendemos el trabajo de construcción de la República desde la base. Ya no basta con el recuerdo de la II República. El movimiento por la III República ha venido creciendo y puede seguir haciéndolo. Saludamos la creación de nuevos colectivos republicanos unitarios, el trabajo de la Coordinadora Estatal Republicana y de las coordinadoras territoriales y llamamos a luchar unitáriamente por la III República, a hacer de su reivindicación la base de un programa político de avance democrático y social, sustentado en los ocho puntos del movimiento republicano. Es necesario, para ello, organizar y desarrollar colectivos republicanos en todo el estado y que éstos se coordinen para aumentar su capacidad de intervención política.

Este movimiento debe arraigarse e implicarse en los problemas populares cotidianos, logrando que la República sea una esperanza de progreso y transformación social para sectores cada vez más amplios de nuestro pueblo, al tiempo que se van implantando sus valores desde la base, en un trabajo que debe ser unitario y se rechace todo intento de instrumentalización partidista o electoral.

El PCPE y los CJC vemos la importancia de la unión de los y las jóvenes, la clase trabajadora y las clases populares, en la lucha para la superación de este régimen monárquico impuesto por la dictadura en que se nos ha obligado a vivir, condición necesaria para la conquista de un futuro democrático en que sea posible caminar hacia el socialismo.

La lucha por la III República avanza. En este 14 de abril debemos conseguir que las movilizaciones unitarias alcancen un gran éxito en todo el estado. Hemos de demostrar que somos capaces de crecer, organizarnos y conseguir nuestro objetivo: la proclamación de la III República.

POR LA DEROGACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978
POR UN PERIODO CONSTITUYENTE REPUBLICANO
POR UNA REPÚBLICA
DE CARÁCTER CONFEDERAL Y SOCIALISTA
POR LA REPÚBLICA, LA AUTODETERMINACIÓN Y EL SOCIALISMO

www.pcpe.es
www.cjc.es

 

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