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Estado español :: 17/04/2020

Las mascarillas de Don Amancio

Raúl Olivencia del Pino

Prólogo

El título del artículo bien podría ser el de una película de Berlanga o del neorrealismo italiano. El argumento sería una adaptación libre del Edipo Rey de Sófocles. En la primera escena están Edipo, rey de Tebas (que sería Don Amancio), y el Sacerdote postrado a sus pies (en esta ocasión, de Sacerdote hace un grupo de expertos epidemiólogos), que en tono pedigüeño habla en estos términos: «¡Odiosa epidemia, bajo cuyos efectos está despoblada la morada Cadmea, mientras el negro Hades se enriquece entre suspiros y lamentos! Ni yo ni estos jóvenes estamos sentados como suplicantes por considerarte igual a los dioses, pero sí el primero de los hombres en los sucesos de la vida y en las intervenciones de los dioses.»1 Y siguen con frases del estilo para obtener su favor: «¡Ea, oh el mejor de los mortales!, endereza la ciudad. […] Pues, si vas a gobernar esta tierra, como lo haces, es mejor reinar con hombres en ella que vacía, que nada es una fortaleza ni una nave privadas de hombres que las pueblen.»2 Después aparece Creonte, tío de Edipo y legítimo heredero al trono (interpretado por el presidente Pedro Sánchez), que acaba de llegar del oráculo de Delfos (léase Bruselas), y le dice a Don Amancio que nada, que no queda otra que arrimar todos el hombro y hacer cuantos más sacrificios mejor al dios del dinero. Don Amancio promete hacerlo.

Es acervo cultural, y no spoiler, que la más universal de las tragedias de Sófocles acaba con el protagonista arrancándose los ojos, pues de poco le han servido para ver lo que tenía delante: él, que con su audacia y generosidad quería ayudar a resolver una situación tan dramática, resulta que es parte de la causa de la epidemia que asola la ciudad (que en esta nueva versión es el planeta entero). A quien le vaya bien una breve sinopsis de la obra, no hace falta que lea más. Quien, en cambio, quiera conocer un poco más de los entresijos por los que Don Amancio llega a esa dolorosa situación, que me conceda unos minutos de lectura.

Párodo

Aquí interviene por primera vez el coro. Más adelante aparecerá en sucesivas ocasiones en lo que se denomina «estásimo», aunque a efectos prácticos poco cambia. Básicamente el coro habla, y lo hace de un modo desmesurado, lenguaraz o dionisíaco, como dice Nietzsche en El origen de la tragedia, y en oposición al lenguaje más circunspecto o apolíneo del drama. Para nuestra versión cinematográfica podemos imaginarnos a un grupo de personas que vitorea a Don Amancio en la puerta de su casa: 

«¡Viva Don Amancio!» «¡Viva!» «¡Larga vida a Don Amancio!» Y alguno que se viene arriba y cita un célebre pasaje de Amanece que no es poco, de José Luis Cuerda: «¡Todos somos contingentes, pero tú eres necesario!» Otro que no quiere ser menos cierra la escena del coro: «¡Cambiémosle el nombre a España, llamémosle Zara!»

Episodio 1

Pues sí, por si alguien aún lo dudaba, Don Amancio no es otro que Amancio Ortega, propietario de la multinacional Inditex, además de la persona más rica de España y una de las más ricas del mundo.

Parece que hay una especie de mérito en ser la persona más rica de un lugar y no algo vergonzante, cuando hay por todos lados tanta gente empobrecida. Aunque no todo el mundo lo ve así. De hecho, se podría dividir a la población española entre quienes lo admiran y quienes lo detestan. 

Pero vuelvo al guion de la película. Don Amancio, convertido de golpe en una especie de cacique posmoderno por obra de la Covid-19, está destinando gran cantidad de medios y recursos en frenar el avance de la pandemia en España. La semana pasada ya se hablaba de 63 millones de euros que había desembolsado a través de su Fundación en material sanitario, principalmente mascarillas, pero no solo.3 No hace falta recordar para qué utilizan las grandes corporaciones como Inditex sus fundaciones y las donaciones que hacen a través de ellas, pero también se puede pensar que solo faltaría que les hicieran pagar impuestos de algo que regalan. Es muy probable que la cuenta destinada a la Covid-19 de la Fundación vaya en aumento en las próximas semanas, pues no hay que olvidar que además de tener buen corazón, y de ver peligrar su emporio si la situación de incertidumbre perdura en el tiempo, es una persona de alto riesgo porque acaba de cumplir ochenta y cuatro años, es decir, supera la edad a partir de la cual los médicos aconsejan no intubar a los infectados por coronavirus.4 Evidentemente, él no va a verse en esa situación; si hizo traer cerca de mil quinientos respiradores hace una semana, lo más probable es que se haya instalado uno o dos en casa.

Lo del coro a las puertas de su casa fue superado con creces por la realidad precisamente el 28 de marzo, día de su cumpleaños;5 lo de ir a la puerta de su casa no me lo he inventado.6 Las redes sociales van llenas de comentarios que expresan que no es para menos, cuando se ha propuesto hacer llegar a España del orden de 300.000 mascarillas por semana.7 Don Amancio persiste en su intento de derrotar al coronavirus, pero se da cuenta de que 300.000 mascarillas por semana son pocas para una población de más de 45 millones de habitantes, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de las mascarillas, que ya rondan los diez euros en las farmacias, cuando se encuentran, dejan de ser efectivas pasadas las 24 horas de uso. Pero la voluntad de Don Amancio no se doblega fácilmente y ha puesto a
disposición del estado español la infraestructura logística de la multinacional.8

Lo dejo aquí, en la logística. No voy a citar que hay quien pide que se le conceda el Premio Princesa de Asturias. De qué, no me ha quedado claro.

Estásimo 1

El coro aquí lo interpreta el titular de un diario, como se suele decir, de derechas: ¡Amancio Ortega dará nombre a una avenida de Vilagarcía de Arousa por su ayuda en la crisis sanitaria!9

Episodio 2

Cabe preguntarse si no será precisamente la red logística internacional de Inditex una de las autopistas por las que ha circulado a toda velocidad la pandemia. Para no adelantar acontecimientos empiezo desde el inicio.

Al inicio, la epidemia comienza por la irrupción de una tienda de pijamas en una zona periférica de España (en La Coruña). Al día siguiente, como el que no quiere la cosa, aparecen dos tiendas Zara más en la provincia vecina. Dos días después, se desarrollan cuatro de sus pústulas un poco más lejos, y sin darte cuenta se declara una infección mundial de pequeños vestidos de lunares amarillos […]: la industria textil es una de las mayores contaminantes del globo.10 Olivier Long es tajante al respecto, no existiría la pandemia de coronavirus si primero no se hubiera dado la del Zaravirus.11 Este autor francés vendría a ser el Tiresias de nuestra adaptación cinematográfica. Sus palabras van a provocar en Don Amancio el mismo efecto que las del clarividente Tiresias en Edipo, cuando le desvela que es él y no otro quien ha matado a Layo (su padre) y ha desposado a su madre (Yocasta). Claro está que Don Amancio se indigna y monta en cólera al escuchar tales palabras. Pero, ¿en qué se funda una acusación tan grave?

El modelo de negocio de Zara y del resto de la industria textil transnacional, como H&M, Mango o Tendam, entre otras, se caracteriza por una circulación frenética e infinita de sus mercancías, entre las que se incluyen a los propios compradores. Las tiendas Zara imitan la caja blanca de los espacios expositivos de arte: mucho espacio, mucho blanco y pocas obras de arte, ideal para que los compradores y las compradoras circulen también a toda velocidad por su interior y que puedan comprar sin entretenerse demasiado. La clásica división del mundo de la moda, en colecciones de primaveraverano y otoño-invierno, salta por los aires en este modelo de negocio planetario y es reemplazada por una media de diecisiete lanzamientos anuales.12 Cada uno de estos lanzamientos está compuesto por unas pocas prendas de vestir que se propagan rápidamente desde los centros de producción distribuidos por todo el globo terráqueo -aunque principalmente en países donde la legislación laboral es débil o prácticamente inexistente, y donde las trabajadoras y los trabajadores suelen trabajar en condiciones de semiesclavitud-, hacia cada una de las tiendas, con una distribución mundial mucho más capilarizada aún que la producción, a través de la red logística planetaria de la que presume Don Amancio y que ha puesto a disposición del estado español. Todo este tinglado global y reticular tiene el objetivo final de obtener los máximos beneficios, como no podría ser de otro modo, pero con una premisa que no se debe soslayar y que insiste en reducir tendencialmente el stock hacia su inexistencia. Y este es el  mantra que repiten los ideólogos de un modelo de negocio que es de los más rentables en la actualidad, y que por ello se quiere imponer hasta en los quioscos de barrio: cero stock. 

Estásimo 2

Al coro le vuelve a dar voz un medio de prensa escrita especializado en economía, y cuyo nombre viene como anillo al dedo para el caso que nos ocupa: Expansión: «El sector textil saca la artillería de las promociones en plena caída de las ventas. […] Los dos mayores grupos textiles del mundo han dejado ya entrever el impacto que está teniendo la pandemia en su negocio total. Las ventas de Inditex cayeron un 24% […]. H&M, que ya ha dado datos del mes completo, redujo un 46% los ingresos. […] A nivel global, el sector se enfrenta a un impacto de entre 450.000 millones y 600.000 millones, con dos problemas principales sobre la mesa: la gestión de stocks y la liquidez.»13

Episodio 3

Conforme avanza el confinamiento, el runrún mediático se parece cada vez más a los métodos de tortura utilizados en Guantánamo para hacer perder la noción del tiempo en los presos. ¿Lo conseguirán?

Para no despistar, retomo el punto donde me había quedado. A ver qué dice nuestro Tiresias al respecto: «Zara es el imperio del “cero stock”.»14 Aunque Don Amancio ha explotado como nadie este principio y le debe su imperio, no es él quien lo ha inventado. Aparece en la fábrica Toyota a mediados de los años setenta del siglo pasado y se extiende como la pólvora (o como una pandemia) en el sistema productivo mundial. El lugar de origen de esta vuelta de tuerca en la producción de mercancías ha hecho que se le denomine «toyotismo» o «Sistema de Producción Toyota». Aunque el término más exitoso para referirse a esa transformación del capitalismo sigue siendo el de «posfordismo», para diferenciarlo del «fordismo» a secas que le precede, pero sin que haya habido un cambio radical de régimen productivo. Hay muchos matices que podrían diferenciar unos conceptos de otros, pero aquí no se van a desarrollar. Lo que me interesa señalar, en primer lugar, es que esas transformaciones en la cadena de producción, distribución y consumo de mercancías se debe a un desarrollo de la ingeniería industrial en el aprovechamiento del tiempo y de los recursos, sí, pero, sobre todo, a una conflictividad obrera que en los años que van del 1968 hasta finales de los setenta se hizo insoportable para el capitalismo mundial, que organizó una respuesta que le ha sido efectiva hasta hoy, a través de una serie de medidas impuestas a la fuerza (sin ambages: con policía, cárcel, tortura, persecución y muertes) y que, por la misma fuerza, nos tienen que sonar a todos: flexibilidad laboral, part-time, trabajo no retribuido, precarización, deslocalización, terciarización, externalización, producción just-in-time, privatización de lo público… y los ceros que tanto le gustan a nuestro Don Amancio: cero error, cero avería, cero demora, cero papel y cero stock.

De hecho, la crisis que ha provocado la pandemia, y cuya onda expansiva se augura incluso peor que la que provocó la crisis del 2008,15 se puede leer como una especie de «retorno de lo reprimido»; en un momento en el que el trabajo asalariado se ha convertido en un coste social excesivo para el capital, que ya no sabe cómo desprenderse de él, aparece un virus que sabotea la producción mundial. ¿No hubiera salido mucho más a cuenta ceder parte del tejido productivo a la clase obrera de los setenta? ¿Por qué no se producen suficientes mascarillas, tests o respiradores en Europa? ¿Se puede trasplantar el modelo de negocio de Zara a la gestión de un hospital público? ¿Es la panacea el principio del «cero stock»? ¿Cuántas mascarillas más va a poder comprar Don Amancio?

Estásimo 3

Toda esa batería de preguntas lanzadas al final del Episodio 3 inquieta al coro, que empieza a invertir la consideración que le tiene al bueno de Don Amancio: «¡Muera Don Amancio!» «¡Muera!» «¡Que se lo lleve la pandemia!» «¡Todos somos necesarios, solo Don Amancio es contingente!» «¡Cambiémosle el nombre a Zara, llamémosle España!» «¡Eso -admite uno, para salir de la escena exclamando un oxímoron-, nacionalicemos la multinacional!»

Episodio 4

La falta de material sanitario en stock, en España, pero también en otros países europeos, pone de manifiesto que el Zaravirus, como lo llama el amigo Long, había entrado en los hospitales españoles mucho antes que el coronavirus. Y no para esperar cuatro horas en la sala de espera de urgencias hasta que alguien nos pueda atender, que es lo que solemos hacer el resto, sino para gestionar directamente el hospital. Solo hace falta entrar en la web del Consorci Sanitari Integral, por ejemplo, que es un ente público, para ver que los pacientes, o los enfermos o lastimados que van allí a curarse, por llamar las cosas por su nombre, hace ya tiempo que se les trata como clientes.16 Sí, el cliente siempre tiene la razón, pero el cliente es cliente porque paga. Habrá que repetirlo hasta la saciedad: un hospital público nunca puede ser rentable como si de una empresa se tratara; un hospital público presta un servicio de primera necesidad, y punto. Tampoco hace falta que el Ministerio de Sanidad disponga de almacenes con stock de material sanitario distribuidos por toda la península para casos extremos como el de esta pandemia que nos azota, con no destruir el tejido productivo que te puede proveer en estos casos es suficiente. Pero la lógica del modelo de negocio de Zara desautoriza a mantener ese tejido productivo porque no es rentable, y se ha destruido.

Don Amancio está de bajón. Acaba de caer en la cuenta de que por muchos aviones que traiga de China o de dónde se los vendan, van a ser insuficientes para reconstruir todo el tejido social que las formas de negocio como el suyo llevan destruyendo desde hace muchos años. Ahora solo le queda arrancarse los ojos.
Después de esto, ya se sabe, entra en escena Creonte para declamar que ha tenido un sueño: Keynes, el dios de la socialdemocracia, se le ha aparecido en sueños y le ha dicho que la solución consiste en proponer un nuevo Plan Marshall.

Lo dejamos con su monólogo, pues debe de ser la única persona del mundo que no se ha enterado que míster Marshall está muerto y enterrado. Descanse en paz.

Estásimo 4

Coro: «¡Ah, descendencia de mortales! ¡Cómo considero que vivís una vida igual a nada!. Pues, ¿qué hombre, qué hombre logra más felicidad que la que necesita para parecerlo y, una vez que ha dado esa impresión, para declinar?»17

Éxodo

La moda tiene buen olfato para detectar lo actual sea cual sea el recoveco del pasado en el que esa actualidad se mueva. La moda es el salto del tigre al pasado. Solo que tiene lugar en una arena en la que manda la clase dominante. El mismo salto, realizado bajo el cielo despejado de la historia, pasa a ser el salto dialéctico, la revolución tal y como la entendió Marx. 

Walter Benjamin, Sobre el concepto de historia, Tesis XIV

La pregunta es, ¿cómo salimos de esta? Como no tengo la respuesta, porque entiendo que tiene que ser colectiva, he ido a ver lo que dice Zara: «Respecting social distancing but staying closer than ever.»18 Y lo que hace: ropa para estar cómodamente confinado.19 Como era de esperar, Zara está adaptándose a la situación, viendo oportunidades de negocio, abriendo mercado. Si empezó vendiendo pijamas a los gallegos, ¿por qué no se los va a vender al resto del mundo? Está bien, como ya se escucha decir: «Todos nos vamos a tener que adaptar», y Zara hace lo propio, trata de ser resiliente, como también se escucha decir. Lo que no me parece tan bien es que Zara pida a todos por igual que se mantenga la distancia social, cuando hay unas diferencias sociales, que son siempre de clase, de género y de raza, y que dificultan poder mantener esa distancia; cuando hay unos que se pasan el confinamiento en un casoplón con jardín de 3.000 m², y otros, son seis en un piso de 50 m² del barrio del Raval de Barcelona; o cuando se nos pide que nos lavemos las manos con agua y jabón no sé cuántas veces al día, y gran parte de la población mundial no tiene ni agua corriente en casa. Si la salud pública es ahora lo más importante, lo tiene que ser en todos los espacios, abiertos y cerrados, y para todos.

Para concluir, vuelvo a la Grecia de Edipo. Según la Wikipedia, pandemia procede del griego, de pan (todo) y de demos (pueblo), expresión que significa reunión de todo un pueblo.20 No se puede decir que hayamos perdido el miedo o que el miedo haya cambiado de bando, como nos gusta corear en las manis aunque sepamos que sea mentira; pero está claro que la pandemia ha desquiciado al miedo y lo ha distribuido un poco por todos los estratos sociales y todas las condiciones.

Hay que saber aprovechar esta nueva situación. Nos va la vida.

13 de abril de 2020

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1 Sófocles, Edipo Rey, 28-35, en Tragedias, Gredos, Madrid, 2006.

2 Ibíd, 46-57.

3 https://www.lavanguardia.com/vida/20200331/48219508807/fundacion-amancio-ortega-donacion-materialcoronavirus.html

4 https://www.abc.es/sociedad/abci-coronavirus-medicos-aconsejan-no-intubar-mayores-80-anos-enfermos-demencia-202003200150_noticia.html

5 https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2020/03/28/aplauso-ventanas-amancio-ortega-84-cumpleanos/00031585413822976974465.htm

6 https://okdiario.com/look/actualidad/amancio-ortega-cumpleanos-ambulancias-sanitarios-coronavirus-925375

7 https://www.semana.es/corazon/amancio-ortega-dona-mascarillas-sanitario-millones-euros-coronavirus-20200318-002191765/

8 https://www.elplural.com/economia/empresas/amancio-ortega-ofrece-red-logistica-frente-coronavirus_235679102

9 https://www.abc.es/espana/galicia/abci-amancio-ortega-calle-202004081841_noticia.html

10 https://lundi.am/Coronavirus-une-biologistique-des-corps

11 Ibíd.

12 Ibíd.

13 https://www.expansion.com/empresas/distribucion/2020/04/10/5e906033e5fdead1798b461d.html

14 https://lundi.am/Coronavirus-une-biologistique-des-corps

15 https://elpais.com/economia/2020-04-07/la-pandemia-provocara-una-caida-del-empleo-del-7-en-todo-el-mundo.html

16 https://www.csi.cat/el-consorci/com-ho-fem/es_index.html

17 Edipo Rey, 1188-1192

18 https://www.i nstagram.com/p/B-cZYy0iY3X/

19 https://www.lavanguardia.com/de-moda/moda/20200324/4858912863/zara-conjunto-comodo-pijama-cuarentena.html

20 https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia

 

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