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Euskal Herria :: 10/03/2017

Lucha de clases aunque a veces no lo parezca (3)

Juanjo González
Apoyaríamos una mayor intensidad de la campaña BDS en general y también en Euskal Herria con las consecuencias que esa campaña podría suponer en casa.

ASKAPENA: Organización internacionalista vasca nacida en 1987.

Y agarramos el pretexto del internacionalismo… Hay quien mantiene que fuera, por lo general, se defiende una postura más radical que en casa… Personalmente pensamos que la cosa es más compleja pero al mismo tiempo también creemos que la complejidad no exime de solventar contradicciones que claman con voz ronca pues no son de anteayer precisamente.

Leemos ciertas declaraciones de miembros de ASKAPENA que se efectuaron después del juicio en la Audiencia Nacional de Madrid. Tribunal especial español que se encargó de aplicar el derecho penal del enemigo a la solidaridad internacionalista vasca en clave de ASKAPENA. En estas declaraciones se afirma que ASKAPENA vuelve a la normalidad.

Vaya de antemano nuestra solidaridad hacia los miembros de ASKAPENA aun sin conocerlos personalmente. Y nos choca eso de volver a la normalidad. A no ser que la normalidad a la que se refieren sea la de prever otro próximo encausamiento. En ese caso nos agrada la sabia deducción ante el negro panorama que se nos avecina. Esto es, si todos hacemos nuestro trabajo, la represión no hará más que aumentar, en todos los sentidos.

Y para volver a vuestra normal actividad os animamos a continuar con todos vuestros proyectos, que no son pocos. Y apoyaríamos una mayor intensidad de la campaña BDS (Boicot Desinversión y Sanción) en general y también en Euskal Herria con las consecuencias que esa campaña podría suponer en casa.

Haremos una pequeña reflexión en este sentido que no es nueva ni la primera vez que la planteamos en la medida que la contradicción que encierra no se resuelve. Hay firmantes de escritos a favor del Estado sionista de Israel y, a la vez, en contra del BDS. Hasta ahí, lógico. En el mundo hay gente pro-imperialista, sionista, etc.

Hay muchos de esos firmantes y algunos en Euskal Herria. Entre ellos Iñarritu de EHBildu. También, en cierta medida, lógico desde la perspectiva interclasista en la que se fundamenta EHBildu y muy explícitamente su partido dirigente SORTU. Es tal la amalgama de posiciones que acoge EHBildu que hasta pro-sionistas tienen en sus filas.

Dicho esto, pensamos que hay que decir quien es quien en Euskal Herria con respecto al sionismo. Y si se lía gorda que se lie. Si en EHBildu, (y demás…) las contradicciones de la opción interclasista se resuelven siempre por la derecha, los espacios para acercarse a la poderosa burguesía vasca, se podrán recorrer incluso caminando y no hará falta ni coger el bus. Y cada vez serán menos las posturas revolucionarias vascas, en Euskal Herria y fuera de ella.

Y mirando hacia afuera, es cierto que los palestinos están más vendidos y tirados que una colilla. Pero, ojo, hay palestinos que hacen tratos y se enriquecen haciendo negocios con Israel, quienes comercian con las monarquías petroleras y genocidas del Golfo, palestinos como Dahlan… Lista bien larga, por desgracia.

En ese sentido, no entendemos la solidaridad con un pueblo oprimido en lucha, como una solidaridad para todos. Pensamos que ya hay ONGs suficientes que trabajan para el imperialismo de una u otra manera. A su vez los que luchan y padecen la situación de ocupación y represión necesitan de una solidaridad activa en tanto que verdaderos sujetos de su Resistencia como pueblo.

Una solidaridad que no se pierda en el falso mensaje de ayudar a la población civil, a la reconstrucción, a la recogida de huidos, en definitiva, a poner parches para tapar los agujeros que han dejado sus opresores, explotadores e invasores que también son los nuestros. Aquí, algunos, no nos aliamos con la burguesía española, francesa o vasca para hacer negocios. Y no se entiende que en el exterior nuestra solidaridad no sea revolucionaria, selectiva y de clase.

Nuestro ánimo hacia esa solidaridad, no aséptica ni neutra, con posición definida en esa otra manifestación más de la lucha de clases y de poder. Animo en esa lucha que es la nuestra.

Y hablando de normalidad… Nos viene a la cabeza que la normalidad no existe a secas. La normalidad de la burguesía no es la normalidad del pueblo trabajador. La normalidad de la minoría de la clase y fracciones de clase que están en el poder, si es normalidad, claro, pero la de la clase burguesa y dominante. Estos pueden desarrollar su labor política sin problemas. Ahora que si pretendemos ser solidarios con el sector mayoritario del pueblo, de normalidad nada.

Y si encima, incluso con diversa posición social, queremos ser activas en la emancipación nacional y social de nuestro pueblo trabajador, vamos dadas. Aquí los despidos, cierres, las multas por la más mínima protesta, los desahucios, los escandalosos niveles de pobreza, la cárcel por enaltecimiento al terrorismo, la ley mordaza, el patriarcalismo que planea sobre todo… no nos dejarán vivir tranquilos ni un minuto.

Y volvemos al punto de partida de siempre. Hasta nosotras argumentamos que cierta cuestión no es democrática y sin querer añadimos la coletilla de “y ni siquiera está contemplado en la ley” o, aún más radical, “y ni sus leyes obligan a ello”.
Tienen bien montada la arquitectura de reproducción de su posición hegemónica. Es decir, de una manera o de otra, situamos la cuestión (no siempre, por fortuna) desde una subjetividad elaborada e inducida por el sistema (capitalista). Es decir, pretendemos defendernos con términos que son creados para combatirnos y encima nosotras mismas los reproducimos. Y en esa normalidad viven los oprimidos, como pueblo y como clase.

Hablemos un poco de Brasil.

Y a Lula algo habrá que espetarle. Dice que se arrepiente de no haber revisado antes sus posturas… De obrero a vendedor de las bondades de la burguesía y pura imagen de la vergüenza reposando su cabeza sobre el hombro de Bush hijo. Hay fotos que hacen historia y con la imagen creada en un insignificante instante (recogido de entre otros millones de instantes) nos muestran la realidad de la lucha. Algunas, como ésta, son como para devolver. De obrero a presidente y apenado arrepentido que ruega perdón ante el matón y fascista de turno.

Y otro poco del Foro social vasco.

El foro social vasco desea “que no trunquen Paris y Madrid este momento de esperanza”. ¿Y sabéis a qué aluden sin tener la valentía de hacerlo explicita, suficiente y solemnemente? Se refieren a que el verdadero meollo de la cuestión es que se produzca el desarme, la entrega de los arsenales y el fin de la lucha armada y política de ETA. Esa es la esperanza por una única violencia, la de los dos Estados que oprimen a Euskal Herria.

Impresiona el interés que tiene el Foro Social por la paz. Pero por la paz vista desde la mirada del capital y de sus instrumentos los Estados, medios de comunicación, partidos políticos conocidos, asociaciones varias… Es decir la PAZ que lo único que abarca es el desarme de los de abajo, de los oprimidos, de los parias de la tierra.

Estos pacifistas son los amantes de la concordia, de los acuerdos entre diferentes y de la sumisión globalizadora y neoliberal. Verdaderos siervos del capital que están encantados con la violencia del Estado. La violencia que guarda y sostiene la supervivencia del capital y de la opresión de nuestro pueblo y nuestra clase.


Y por activa y por pasiva, un día sí y al otro también nos sugieren, nos aseguran, nos prometen, se desgañitan porque lleguemos a la simple y escurridiza verdad (¡la que nos costó pillarla!) de que no hay clases. Y si no las hay no hay lucha y, por lo tanto, no hay lucha de clases. ¡Acabáramos ya!

 

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