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Estado español :: 25/05/2006

Otra reforma laboral sin ninguna respuesta

Kimetz
El día 4 de mayo, gobierno español, CEOE-CEPYME y los sindicatos UGT y CC.OO. firmaron una nueva reforma laboral.

Un acuerdo que los firmantes creen que contribuirá a aumentar el crecimiento económico, la calidad en el empleo, el bienestar social y la cohesión territorial. En palabras del gobierno, una reforma que «estimulará la creación de empleo estable manteniendo la flexibilidad del mercado laboral y generará confianza para ayudar a mejorar la productividad y la competitividad de la economía».

Debajo de esta palabrería propagandística e hiperbólica del gobierno, se esconde una nueva derrota del conjunto de las clases trabajadoras del Estado español. Derrota no sólo por el balance negativo que los trabajadores y trabajadoras sacamos en esta reforma, sino también porque los trabajadores y sus representantes no hemos sabido concretar la respuesta contundente que esta reforma merecía.

Mientras tanto, la patronal ha conseguido bonificaciones empresariales por contratación, ampliando las que ya tenía (mayores de 45 años, parados con más de 6 meses demandando empleo, discapacitados, ampliando a jóvenes varones de entre 16 y 30 años). Estas bonificaciones oscilan entre los 500 y los 3.200 euros. Bonificaciones pagadas en una cantidad fija mensual y con vigencia de 4 años (2 más que antes). Además de este «regalito», la reforma incluye un plan extraordinario de bonificaciones que termina el 31 de diciembre del 2006, que incentiva con 800 euros durante 3 años las conversiones de contratos temporales en indefinidos. Además de estas suculentas bonificaciones, los empresarios consiguen la extensión del contrato de 33 días de indemnización, rebajas de las cotizaciones a la Seguridad Social y rebajas de las cotizaciones al FOGASA.

A cambio, los trabajadores hemos conseguido la limitación del encadenamiento de contratos temporales, una tímida mejora del fondo de garantía salarial y una serie de medidas menores, casi todas sin concretar. Una reforma de mínimos para el trabajador que los sindicatos firmantes disculpan, en palabras de la secretaria de empleo de CC.OO.: «con esta propuesta sindical todos nosotros debemos ser conscientes de que dejamos fuera de la negociación cuestiones relevantes como la regulación del contrato de obra o servicio vinculado a las contratas o el establecer una responsabilidad solidaria en la cadena de subcontratación, pero, en esta negociación, es tan importante las mejoras que consigamos como impedir que se materialicen las propuestas del gobierno y de la patronal que tienen por objetivo romper las reglas básicas de la regulación laboral».

UGT y CC.OO. dan otro paso atrás, se reafirman en su postura defensiva, mientras gobierno o empresas se pavonean de la fortaleza de la economía española como motor de la UE y de unos beneficios empresariales, que, año sí y año también, baten sus propios récords.

UGT y CC.OO. hace tiempo que consiguieron sacar de la calle a los trabajadores, acabaron con el asamblearismo y ahora, en Euskal Herria, quieren acabar con los comités de empresa, fomentando los convenios de eficacia limitada. Por eso, no nos pilla de sorpresa, todos sabemos desde hace tiempo las políticas que siguen las direcciones de UGT y CC.OO. jugando al sindicalismo domesticado que ellos llaman europeo y responsable.

¿Qué respuesta ha tenido esta reforma en le conjunto de trabajadores y en el resto de organizaciones sindicales? Desgraciadamente, prácticamente ninguna. Todas las otras centrales sindicales del Estado y de Euskal Herria protestaron y calificaron el acuerdo de fraude a los trabajadores y de beneficioso para los empresarios, pero a la hora de la verdad, pocas movilizaciones y de muy poca importancia.

Como con la Directiva Bolkenstein y otros ataques contra los trabajadores, los sindicatos vascos se quedaron en palabrería y unas pocas movilizaciones a nivel de delegados. Ocupados en el ardiente debate sobre la cuestión nacional, no seremos nosotros quienes le quitemos importancia, han descuidado a los obreros y obreras. Están más interesados en la política de altos vuelos de sus direcciones que en la lucha a pie de calle.

Muchos trabajadores y trabajadoras sentimos sana envidia de compañeros como los trabajadores franceses, que nos han demostrado que la lucha sí da
resultados, o los compañeros bolivianos, que con su presión al gobierno de Evo Morales han conseguido que cumpliera con su promesa de nacionalización de los hidrocarburos.

Casi todos los trabajadores sabemos que sólo unidos y en lucha conseguimos algo de lo que es nuestro, frente a la voracidad del capital, sujetado por toda la superestructura que lo acompaña.

Mientras en Euskal Herria las cosas se ponen feas para los trabajadores, todos los días cientos de compañeros intentan mejorar sus condiciones en decenas de huelgas.

Desde Kimetz llamamos a nuestros compañeros trabajadores a organizarse, a superar las diferencias, a no olvidar que sólo unidos, organizados y en lucha conseguiremos lo que nos pertenece.

http://www.kimetz.org/k_infor/leerNoticia.php?id_noticia=244

 

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