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Sobre el agua [PCPC y CJC-JCPC]
Catalunya se encuentra en emergencia por la falta de agua, todas las fuerzas políticas y sociales del sistema se afanan por dar propuestas y alternativas, intentando dar soluciones aparentes al problema para salir de la situación, haciendo diversas propuestas en torno a trasvasar agua de otras cuencas hidrográficas para abastecer el área metropolitana, del Segre, del Ebro, del Rodena, etc., o inclusive de Almería por barco, además nos empiezan a comentar cuanto nos costará la factura.
Si bien no se ponen de acuerdo en la solución del problema, todos están de acuerdo en echarle la culpa a la pertinaz sequía que sufre Catalunya, y nos ponen sobre aviso de que cada día más, nos tendremos que acostumbrar a esta situación, el cambio climático, la disminución de la pluviométrica, etc., obliga a una nueva cultura del agua.
También se ponen de acuerdo en esconder las verdaderas causas, que originan la falta de agua y que puede llevar a restricciones en el área metropolitana, que sólo circunstancialmente viene agravada por la falta de lluvias, puesto que el problema es estructural, y tiene responsables.
Por un lado, el modelo de desarrollo acelerado y no planificado, tan necesario para el beneficio del capital, ha sobredimensionado el territorio, en tan sólo cinco años, en el periodo 2002-2006, la política económica de crecimiento en base al ladrillo y al turismo, ha dado como resultado:
- La población ha pasado de 6,5 a 7,1 millones de habitantes, de los cuales 400.000 corresponden a la provincia de Barcelona, teniendo en cuenta que el consumo medio por habitante es de 182 litros por día, el aumento es considerable.
- Los edificios nuevos construidos cada año han sido 19.600, 22.927, 23.659, 29.560 y 30.700, y el total de 14, 16, 17, 18 y 19 millones de m2 anuales; muchos de ellos creados en urbanizaciones nuevas, sin tener en cuenta los servicios y las necesidades.
- El turismo ha pasado de 13 a 17 millones de turistas al año sin incluir los alojados en apartamentos, el total de pernoctaciones pasaron de 51,7 a 56,9 millones en el mismo período; a ello hay que sumar las infraestructuras turísticas, incluidas los campos de golf.
Por otro lado, los políticos del sistema no han tenido en cuenta las necesidades de infraestructura como el agua o la electricidad, necesarias para hacer frente a este crecimiento intensivo, así durante el mismo periodo, y debido a la falta de lluvias, las necesidades acuíferas han sido cubiertas con el agua embalsada, cuyas reservas ha pasado del 2.161 a 1.416 Hm3.
Por último, durante este tiempo la empresa que gestiona la distribución del agua en el área metropolitana, Agbar, ha tenido unos beneficios anuales de 132, 194, 198, 252 y 167 millones de euros respectivamente, su principal accionista es el grupo Hisusa (holding controlado por Lyonnaise des Eaux, 51%, y La Caixa, 49%) que posee el 48% de la empresa.
Seguramente que no llegaremos a las restricciones, nuestros experimentados políticos conseguirán traer agua de algún lugar, pero el problema será como se pagará esa agua, y quien asumirá el coste, se pague de los presupuestos de la administración o se pague mediante un nuevo impuesto en el recibo del agua, el coste lo seguiremos pagando los trabajadores, en definitiva los perjudicados por el problema.
Seguro que al final, algunas empresas, incluida Agbar, tendrá grandes beneficios por traer el agua, difícilmente el tripartito de izquierda tomará medidas, para que dicho coste sea asumido, por ejemplo, por los hoteles, los campos de golf, etc.
En cualquier caso, lo que tendremos que evitar, es el intento de algunos intereses económicos y políticos de enfrentarnos a los catalanes de las tierras de Ebro, de Segre o del área metropolitana por el agua.
