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Argentina, Argentina :: 29/05/2018

A partir de 2015, la política científica se modificó de una forma regresiva y expulsiva

Mario Hernández
Entrevista a jóvenes investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina

M.H.: El Conicet ha sido afectado por una rebaja del presupuesto, y también por otra rebaja en cuanto a la incorporación de investigadores y, en este caso en particular, se trata de investigadores del interior del país que muchas veces no son tenidos en cuenta en los reclamos que se plantean aquí en Buenos Aires. Han estado reunidos con Senadores en el Congreso nacional y la idea es que nos cuenten cuál es la situación que atraviesa el Conicet y cuáles son sus reclamos y propuestas.

D.C.: Muchas gracias por la invitación. Nosotros formamos parte de la Red Federal de Afectados, que se conformó a fines del año pasado cuando se dieron a conocer los resultados al ingreso a la carrera de investigador científico del Conicet y cuando nos enteramos que 411 personas que nos habíamos presentado a la convocatoria y que habíamos recibido una evaluación positiva, es decir, que habíamos pasado todas las instancias de evaluación del concurso público para ingresar a ese cargo, habíamos sido excluidos por el brutal recorte que está sufriendo el Conicet.
Entonces, se trata de una Red Federal que articula a investigadores de todo el país, no solo de las provincias, también hay gente de Capital Federal y Buenos Aires, y que se plantea en articulación con la Red Federal de afectados del 2016 y con los otros colectivos de lucha de becarios y de Ciencia y Técnica.
Como decías, el sector de Ciencia y Tecnología está sufriendo un recorte inmenso a partir del cambio de gestión, sobre todo en lo que es gestión y ejecución de políticas públicas vinculadas a la innovación científica y tecnológica.
Nosotros nos postulamos a la carrera de investigador científico, que sería para decirlo en términos más simples, la incorporación a la planta del Conicet que es el último paso en la formación de un investigador que comienza con un programa de financiamiento de formación del Conicet, que en general son 5 años de formación doctoral, más dos años de formación post doctoral y luego se pasa a este concurso para poder dedicarnos con exclusividad a la tarea de investigación. En el marco de un programa que se llama Argentina Innovadora 2020 que fue implementado por el Ministro Lino Barañao en el año 2013, se proponía un incremento gradual de la cantidad de investigadores por cada millón de habitantes y para el año pasado se preveía o era deseable que hubiera una incorporación de más o menos 1.100 investigadores, cuando finalmente solo fueron 600 en total, en todas las grandes áreas de investigación.
Ante esta situación, que nosotros vinculamos a otras grandes situaciones críticas del sector de Ciencia y Técnica como son los despidos en el Inti, estamos trabajando en conjunto en esta Red para que puedan revertirse estas situaciones.

M.H.: Lo que mencionás del Inti es interesante, porque uno de los argumentos que ha utilizado Lino Barañao y las autoridades de Conicet está vinculado al tema de la ciencia aplicada y justamente organismos como el Inti y el Inta apuntan hacia eso y, sin embargo, allí también hay fuertes recortes. No solamente presupuestario, sino despidos de personal. ¿Qué cambió en el Conicet respecto de la gestión anterior? Que en realidad es la misma porque Lino Barañao fue ministro de Ciencia y Técnica en el gobierno de Cristina Kirchner y continuó con Mauricio Macri y, sin embargo, parece haber cambiado la política.

Mauro: Esa pregunta tiene una respuesta muy simple y muy compleja a la vez. La simple es que cambió la política científica. Y no solo por una determinación del gobierno, sino por una demanda social y civil que existía con anterioridad; hubo determinada política científica de 2004 a 2015 que permitió la incorporación no solo de becarios e investigadores sino de lo que eso trae aparejado que son equipos de investigación, de proyectos y líneas de investigación, a partir del robustecimiento de los Institutos que en 2002/3 eran tierra árida, había muy pocas personas y poco recorrido y que con el correr de los años se fueron llenando de gente, de compañeros y compañeras e investigadores, trabajadores en ciencia. Eso generó cierto panorama y cierto estado de la ciencia argentina después de 11 años, con problemas, pero eran los problemas con los que uno se puede encontrar cuando algo crece.
A partir de diciembre de 2015, con el cambio de gestión, y puntualmente a partir de diciembre de 2016 cuando se notificaron los primeros resultados de ingreso a carrera del Conicet, siendo Conicet uno de los muchos organismos de investigación en el área de Ciencia y Técnica, pero es el principal organismo de formación, y en contra de lo que se dijo en la campaña electoral, nos encontramos con un ajuste brutal en lo que ya se llamaba por entonces “cuello de botella”, esto es, muchos becarios doctorales y post doctorales que presentamos un proyecto, fue aprobado, desarrollamos la beca, en algunos casos se hicieron doctorados, maestrías, publicaron artículos, se fueron afuera, mucho trabajo, y ese cúmulo de trabajo construido en 11 años, se cortó abruptamente en 2016.
Lo que estamos viviendo es la continuación de ese recorte, con la única diferencia, que nos parece menor porque lo que se juega es qué política científica queremos para nuestro país; la única diferencia entre 2016 y 2017 además del número, ya que en 2016 éramos 511 doblemente recomendados por Comisión disciplinaria y evaluación y por Junta de calificación, y este año por el momento somos 411, es que en 2016 no habían avisado, se esperaba que mantuvieran sus promesas de campaña y mantuvieran el plan Argentina 2020, mientras que en 2017 nosotros y nosotras ya sabíamos por adelantado que iban a entrar 600.
Este es un elemento de información pero es menor, porque el problema no es estar advertidos previamente, porque sería como confirmar el dicho "el que avisa no traiciona”, sino qué política científica queremos para nuestro país.
Lo que hemos hablado con representantes del Directorio que lamentablemente siguen negando que haya un conflicto laboral, de mucha gente formada que ya no puede seguir trabajando de eso y que se ve obligada, en el mejor de los casos a irse, es que hubo un cambio de política muy fuerte, a pesar de que se mantengan los cuadros políticos del organismo. A partir de 2015, lo manifestamos en diciembre de 2016 y 2017, en lo que al Conicet respecta, la política científica se modificó radicalmente de una forma totalmente regresiva y expulsiva.

M.H.: ¿En qué consiste ese cambio? ¿Cuál es el modelo que cambia en esta gestión?

D.C.: En términos concretos hay una clara expulsión de investigadores, no hay una planificación sostenida de qué, cómo, para quién se investiga. No hay una política de Ciencia y Técnica soberana y planificada, sino que hay una reorientación hacia el sector privado.

M.: Y básicamente menos presupuesto. Hay una consideración política estratégica de no invertir en ciencia, sino de invertir o gastar o pagar otras cosas, otros gastos del Estado Nacional. Luego hay un debate que no es solo económico que se trata de cómo distribuimos ese presupuesto, pero también ahí entran a jugar que como consecuencia de la falta de inversión en Ciencia, que hacen pasar como una reorientación estratégica de la inversión, generan falsas dicotomías como ciencia básica o ciencia aplicada.
Es una discusión histórica en la ciencia y no solo en las Ciencias sociales, que se desarrolló de determinada manera de 2004 a 2015 y que puede ser uno de los muchos problemas que tenga un sistema de crecimiento científico. Acá lo que hay es un ahogo presupuestario reconocido por los propios integrantes del Directorio, con quienes nos hemos reunido, su respuesta es “estamos ahogados presupuestariamente” a lo que propusimos que hagan un manifiesto de esa falta presupuestaria, que planteen que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva, con el mismo Ministro que el anterior, integrante de este gobierno, nos está ahogando presupuestariamente no solo en lo que respecta a becarios post doctorales de 7 a 8 años de trayectoria que pueden ser investigadores, sino también los problemas con los trabajadores administrativos, porque hay un 20% menos de trabajadores. Hay problemas en general.

M.H.: El Director del Conicet en Rosario manifestaba recientemente que no puede pagar las tarifas. Una rebaja del presupuesto del 1.46% al 1.22% del PBI en 2018 y este año no habrá ingresos a la carrera del Conicet. O sea que podríamos definir, como hizo Tiempo Argentino el pasado 6 de mayo “política de ciencia cero”. En el marco del ajuste que venimos conversando en Ciencia y Técnica, las Ciencias sociales y las Humanidades se ven particularmente damnificadas.

3: Tiene que ver con una perspectiva general del gobierno, por empezar una desvalorización ideológica de las Ciencias sociales. Luego un discurso que amparándose en la idea de que aquellas ciencias llamadas “duras” que el Conicet definió de manera unilateral sin consultar con la comunidad académica, cuáles son los temas estratégicos para el desarrollo de la economía nacional y de esa manera se ampara en ese discurso, de que aquellos temas son fundamentales y hay una voluntad de ajustar a las Ciencias sociales a aquella idea de tema estratégico que es una noción autocentrada del Conicet, porque como decía recién, no fue consultada.
Pero es una desvalorización ideológica de las Ciencias sociales, que la Filosofía no sirve y esto se ve en las propias declaraciones de los directivos del Conicet. Una desvalorización al conocimiento histórico, es conocida aquella expresión respecto de la Historia medieval, que no tiene ningún sentido. Como nos tienen acostumbrados los funcionarios de este gobierno, que si no fueran trágicas podrían generar gracia. Se trata en definitiva de eso, que las Ciencias sociales en general no sirven. Cuando la producción de Ciencias sociales se inscribe entonces en lo que llaman, dentro de las categorías del Conicet, los temas generales, es producción de ciencia básica, es producción de ciencia que no tiene necesariamente una aplicabilidad y una transferencia presente y concreta hoy. No obstante, como sabemos, es ese conocimiento en filosofía, en historia, en sociología, en teoría social, lo que transforma las sociedades.
Las luchas que hoy estamos viviendo por la igualdad de género se gestan en reflexiones de las Ciencias sociales que no nacieron ahora, sino por lo menos hace 200 años. Y que encuentran en el pensamiento, en la reflexión crítica que representan las Ciencias sociales un espacio de producción, de reproducción, de reflexión y ahí está la externalización del conocimiento científico de las Ciencias sociales que este gobierno y estas autoridades del Conicet no suelen ver, que es la relación de los cientistas sociales, si se los quiere llamar así, con los movimientos sociales, porque las teorías de género, por ejemplo, se producen en ese estrecho diálogo con los movimientos sociales, con el movimiento feminista.
Entonces se produce una sinergia especial entre las reflexiones y las prácticas de un campo y del otro, del movimiento social y de la academia o de la intelectualidad. No debiera haber ninguna duda que es necesaria la reflexión sociológica, filosófica e histórica, por lo menos sobre nuestras sociedades presentes. Para conocer nuestro pasado, para entender nuestro presente, para saber hacia dónde se va.
Las discusiones del presente, bien de actualidad, sobre el FMI y sobre el endeudamiento externo, las formas de acumulación del capital en Argentina, la bicicleta financiera, todo eso es producción en Ciencias sociales. Y vaya si es estratégico. Pero si uno va a ver los temas estratégicos según el Conicet hoy, que insisto es el discurso a través del cual reducen el ingreso de temas generales y en donde más se ve atacado el campo de las ciencias sociales.
Y me centro en las Ciencias sociales porque fue hacia donde apuntó tu pregunta pero el recorte es general, es en definitiva casi un cierre de la carrera de investigador, porque los porcentajes de ingreso de este año van a ser realmente exiguos y absurdos comparado con lo que se venía dando e incompatibles con el programa Argentina 2020 que durante todo el período de la última evaluación, la última convocatoria de 2017, el plan Argentina 2020 estuvo operativo.
Si uno consulta nuestros expedientes de 2017 y la referencia es al plan Argentina 2020, que es el plan al que deberían haber ingresado un 10% más de investigadores cada año. En lugar de eso lo que hicieron fue reducir a la mitad los ingresos y ahora están haciendo ese tipo de recortes en temas generales, que es donde ingresa la mayor parte de las producciones e investigaciones en Ciencias sociales. Donde ingresaban 900 personas en 2015, hoy ingresan solamente 150. El recorte es brutal.

M.H.: Fueron recibidos por senadores nacionales ¿qué eco encontraron respecto de esta situación que atraviesa la Ciencia y la Técnica de nuestro país?

D.C.: Fuimos recibidos por la senadora Silvina García Larraburu el 23 de abril y la reunión consistió en presentar nuestra situación y nuestros reclamos ante la Comisión del Senado encargada de discutir los problemas de Ciencia y Técnica. Que se enmarca en el debate por la promoción de una Ley de emergencia en el sector. Así que por ahora se ha quedado ahí nuestro vínculo con los senadores. Presentamos el problema y no hemos tenido otras repercusiones. En Diputados lo mismo, fue más expositivo que un diálogo real y una escucha real de los reclamos.

M: Como sabemos uno presenta un proyecto, es recibido en Comisión, en caso de que haya dictamen se sigue por Diputados y luego por Senadores. En Comisión fuimos recibidos por ciertos sectores políticos, el oficialismo no dio quórum, no se sentó a dialogar ni a escuchar. Y hace dos años hay un proyecto, además de este proyecto de emergencia laboral, para mantener en determinados puntos del presupuesto la inversión en Ciencia y Técnica. Un proyecto que en su momento sí tuvo dictamen en Comisión, que luego tuvo un dictamen en Diputados pero que, como consecuencia de ciertas alianzas políticas, no fue aprobado en Senadores.
Nos encontramos con una situación crítica no solo en el Conicet sino en toda el área de Ciencia y Técnica fruto de cuestiones políticas de los últimos años que veremos cómo se rearticulan, o no, en los siguientes años para ver cómo podemos recuperar el estado pujante de la Ciencia.
Recordemos que todas las luchas que se dieron no solo en Sociología, Filosofía e Historia, sino también por la Ley de medios, memoria y Derechos Humanos no nacieron de la academia pero dialogaron con ella, tuvieron que ver con las Ciencias de la comunicación, con la Antropología, con las Letras. No nacieron en la Universidad pero sí hay una articulación y un diálogo entre los sectores muy fuerte desde 1985. Desde 2004 a 2015 hubo la oportunidad política y económica de que eso se plasme en investigaciones, sobre género, indigenismo, la última dictadura, etc.

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