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Mundo :: 30/08/2004

Continúa la resistencia en la sitiada Falluja

Un Mundo que ganar
9 de agosto de 2004. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar.

No se ha resaltado la resistencia en Falluja últimamente en los medios de comunicación, en parte debido a la sombra de otros sucesos, como la rebelión encabezada por Moqtada Sadr (vea el SNUMQG del 5 de julio) y porque las autoridades norteamericanas preferirían no hablar sobre la situación ahí.
Las tropas terrestres norteamericanas no han podido entrar a la ciudad durante meses. Los convoyes norteamericanos intentaron penetrar a Falluja varias veces a finales de julio y a principios de agosto sin éxito. Seis vehículos militares estadounidenses cayeron en emboscadas el 31 de julio. Las fuerzas norteamericanas respondieron con fuego de artillería y bombardeos aéreos.
Una y otra vez en las últimas semanas, la fuerza aérea norteamericana ha ametrallado y bombardeado casas de la ciudad. Últimamente, un centenar de personas han muerto o resultado heridas, muchos de ellos niños y ancianos, según informes de hospital. Los voceros de los medios de comunicación alimentados por Estados Unidos afirman que el blanco de los bombardeos son "los terroristas extranjeros", pero es claro que toda la población de la ciudad sufre los golpes.
Falluja se volvió un símbolo inmediatamente después del inicio de la ocupación norteamericana. En abril de 2003, los soldados norteamericanos dispararon contra una manifestación de los padres y alumnos que exigían que los ocupantes dejaran la escuela de la cual habían hecho su cuartel. Durante los 20 minutos de fuego a la muchedumbre que huía 15 personas murieron y 53 resultaron heridas. Dos días después, mil habitantes de Falluja marcharon por la calle principal de la ciudad y se detuvieron frente a una zona ocupada por Estados Unidos. Los helicópteros de ataque Apache sobrevolaban. Los manifestantes llevaban pancartas contra la matanza anterior. Uno decía: "Asesinos norteamericanos, tarde o temprano los sacaremos a patadas". La muchedumbre empezó a arrojar piedras. Los soldados norteamericanos en camiones fuera de la zona de seguridad hirieron a 17 personas y mataron a dos.
Al día siguiente, el primero de mayo de 2003, dos adolescentes de Falluja arrojaron granadas a la zona militar norteamericana, lo que signó el principio de una resistencia armada que no ha parado desde entonces.

La resistencia de abril en Falluja

Las autoridades norteamericanas han estado esperando la oportunidad de aplastar la voluntad del pueblo que se ha negado a someterse a los ocupantes.
Cuando en abril de 2004 murieron en una emboscada en Falluja cuatro mercenarios norteamericanos contratados por empresas militares privadas, los infantes de la Marina entraron en acción para castigar a la población. Dijeron que ya era hora de tomar el control de la ciudad. Durante las siguientes semanas, las fuerzas norteamericanas destruyeron buena parte de la ciudad, asesinaron a 600 personas e hirieron a muchos civiles más.
La brutalidad no aplastó ni suprimió la resistencia del pueblo. Los habitantes de la ciudad contraatacaron con furia, lo que contribuyó a que el pueblo iraquí se unificara más. En una serie espectacular de manifestaciones y atrevidos convoyes de ayuda que desafiaron al ejército norteamericano, los iraquíes de muchos sectores sociales, sunitas y chiítas por igual, mostraron su unidad con el pueblo de Falluja. De muchas ciudades le llevaron comida, medicinas y donaciones. Muchos jóvenes, entre ellos algunos de otros países árabes, abrieron brechas a través del cerco y se unieron a los luchadores en Falluja.
En los combates de abril más de 60 soldados norteamericanos mordieron el polvo. Las masas se unieron a la resistencia contra los ocupantes y mostraron su pasta en el combate. Cuando empezó el sitio de Falluja a principios de abril, Abu Muhammad, un ex general de brigada iraquí bajo Saddam dijo: "El pueblo estaba monitoreando los movimientos de los norteamericanos y llevaba la ventaja; tenía experiencia militar y se preparaba para el combate. Se bloqueó casi completamente la Carretera 10, que conecta a Bagdad con Jordania y la parte occidental del país" (New Yorker, 5 de julio). Las fuerzas norteamericanas esperaban tomarse la ciudad fácilmente, pero la participación masiva de los habitantes de Falluja lo hizo imposible. Los invasores tuvieron que retirarse. Debe tenerse presente que Falluja está a sólo 50 km al oeste de Bagdad, donde están concentradas las fuerzas armadas estadounidenses.
Aunque aumentaba la resistencia en muchas partes de Irak antes de las batallas de abril en Falluja, los éxitos alcanzados ahí tuvieron un gran impacto sobre las personas en otros lugares, sobre todo en el triángulo sunita al norte y oeste de la capital.
Y la resistencia contribuyó a agravar la actual crisis en las filas de los ocupantes y sus títeres. Algunos países anunciaron que ya no estarían enviando tropas como prometieron o que sacarían a sus soldados. Muchos soldados del ejército títere iraquí, recién formado, enviados a suprimir la resistencia, de plano se negaron a luchar. Un gran número de policías en Falluja también combatió del lado de los rebeldes.
La resistencia de Falluja contribuyó a despertar a las personas en otros países quienes no entendían bien las verdaderas intenciones de Estados Unidos. Aquellos que pensaban o que se dejaban embaucar por los imperialistas o los medios informativos tradicionales de que los habitantes de Irak estaban más contentos ahora, podrían ver la realidad por su cuenta. En el punto más álgido hasta ahora, en abril, la batalla de Falluja asestó derrotas a las fuerzas armadas norteamericanas y a las tácticas y estrategia militares estadounidenses. Este factor de peso hizo que muchos comentaristas de los medios de comunicación occidentales y algunas figuras políticas concluyeran que la ocupación ya no puede funcionar.
La realidad, en la forma de la resistencia armada, desgarraba el manto de mentiras de los ocupantes. Un columnista escribió: "Al gobierno norteamericano le gusta decir que la ocupación no es el problema, sino simplemente el terrorismo Pero ya no es creíble el que insista que sus problemas sólo provienen de los últimos reductos de los partidarios de Saddam y los fanáticos extranjeros" (H. D. S. Greenway, The Boston Globe, 13 de abril).
The New York Times informó el 28 de junio: "Los comandantes estadounidenses admiten que están lejos de sofocar una insurgencia tenaz, con cada día más sofisticación. Se ha extendido más allá de los partidarios de Saddam Hussein y de los combatientes extranjeros, a los iraquíes comunes que arden contra la ocupación y sus fracasos. Actúan desde las bases, a menudo con poco entrenamiento o dirección, pero con un entusiasmo nacido de ambiciones anticoloniales".

¿Quiénes son los terroristas?

Cada vez que los invasores yanquis bombardean a Falluja y matan a tantos y hiere a muchos más, sus voceros dicen que persiguen a Abu Musab Al-Zarqawi, un jordano acusado de tener lazos con Al Qaeda. Mataron docenas de personas durante los ataques aéreos y de misiles en julio contra las supuestas "casas de seguridad de Al-Zarqawi" (hogares de familias), pero no han nombrado ni siquiera a un "terrorista extranjero" encontrado muerto o capturado en Falluja.
Para muchas personas en Falluja y en todo el país las fuerzas norteamericanas son los verdaderos terroristas extranjeros. La "coalición" dirigida por Estados Unidos ha estado intentando traer soldados de todo el mundo para luchar contra la resistencia iraquí y mantener un ambiente seguro para los intereses norteamericanos en el Medio Oriente. ¿Por qué, se pregunta, algunas personas de otros países encabronadas por las injusticias y las brutalidades que padece la población de Irak no pueden apoyar la resistencia iraquí?
Durante meses las autoridades norteamericanas sostuvieron que los partidarios de Saddam y los cuadros del partido baazista se habían concentrado en Falluja. Prometieron que después de la captura de Saddam y otros altos líderes baazistas, superarían sus problemas en Falluja. No obstante, se empeoró la situación para Estados Unidos. Ya han cambiado de plan, sosteniendo que Falluja es "un nido para los terroristas" como Zarqawi. Independientemente de la veracidad de esta afirmación, la pura verdad es que en Falluja todo mundo está contra la ocupación norteamericana y ve en Estados Unidos su enemigo principal. El general de brigada antes citado dijo: "Nadie en Falluja se opone a la resistencia y llegaron muchos grupos de resistencia diferentes". Como se sabe, eso incluye a algunos fundamentalistas islámicos y a otras fuerzas que se oponen a Estados Unidos desde un punto de vista reaccionario. Pero son indiscutibles la resistencia de Falluja y la abrumadora oposición a los invasores de parte de los habitantes de Falluja y del triángulo sunita.

¿Por qué Estados Unidos dio marcha atrás?

Debido al odio del pueblo a los invasores, las fuerzas norteamericanas y su gobierno títere no han sido capaces de entrar a la ciudad y han tenido que darse marcha atrás una y otra vez, por lo menos hasta ahora. El director general de inteligencia nacional iraquí nombrado por Estados Unidos dijo acerca de Falluja: "Podríamos tomar la ciudad... pero tendríamos que matar a todos" (The New York Times, 8 de julio). Pero si tuvieran que "matar a todos", se necesitaría una fuerza mucho más grande. Las autoridades iraquíes admitieron que el gobierno títere "solo no tenía suficientes recursos para apoderarse de la ciudad’ (ésta y las siguientes citas son del New York Times del 8 de julio). Parece que tampoco los tenía Estados Unidos.
Por último, las fuerzas norteamericanas abandonaron la ciudad y se apostaron en las afueras. El mando de la ciudad se quedó en manos de la Brigada de Falluja, conformada de muchos combatientes de la resistencia y algunos soldados del antiguo gobierno y algunos fundamentalistas islámicos. La ciudad la controla políticamente un consejo (Shora) conformado de varios comités, partidos políticos y organizaciones religiosas que se rivalizan por cotos de influencia en la ciudad.

Estados Unidos planea volver

La derrota que los habitantes de Falluja asestaron a las fuerzas norteamericanas le costó mucho a Estados Unidos, siendo lo más importante la credibilidad (al menos como matones eficaces) la que está buscando recobrar desesperadamente. Como el teniente general Ricardo Sánchez, ex comandante de todas las fuerzas militares norteamericanas en Irak, dijo sobre Falluja: "A la larga se tendrá que resolver este problema". El mensaje es claro: en cuanto puedan resolver los demás problemas que los tienen atascados, lo que tal vez no ocurra en un futuro cercano, piensan entrar a la ciudad de nuevo.
Las tropas de ocupación han estado bajo mayores y variadas presiones. Por razones políticas Estados Unidos ha mantenido el número de tropas muy por debajo de lo que los comandantes norteamericanos dicen que se necesitan. Como resultado, hasta ahora no ha considerado que puede destinar, o quizás no se ve en la necesidad de destinar la cantidad de recursos necesaria para obtener una solución final de la situación de Falluja. Un factor que lo refrena es su temor al impacto político en Irak y el mundo, que probablemente tendría un baño de sangre. Y es verdad que los escombros que cubren la ciudad la han convertido un terreno muy desventajoso para las operaciones mecanizadas relámpagas que los invasores prefieren y es posible que cualquier batalla decisiva se prolongue mucho más de lo que quisieran.
Las masas de Falluja también están conscientes de la situación y están preparándose para esa eventualidad. Como dijo un combatiente: "La lucha no más acaba de empezar".
Las masas en Falluja están orgullosas de derrotar a una fuerza militar poderosa. Su entusiasmo ha contagiado a la población de todo el país. Hasta ahora, han obligado a Estados Unidos y su gobierno títere a aceptar una situación en que no pueden hacer nada salvo matar a civiles en la ciudad. La brutalidad norteamericana contra Falluja durante el último año y medio ha producido mucha rabia y contraataques a los invasores y ha asestado un importante golpe a las fuerzas norteamericanas. Es claro que cuanta más brutalidad, peores resultados para los invasores.

 

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