Continuó ayer el Paro nacional en Colombia, con represión violenta

El gran paro nacional convocado para este martes 27 y miércoles 28 de mayo por las centrales obreras y los movimientos sociales en respaldo a la consulta popular y las reformas sociales del Gobierno de Gustavo Petro inició con bloqueos de calles, rutas y estaciones de TransMilenio, masivas manifestaciones en todo el país y alta participación ciudadana.
Las autoridades reportaron 16 estaciones del sistema de transporte TransMilenio fuera de operación en Bogotá y Soacha debido a bloqueos realizados por grandes grupos de manifestantes.
Desde tempranas horas del día, los puntos más afectados en Bogotá fueron el Portal Américas, Portal de Suba, Yomasa y la Universidad Nacional, bloqueados por la gran cantidad de gente marchando. La eufemística Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO, antidisturbios) reprimió en múltiples ocasiones con gases y bastonazos, y fue enfrentada por los manifestantes.
La convocatoria fue promovida por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación General del Trabajo (CGT), el Pacto Histórico y un numeroso grupo de movimientos sociales, y la afluencia fue mayor a la esperada.
En el Parque Nacional, punto de concentración en Bogotá, unas 15 000 personas iniciaron la jornada con pancartas, banderas y arengas. Desde allí partieron hacia la Plaza de Bolívar, epicentro de la manifestación capitalina.
El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, participó activamente en la movilización y expresó su apoyo: "Con alegría y convicción acompañamos el paro nacional en defensa de los derechos de las y los trabajadores".
La convocatoria llega en un momento de alta tensión entre el Gobierno progresista y el Congreso conservador, luego de que el Senado rechazara la propuesta de consulta popular planteada por el presidente para recuperar su reforma laboral, una de las más ambiciosas de su mandato por su carácter popular.
El presidente Gustavo Petro se pronunció respaldando el derecho a la movilización, pero pidió que las protestas se realicen de forma pacífica y sin afectar bienes públicos o privados.
"Los patrones no deben perseguir a quienes decidan movilizarse y protestar. Y quienes ejercen ese derecho no deben agredir ni dañar lo que es de todos", expresó el mandatario.
Más que a los manifestantes, la arenga parecía estar dirigida a los represores, que no paraban de destrozar mobiliario urbano en sus ataques a los manifestantes.