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Argentina, Argentina :: 08/02/2023

Del 19 y 20 de diciembre del 2001 al presente

Damián Ravenna
Antagonismo entre las clases dominantes que son Estado y las clases subalternas

Estamos en un año electoral, es por ello que se vuelve de suma importancia poder reflexionar sobre nuestro sistema democrático desde los DDHH, es decir desde su cumplimiento e incumplimiento por parte del Estado y de los gobiernos.

De este modo y para conmemorar la lucha del pueblo vamos a observar la permanencia de las violaciones a los DDHH desde el año 2001 al presente, debido a que para nosotres ese año es un hito histórico desde donde consideramos necesario reflexionar sobre nuestra realidad.

En esta sintonía es de resaltarse que producto de las formas de acumulación del capitalismo en su etapa neoliberal, se desarrolla para el año 2001 una fuerte crisis de modelo económico y social que desemboca en una pueblada que bajo las consignas “que se vayan todos” y “piquete y cacerola la lucha es una sola” provocaron un enorme sismo en el régimen de opresión institucional.

Esto derivó en la renuncia del entonces Presidente Fernando de la Rúa (UCR), quien antes de irse declaró estado de sitio y reprimió salvajemente al pueblo que se manifestaba. En datos socio-económicos la pobreza en el 2001 según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) era del 38,3 %, sin embargo otras estimaciones privadas dicen que la pobreza era del 46 %. Según el mismo INDEC la pobreza en año 2021 era del 40,6 % siendo en el primer trimestre del 2022 del 36,5 %. Es decir tenemos indicadores sociales parecidos.

Frente a este contexto social y económico, renuncia Fernando de la Rúa, se suceden 5 presidentes hasta que se entrona Eduardo Duhalde (PJ) y esto que es historia, es también una forma en la cual las clases dominantes salvan al régimen político, económico y social.

Con esta protección y salvación del régimen de opresión capitalista, las clases dominantes han podido restaurar su hegemonía manteniéndose como clase dirigente. Es debido a ello que aunque tenemos indicadores sociales casi iguales entre el 2001 y el presente, no se vislumbra una crisis de poder ni pueblada hasta ahora.

Profundicemos un poco en ello, el capitalismo es una unidad que para su permanencia y sostén en la gobernabilidad institucional, fomenta y produce facciones de clase dominante que se disputan el poder para ser clase dirigente, desde el 2001 al presente esa clase dirigente son distintos bandos o grupos muchos de los cuales se autoperciben como peronistas o republicanos.

Tenemos también como continuidad de la lucha y esto es algo para celebrar, al movimiento piquetero que es la adaptación organizativa de la clase trabajadora desocupada para el reclamo de sus derechos, que actualmente bajo el nombre de Unidad Piquetera ha realizado varias jornadas de lucha, movilización y acampes.

En este antagonismo entre las clases dominantes que son Estado y las clases subalternas que son clase trabajadora, muchos pierden de vista que estamos hablando de personas, muchos niños, niñas y adolescentes que padecen hambre y muchas otras violaciones a los DDHH.

Es de resaltarse por ello que el régimen institucional demoliberal nos es vendido como un sistema democrático que permite la ampliación de derechos, pero sin embargo podemos trazar desde el año 2001 al presente una continuidad de violaciones a los DDHH económicos, sociales y culturales, como son en un breve compendio: el derecho a la alimentación y la vivienda adecuada, vestirse, educarse, cultivarse y acceder a la salud entre otros.

Frente a este panorama y diagnostico es claro que necesitamos la unidad de las clases subalternas y plebeyas para hacer frente a las violaciones a los DDHH que realizan las clases dominantes desde el Estado, por ello debemos alentar una mirada de los DDHH que sea una programa para la lucha por la dignidad del ser humano, debemos asimismo abordar que los derechos económicos, sociales y culturales se presentan como un colapso de lo establecido, tanto en su vulneración como en su cumplimiento, de ahí que apoyar todas las luchas con autonomía del Estado y sus gobiernos, se vuelve una necesidad imperiosa.

Para todos, todo.

Asamblea Permanente por los DDHH Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires

 

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