La Operación Memoria y la Independencia de Clase

Ante la convocatoria realizada por el PIT-CNT y apoyada por la FEUU, el FUCVAM y la ONAJPU, el Consejo de la Unidad, como parte del movimiento de los trabajadores y luchadores sociales, se manifiesta.

La carreta delante de los bueyes…

A partir de 1994 se fue profundizando en el Frente Amplio una rebaja ideológica y programática, acompañada de una contención de la movilización y la lucha popular, como forma de alcanzar el gobierno nacional por la vía electoral democrático-burguesa.

Este proceso fue acompañado por las mayorías reformistas y conciliadoras que existen en las principales organizaciones de masas, constituyendo un importante cambio de táctica y también de estrategia, puesto que supuso resignar no solo el camino de la movilización y la lucha para alcanzar los objetivos de la clase trabajadora y sus aliados populares, sino el abandono de los principales postulados del programa histórico de la izquierda.

Ya en la campaña electoral del 2004, con cierto recato y disimulo, el PIT-CNT tomó partido y asumió un rol activo en la promoción electoral del “progresismo”, definiéndose como “independiente pero no indiferente” y lanzando la consigna de “apoyar el cambio por un país productivo con justicia social”.

Durante estos años de experiencia de gobierno frenteamplista, la mayoría de las direcciones de las organizaciones sociales, vinieron subordinándose a la estrategia de “gobernabilidad democrática” y de colaboración de clases del “progresismo”. Teorizando sobre un supuesto “gobierno en disputa”, las direcciones mayoritarias de las organizaciones sociales (principalmente del PIT-PIT), cubrieron su resignación programática.

Ahora, bajo el manto de “profundizar los cambios”, las direcciones mayoritarias se juegan por darle otra oportunidad al Frente Amplio, para que en un nuevo período de gobierno se alcance “más y mejor democracia con justicia social”. En la antesala electoral, surge entonces la “operación memoria” respecto del neoliberalismo de la década de los 90”; sin crítica alguna del programa capitalista del gobierno del Frente Amplio. En realidad, esta iniciativa proveniente de las corrientes reformistas del PIT-CNT, podría calificarse como una “operación ocultamiento y desmemoria”. Destinada a confundir a los trabajadores y los luchadores sociales.

Continuidad neoliberal…

Durante décadas los “teóricos” de la izquierda reformista y del movimiento sindical, han dedicado ríos de tinta para definir y analizar al neoliberalismo, concluyendo que su aplicación en los “países dependientes” (léase países dominados y explotados por el capital imperialista), sigue un patrón que denominaron “Modelo Lace” (liberal, aperturista, concentrador y excluyente) y cuyas principales características son: el retiro del Estado de las actividades productivas, dejar que actúen libremente las fuerzas del mercado, alcanzar la mayor libertad posible para las relaciones comerciales entre países o entre éstos y empresas multinacionales, no interponer ningún tipo de barrera para la acumulación del capital y dejar al mercado como mejor proveedor de recursos.

Cuatro años y medio de gobierno “progresista”, demuestran, no obstante, que ese “Modelo Lace” continúa, en sus aspectos fundamentales, vigente.

Se mantienen y se han ampliado las políticas que favorecen la introducción y libre movimiento de grandes capitales en detrimento de la participación estatal; se continúa con el programa privatizador (por la vía de la “asociación público-privado”), y con las tercerizaciones en áreas productivas del Estado y se avanza en las áreas de servicios.

Se asiste al mayor proceso de extranjerización y concentración de la tierra y de la industria. Se firmaron acuerdos de protección de inversiones extranjeras, como por ejemplo el Tifa con Estados Unidos, Se mantienen las Zonas Francas como enclaves ajenos a la soberanía nacional. El “sistema bancario y financiero” continúa al servicio de la acumulación de capital y lavado de fondos sucios por vía de la “libre movilidad”. Y, finalmente, la deuda externa sigue pagándose (y creciendo) desmintiendo, de manera contundente, el discurso oficial sobre la “reducción del endeudamiento”.

A modo de balance del “modelo progresista”, alcanzaría con registrar que casi el 50% del PIB acumulado entre 2005-2008, fue a parar a los bolsillos de las “rentas de capital”. O sea, a hacer más ricos a los ricos. Esta concentración de la riqueza en manos de los capitalistas, se ha visto favorecida por la instalación del IRPF: más del 80% de la carga impositiva afecta a los ingresos de los trabajadores, exonerando las ganancias empresariales.

Mientras tanto, la participación de los salarios en la renta nacional, en el período 2005-2008, tuvo una caída del 33%. Es decir, en el “reparto de la torta” global, a los salarios les corresponden algo más del 21%. Esto significa que, cada año, aproximadamente 1.700 millones de dólares que antes recibían los asalariados y sus familias, ahora son apropiados por los capitalistas.

La aplicación de políticas sociales asistencialistas no modificó el índice estructural de pobreza y exclusión social. Si bien se redujo la “pobreza reciente”, la cantidad de uruguayos y uruguayas en condición de pobreza y miseria es inaudita: más de 650 mil personas, en su mayoría niños y jóvenes. Esta exclusión y marginación social, tiene como dramático resultado el aumento de una población carcelaria que, sobreviviendo en condiciones infrahumanas, está compuesta mayoritariamente por jóvenes y desempleados.

De todo ello se desprende que la prometida “justicia social” ha sido, nuevamente escamoteada.

Los Consejos de Salarios, ¿el nudo gordiano?...

Quienes niegan la caracterización del actual gobierno como de continuidad neoliberal, recurren a la convocatoria de los Consejos de Salarios como justificación de la política económica del gobierno. Quieren el sol con la mano.

Es un hecho que la convocatoria de los Consejos de Salarios provocó un importante aumento de la sindicalización y alguna mejora salarial (sin llegar a la “recuperación” prometida); sin embargo, se aplicó con pautas restrictivas que no permitieron “recuperar” la pérdida salarial ocurrida bajo el gobierno de Batlle. Pero es también un hecho, que el movimiento sindical no se ha visto fortalecido luego de la aplicación de este mecanismo, puesto que la mayoría de los conflictos que se registran son por despidos, rebajas salariales, incumplimientos y violaciones de los convenios, aún en la esfera pública.

De todas maneras, si el elemento “diferenciador” entre el neoliberalismo de Lacalle y el del “progresismo” es la convocatoria de los Consejos de Salarios, la discusión está terminada, puesto que el candidato blanco ya anunció que en su próximo gobierno los volvería a convocar. Si alguna prueba más de las coincidencias entre el Frente Amplio y el Partido Nacional faltaba, allí esta la votación de ambos partidos de la Ley de Negociación Colectiva y sobre todo, de la “cláusula de paz”. Es decir, el acuerdo sobre “regular” las relaciones trabajo-capital, que obliga institucionalmente a la conciliación de clases, promoviendo el entendimiento entre la burocracia sindical y las corporaciones patronales.

Luchar ahora…

La campaña que lleva adelante el PIT-CNT junto a otras organizaciones sociales, significa un quiebre evidente y abierto del principio de independencia de clase al tratar de transformar al movimiento sindical en el furgón de cola del “progresismo”.

Esta operación burocrática del sindicalismo reformista, se entrevera, intencionalmente, con campaña por la Anulación de la Ley de Impunidad. Sin poner en tela de juicio la conducta inmoral del gobierno y su bancada parlamentaria, quienes se negaron a anularla pese a contar con los votos necesarios. Recordemos: este mismo gobierno del Frente Amplio, estos mismos parlamentarios “progresistas”, intentaron distorsionar la voluntad popular expresada en el plebiscito en Defensa del Agua y la Vida. Ni las direcciones mayoritarias del PIT-CNT y las organizaciones sociales que hoy le acompañan, realizaron campaña alguna de denuncia, como la historia y la “memoria” lo exigían.

Mientras que las cúpulas sindicales se zambullen en la campaña electoral, las patronales aprovechan la crisis para que las consecuencias sean pagadas por los trabajadores. Despidos, envíos al Seguro de Paro, desconocimientos de convenios y, como en el Casmu, rebajas salariales y eliminación de conquistas laborales.

Es en este escenario político que, a la vez que acompañamos a los trabajadores y luchadores sociales que participan de esta movilización, nos pronunciamos por lucha ahora, para que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores.

Todos a la marcha del Filtro

Juicio y castigo a los asesinos de Morroni y Facal y a los represores impunes

Por la Anulación de la Ley de Impunidad

Prohibición de los despidos y los envíos seguro al de paro

Aumento general de los salarios; salario mínimo a media canasta familiar, reajuste automático según el alza del costo de vida

Reforma agraria con expropiación de los latifundios. Tierra para quien la trabaja

Estatización sin indemnización, de la banca privada y las Afaps

No pago de la deuda externa. Ruptura con el FMI y demás instituciones financieras internacionales

Fuera las tropas uruguayas de ocupación en Haití

Por la independencia de clase y por la independencia política de la clase trabajadora

Montevideo, 22 de agosto 2009

jo de la Unidad está integrado por Comuna, Pro-Unir, Colectivo Militante, Gala, Asamblea Peñarol, organizaciones políticas y sociales de la izquierda anticapitalista, antiimperialista y socialista. El Consejo de Unidad es un espacio para la acción militante en la perspectiva del reagrupamiento de la izquierda revolucionaria.