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Mundo :: 20/03/2015

El Salvador: Lecciones básicas de Ciencias Políticas (I)

Joel Arriola

El ánimo de escribir una serie de Lecciones básicas de Ciencias Políticas surge a raíz de contribuir a la solución de la crisis teórica e ideológica de la izquierda y la intelectualidad de izquierda del país, particularmente de aquel sector de la juventud que comienza a formarse en las sendas del pensamiento anticapitalista en general.

En este camino tendremos muchas veces que polemizar con una serie de catedráticos y filósofos salvadoreños, férreos defensores de una posición política y teórica determinada; la verdad sea dicha: no era nuestra intención hacerlo, no obstante a estas alturas tal empresa nos resulta inevitable: cuando concepciones erradas y malintencionadas sobre la política – comprensible para el “sentido común”­– toman forma teórica e intentan adecuar los conceptos y la lógica explicativa a la justificación de un fenómeno, la polémica se vuelve inevitable.

Se trata de una polémica frontal, no ya con una concepción con la cual hay disenso, sino con las posturas teóricas, que más que representaciones fieles de la realidad se convierten en bagajes conceptuales encubridores de aquella, en lugar de ciencia, teoría explicativa nos encontramos aquí con un ideologismo vulgar que sirve únicamente para justificar la realidad.

La Realpolitik y la relación de fuerzas

Seguramente cualquier texto sobre Ciencias Políticas comenzaría hablándonos del Estado, del régimen y el gobierno, etc. Sin embargo, nosotros comenzaremos acá por la llamada Realpolitik y las relaciones de fuerza. La razón es que nuestro objetivo no es reproducir acá lo que ya se ha escrito suficientei. Nosotros buscamos explicar el fenómeno político de la izquierda salvadoreña y rebatir con ello, a la misma vez, las posturas teóricas y pragmáticas de algunos pensadores salvadoreños.

La Realpolitik es un concepto de origen alemán que literalmente significa “política de la realidad” y hace referencia a la praxis política pragmática, escueta de contenido, regida por los intereses cortoplacistas y, a menudo, puramente electorales; es la superposición del interés inmediatista, regido por una mecánica pragmática, por sobre los intereses estratégicos, si se quiere, de fondo.

Las relaciones de fuerza, por otra parte, hacen referencia a la relación existente entre actores sociales, estén estos compuestos por clases o fracciones de clases. La manera en que la balanza del poder, de la fuerza (fuerza real y no necesariamente parlamentaria o electoral) se inclina hacia uno u otro sector, con intereses contradictorios e incluso antagónicos.

Pues bien, resulta que la izquierda, por principio, desecha la Realpolitik. La considera la traición más descarada a los intereses de los pueblos y una manera disfrazada de truecar los ideales estratégicos por los que en un momento se luchó, por curules, puestos ministeriales, etc. La izquierda, sin embargo, tiene una alta estima por las relaciones de fuerza. Toda su política está sustentada en un análisis científico de la relaciones de fuerza en cada coyuntura.

¿Eso significa que el análisis de la relación de fuerzas justifica cualquier política? La respuesta es un no absoluto. Los análisis de las relaciones de fuerzas están basados, precisamente, sobre el imperativo de que todo movimiento, todo cálculo político, toda maniobra, debe buscar inclinar la balanza de la relación de fuerzas a favor de la revolución ¿Cómo se logra esto? La única forma de mejorar la relación de fuerzas para la revolución es elevando el nivel de conciencia de los trabajadores y el pueblo, ganándolo para la lucha y la acción organizada, educándolo, con la praxis, en el sentido de que solo la ruptura violenta con el orden social imperante puede traer el mejoramiento sostenido de su nivel de vida.

¿Cómo actúa el FMLN en la actual coyuntura? Justamente a la inversa: pacta y fraterniza con la derecha en las alturas y ataca cruel y deslealmente a la izquierda, en lugar de ir a organizar a las masas contrabandea sus intereses en el parlamento (ley de la función pública, Asocios Público-privado, Ley de Zonas Francas, etc.), adormece su conciencia mediante el asistencialismo social, pone trabas al desarrollo de la lucha de los sectores sindicales y populares, orienta la acción de las masas en el sentido de confiar en la mezquina democracia de los ricos, en el sistema electoral corrupto, en el régimen social de la propiedad privada de los medios de producción y, hasta en el modelo de acumulación neoliberal. Educa a las masas en la sumisión al imperialismo y sus organismos financieros, contrabandea con la idea de que existen “empresarios buenos y honestos”, que “Estados Unidos es un socio estratégico y amigo fraterno”, etc.

Donde sea que vaya pues, la política del FMLN en la actual coyuntura nada tiene que ver con una maniobra o un cálculo político para aprovechar la relación de fuerzas actual y convertirla en una relación más favorable para la revolución social. Por el contrario, la balanza tiende a inclinarla en el sentido de la subordinación y el sometimiento, el conformismo y la desesperanza.

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* En el artículo II de Lecciones básicas de Ciencias Políticas abordaremos el problema de la relación gobiernos de izquierda y procesos de trasformación social.

1. Si es el objeto del lector adentrarse en los estudios básicos de las Ciencias Políticas desde una perspectiva marxista no dogmática, le recomendamos dirigirse a dos textos básicos del revolucionario argentino Nahuel Moreno: “Conceptos políticos elementales” y “Las revoluciones del siglo XX”.

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