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Mundo :: 01/09/2005

La "solidaridad? de Lech Walesa

Insurgente.org
No hace mucho, Walesa "aconsejó" al presidente cubano, Fidel Castro, que se "pegara un tiro" para que desapareciera de la esfera política

InSurGente (J.M. Álvarez).- Veinticinco años después del nacimiento del sindicato polaco Solidaridad, las mayores "conquistas" alcanzadas en Polonia, han sido el paro y la corrupción. El sindicato, creado por Lech Walesa, impulsó la creación de una nueva sociedad donde abundan ladrones, burócratas y oportunistas como él. Entre los logros aportados por el triunfo de Solidaridad, los polacos señalan, como el más importante, la libertad de expresión porque les permite denunciar los casos de corrupción, aunque ello sirva de poco, porque tipos como Walesa siguen chupando del bote impunemente.

Lech Walesa pide a sus conciudadanos que esperen otros veinticinco años, para que puedan valorar, serenamente, las "conquistas" logradas por la nueva sociedad polaca, pues son muchos los que aún sufren en sus carnes las reformas económicas neoliberales que se realizaron para ingresar en la Unión Europea, unas reformas que han arrojado al desempleo a más de tres millones de obreros y los que trabajan lo hacen en condiciones muy precarias.

Al ex electricista del mostacho, le gusta compartir mesa con la Fundación fascista FAES, y es amigo de su presidente, José María Aznar, el genocida de las Azores que se niega a asumir su responsabilidad por los atentados del 11-M. Walesa, valora positivamente la pertenencia de Polonia a la OTAN de las guerras preventivas, y declara- en una especie de éxtasis divino- que hoy día existe paz, tranquilidad, y por supuesto globalización, mucha globalización. Si no fuera porque para poner la mano está muy lúcido, cualquiera podría pensar que se ha escapado de un centro psiquiátrico.

El corrupto creador del sindicalismo amarillo polaco, afirma que, no es posible que una nación avance si se llevan a cabo huelgas reivindicativas porque" con huelgas no se come". Tiene narices que lo diga, precisamente, el personaje que utilizó la huelga, como arma, para encumbrarse en el poder. Añade que, la única manera de avanzar es organizarse con el apoyo de la Iglesia(todos saben que es una especie de Papa frustrado), los empresarios y los trabajadores, y no cesa en su empeño de fustigar al antiguo sistema, asegurando que es muy fácil pasar del capitalismo al comunismo porque "basta con encerrar a unos pocos empresarios". He aquí a un "sindicalista", devenido en defensor de empresarios.

Aunque, en su momento, se reincorporó a los astilleros de Gdansk, a su antiguo puesto de electricista, no duró mucho en aquel lugar, porque poco después se anunció la creación de un Instituto de estudios que llevaba su nombre. Ese fue el primer paso para que abandonase aquel duro trabajo, algo que logró, por fin, en 1996, al aprobarse una ley que concedía a los ex presidentes, una pensión vitalicia a cargo del Estado. Supongo que, con semejante pensión, ya se habrá puesto al día en el pago de las cuotas del sindicato, el cual tuvo que suspenderle de militancia por esa causa.

También está en posesión de una veintena de doctorados honoríficos y numerosos galardones, como la Medalla de la Libertad de Filadelfia, la Medalla del Mérito del Congreso de la Comunidad Polaca de Estados Unidos, algunas bagatelas más y una estupenda cuenta corriente.

No hace mucho, Walesa "aconsejó" al presidente cubano, Fidel Castro, que se "pegara un tiro" para que desapareciera de la esfera política. Al respecto, hay que decir que, a pesar de que nuestro "obrero" de Gdansk, hace años que vive del cuento, es poco probable que se le haya olvidado que la electricidad puede dar calambre. No le estoy deseando mal alguno, pero, dados sus conocimientos técnicos, a él también podrían aconsejarle-, en su caso para que alcance la Gloria Eterna y pueda sentarse a la diestra de Dios Padre-, que agarre con fuerza, utilizando sus beatificas manos mojadas en agua bendita, una línea de alta tensión, y no la suelte hasta que el humo le salga por salva sea la parte. De esa manera desaparecería del mundo de los fascistas y subiría al mundo de los santos, junto a su admirado Juan Pablo II.

¿Y como subir al cielo- su máxima aspiración- si la Santa Madre Iglesia lo prohíbe, por ser contraria al suicidio?.Muy sencillo: antes de ofrecerse en martirio, que efectúe un jugoso donativo a Mefisto XVI porque, sabido es que, cuando hay dinero de por medio, los curas se hacen los locos.

 

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