Naftali Bennett perdió la primera batalla frente a Hezbolá

Hezbolá disparó el viernes dos docenas de misiles contra bases del ejército israelí en las granjas de Shebaa en respuesta a ataques aéreos efectuados por aviones de este régimen en el sur de El Líbano.

La escalada de tensión comenzó el pasado miércoles cuando el régimen de Tel Aviv acusó a Hezbolá de estar detrás de un ataque con cohetes contra el norte de los territorios ocupados palestinos. Tras dicho incidente la artillería de Israel atacó zonas en El Líbano y, el jueves sus aviones de guerra bombardearon el sur del país árabe.

Los ataques aéreos de Israel son los primeros que lanza este régimen desde 2014 contra El Líbano.

Israel se aprovecha de la mala coyuntura que se da en El Líbano

Un año después de la explosión que sacudió Beirut, este país árabe se acerca al colapso económico. Las protestas han aumentado en el país que se encuentra sometido a una de las peores crisis financieras en más de un siglo.

Los ciudadanos se enfrentan a escasez de medicamentos y gasolina, mientras que los cortes de energía amenazan con desestabilizar aún más a El Líbano. Los hospitales y centros médicos se han quedado sin los medicamentos necesarios.

Su moneda nacional está en caída libre, los precios de los alimentos básicos han aumentado rápidamente, y el Banco Mundial vaticinó un futuro negro para el país árabe.

Teniendo lo expuesto, parece que el nuevop hombre fuerte del régimen, Naftali Bennett, habría querido aprovecharse de la terrible situación política y económica en el país árabe para crear o cambiar las reglas en el campo de batalla.

Base israelí atacada por misiles de Hezbolá.

Pero el cambio más significativo tuvo lugar en la madrugada del jueves, cuando los aviones de combate israelíes atacaron el sur del Líbano.

Frente a toda esta insistencia israelí en romper la ecuación de la disuasión, la Resistencia Islámica se vio obligada a estabilizar nuevas reglas en el combate. Por lo tanto, en respuesta a los ataques aéreos del régimen sionista las unidades del mártir “Ali Mohsen Kamel” y el mártir “Mohammad Qasim Tahan” de Hezbolá lanzaron cohetes contra bases militares israelíes en las granjas de Shebaa.

La respuesta contundente de Hezbolá sorprendió a las autoridades israelíes y demostró la ineficacia de los sistemas de defensa aéreos de este régimen. Los medios israelíes también informaron que “Hezbolá perpetró ataques con cohetes contra blancos israelíes sin el conocimiento de la inteligencia israelí, y esto es algo que debería preocupar al ejército israelí.

El periódico 'Maariv', informó que las evaluaciones israelíes predecían que Hezbolá no iba a responder a los ataques israelíes en El Líbano, pero los cálculos israelíes salieron mal y Hezbolá con contundencia.

Israel está perdiendo su poderío de disuasión frente los combatientes de Hezbolá, y ante esta situación está pendiente de alguna ayuda del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que condene al movimiento libanes, indicó Yoni bin Manahim, un destacado periodista israelí.

Bennett perdió su primera batalla

Para salir de la crisis que Bennett ha creado para el régimen israelí, los medios de comunicación locales difundieron una falsa noticia en la que alegaron que tras la respuesta de Hezbolá, el régimen de Tel Aviv volvió a bombardear zonas en El Líbano. Hezbolá rechazó tales alegatos.

“Algunos medios de comunicación israelíes y árabes han informado que el régimen de ocupación ha llevado a cabo ataques y ha apuntado a las áreas desde las que la Resistencia libanesa lanzó cohetes. Hacemos hincapié en que esta noticia es infundada. El enemigo sionista no atacó ni se ha realizado disparos contra estos lugares”, se lee en el comunicado de Hezbolá.

Conforme a los informes, se suponía que los bombardeos israelíes también iban a mejorar la imagen del premier israelí que quería mostrarse a sí mismo frente al exprimer ministro israelí Benyamin Netanyahu que nunca se había atrevido a realizar un ataque aéreo contra El Líbano, pero erró en su cálculo.

Una de las lecciones que aprendió Bennett del último enfrentamiento militar contra Hezbolá es que no se debe apostar por la situación interna de El Líbano, ya que puede salir humillado, tal y como ocurrió en la última batalla.