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México :: 13/07/2004

NUBE ROJA: el héroe de las praderas

Okupazión Auditorio Che Guevara
por Rafael de Jesus de la Morena PRENSA LATINA

En los largos años de lucha entre los pieles rojas de la América del Norte y los blancos conquistadores del oeste bajo la égida del Gobierno de los EE:UU., a pesar de la superioridad en hombres y armas de estos últimos, en muchas ocasiones tropezaron con un adversario capaz de disputarles el terreno palmo a palmo y hasta hacerles morder el polvo de la derrota.
Un ejemplo clásico de esta afirmaciòn fue la guera librada por un joven bravo, decidido y audaz, nombrado Mahpiua Luta, a quien la Historia, por las hazañas realizadas, reconoce como NUBE ROJA (1822-1909).
Corría el verano del año 1866, Nube Roja, jefe guerrero de los sioux oglalas en Wyoming, se entera en el Fuerte Laramie, de las las pretensiones de los Casacas Azules de dominar mediante un sistema de fortificaciones la regiòn del rio Powder y controlar el camino Bozeman Road a Montana, así que los yanquis violaban el tratado existente que reconocía los derechos in`ígenas en ese territorio.
Con valentía, Nube Roja se opone a tal atropello y ante el Comisionado de Washington y el Coronel Henry Carrington, jefe del 180 Regimiento de Infantería expresa: "nos vemos forzados a vivir en un pequeño territorio al norte del Platte, y ahora nuestros últimos terrenos de caza, el hogar del pueblo, nos lo van a quitar. Nuestras mujeres y niños se morirán de hambre, pero por mi parte prefiero morir peleando".
La expedición de Carrington constaba de 750 combatientes y 800 carretas cargadas con todo lo necesario para establecer nuevas bases, en julio construye el Fuerte Phil Kearney cerca de las montañas Bighorn, espléndido sitio de caza de los indios. Era una provocación a los altivos oglalas, la respuesta no se hizo esperar.
Losoglalas de Nube Roja atacaron a las fuerzas de Carrington, les caudsaron numerosas bajas y se llevaron 200 caballos, fue el inicio de una implacable guerra de guerrillas en la que participaron además los temiblñes cheyenes, aliados tradicionales de los Sioux. A ellos y los arapachos les afectaba también el Fuerte C. F. Smith, construido unas 85 millas al norte.
Las numerosas caravanas que se movían por el Bozeman Road eran atacadas y sufrían terribles pérdidas, los soldados de los Fuertes que salían a incursiones eran asediados por las partidas de guerreros que les hacían imposible cumplir sus misiones. Viajar por la al oeste se hizo muy peligroso, los suministros a las tropas estaban cerca de ser cortados.
Nube Roja maniobró con habilidad, se movía con rápidez sorprendente, estaba en todas partes, la estrategia era agotar al enemigo, aislarlo del apoyo del Este, desafiarlo a combatir en campo abierto y obligarlo a ceder terreno en cada accion relámpago. En septiembre contaba casi con tres mil guerreros, poseía un arsenal de armas y municiones utilizado con eficacia por los excelentes fusileros indígenas, pero la mayoría de los hombres sólo tenían arcos y flechas, aú así les causaban tremendos estragos a las tropas federales.
En esta guerra de desgaste, se destacaron los jóvenes, con Caballo Loco a la vanguardia y sus compañeros Joroba, Lobito, Espinazo Alto y Águila Amarilla, inventaban ardides ingeniososos para enfurecer a los soldados y hacerlos caer en las trampas tendidas por Nube Roja, donde imponían su experiencia en peleas cuerpo a cuerpo.
El 21 de diciembre tenían lista una formidable emboscada en el Valle de Peno Creek, a unas tres millas del Fuerte Phil Kearney, los señuelos dirigidos por Caballo Loco y otra partidad de Sioux, simularon un ataque a los soldados que trabajaban en las afueras del enclave militar, de inmediato una campaña de Casacas Azules galopó contra los indios, Caballo Loco se arriesgaba bajo la lluvia de balas a bajarse del caballo y provocar a los soldados que pronto estuvieron fuera del la vista del fuerte.
Confiados en la calidad de sus armas y el óptimo entrenamiento recibido, los soldados, guiados por el capitan Will Fetterman, creían que capturarían a aquellos aventureros, los señuelos penetraron en Peno Creek y tras de ellos cargaron los Casacas Azules, los guerreros apostados en los peñascos cubiertos de nieve, se lanzaron al ataque, el intercambio de disparos fue muy intenso, se pasó al arma blanca y pocos minutos despúes el destacamento militar había sido aniquilado.
el Ejercito Federal perdió 90 hombres, los indios alrededor de 100, los blancos llamaron a esta accion "Masacre de Fetterman", los sioux "Batalla de las Cien Muertes", los historiadores: Combate de Peno Creek.
Semejante golpe impresiono al Gobierno, se enviaron refuerzos al Powder, y una comisión de paz pidió entrevistarse con los jefes guerreros. Nube Roja no asistió, un representante suyo dejó claro que no se hablaría de paz hasta que los soldados no se retiraran de las tierras de los indios en el Powder, los comisionados no deseaban perder la rica zona que los blancos ambicionaban y prefirieron usar el lenguaje bélico.
Entonces Nube Roja reanudó las incursiones en la primavera del 67.
Los rebeldes se hicieron expertos en descarrilar trenes, lograron afectar sensiblemente la circulación de los ferrocarriles del Union Pacific Railroard, severo revés al comercio y la expansion al oeste, y su osadía llegó hasta realizar un ataque combinado contra los dos principales fuertes, los cheyenes al C. F. Smith y los sioux al Phil Kearney, la alarma llegó a la capital, los nativos dominaban los campos, los blancos agresores, a duras penas, las fortificaciones.
Otra comisión arribó en septiembre, pero Nube Roja no acudió, en noviembre les envió un mensaje advirtiendo que la paz dependía de la retirada de los fuertes. El invierno implicó una tregua, en el intervalo el caudillo avisa que está vigilando desde las montañas y que: "cuando los soldados se trasladen y los fuertes se abandonen, entonces bajaremos y hablaremos".
Finalmente el Departamento de Guerra, obligado por las circunstancias, dio orden de abandonar el territorio del Powder en julio del 68, los fuertes fueron destruidos por los indígenas, Nube Roja había ganado la guerra. El 6 de noviembre de 1868, convertido en héroe, firmo el nuevo tratado de paz que respetaba la propiedad del suelo natal y hacía honor a su constancia y valor.
Nube Roja sabía que el futuro era inicierto, el peligro estaba latente, pero de momento él era el vencedor y así lo consideraban la prensa, amigos y enemigos, por su bravura e intransigencia había triunfado, ahora podía contemplar desde lo alto de las Rocosas, todo el horizonte donde habitaba su orgullosos pueblo. Había escrito una bella página de gloria en el romance de los indios norteamericanos, en la leyenda de 500 años de resistencia indígena.

 

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