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México :: 01/05/2009

Organizarnos para la ruptura con el capitalismo

Partido de los Comunistas Mexicanos
El 1 de Mayo es el día glorioso de lucha de los proletarios de México y el mundo; señala las jornadas heroicas de la clase obrera por su emancipación.

Este 1 de Mayo
Organizarnos para la ruptura con el capitalismo

“Y como ser humano
el hombre lo que quiere es su pan
Las habladurías le bastan ya
Porque éstas nada le dan
Pues, un, dos, tres,
Pues, un, dos, tres.
Compañero, en tu lugar!"

Bertolt Brecht

A la clase obrera,
A todos los trabajadores de la ciudad y el campo,
A todos los proletarios:

El 1 de Mayo es el día glorioso de lucha de los proletarios de México y el mundo; señala las jornadas heroicas de la clase obrera por su emancipación; rinde homenaje a los Mártires de Chicago, Cananea y Rio Blanco y a todos los trabajadores reprimidos, encarcelados, desaparecidos o asesinados en la lucha por sus legítimos derechos y por un mundo mejor; señala también la internacionalización del movimiento obrero, haciendo viva la consigna del Manifiesto del Partido Comunista de 1848.

El 1 de Mayo también es ubicado por la burguesía, la patronal, por el Estado que administra los intereses de los capitalistas, como un objetivo de su maquinaria ideológica; por ello lo han satanizado, lo han criminalizado y han buscado suspenderlo, en ocasiones con la prohibición, con la utilización de medidas coercitivas, y hasta alterando la fecha en el calendario como en los EEUU; El caso es que ahora en México -sin desdeñar que ante la epidemia de la influenza porcina hay que tomar previsiones- no podemos permitir que quede sin efecto la movilización del 1 de Mayo en el Distrito Federal.

En su papel los sindicatos charros y reformistas, desclasados hace ya décadas, han justificado su desmovilización, justo cuando frente a la crisis del sistema capitalista es necesario que se exprese la voz obrera, la voz de los trabajadores.

Por ello el Partido de los Comunistas, partido de la clase obrera, junto a los trabajadores adherentes a La Sexta Declaración de la Selva Lacandona, ratifica que se movilizara por las calles, como lo han hecho siempre los marxistas-leninistas, llamando a la organización para derrumbar este sistema oprobioso de explotación que lucra con las necesidades del pueblo.

El Partido de los Comunistas considera que la clase obrera es la clase social que representa genuinamente los intereses de todos los explotados y oprimidos; parte de la convicción que en el presente se confrontan en la lucha de clases la burguesía y el proletariado representando los intereses antagónicos, lo viejo y lo nuevo, la opresión o la emancipación, y que en torno a esta disputa histórica corresponde definirse.

El Partido de los Comunistas actúa en consecuencia con el legado de luchas históricas del movimiento obrero y busca en el presente crear conciencia para luchar por el futuro socialista, por el camino de la Revolución Proletaria, a través de procesos organizativos de los trabajadores.

La crisis profunda en que se encuentra el capitalismo nos muestra su verdadero rostro, una vez más, donde para salvaguardar sus ganancias cargan el costo a la clase obrera, reduciendo los salarios, recortando los derechos, despidiendo a cientos de miles, que ya suman millones de trabajadores y trabajadoras en la calle, en el desempleo.

Aquí podemos ver algo que siempre ocultan, con el canto de la democracia -fachada de un sistema brutal, autoritario y criminal- y es el hecho de que los títeres que concurren a la farsa política, los partidos burgueses del distinto pelaje, en realidad son como la Hidra de Lerna, cabezas voraces de un mismo cuerpo explotador: el modo de producción capitalista.

Por ello, a pesar de sus manotazos, al final siempre en el mismo carril el PAN, el PRI, el PRD y rémoras que en sus coaliciones los acompañan. Lo mismo aprobando reformas regresivas contra los derechos laborales, que cerrando filas para “proteger” el Estado de Derecho contra el pueblo, como en los casos de las agresiones a San Salvador Atenco y al movimiento minero y magisterial, donde el conjunto de los partidos burgueses apoyó la represión desatada por las fuerzas federales. Nosotros los trabajadores debemos ver eso, porque el Estado no es un árbitro para regular las diferencias entre opresores y oprimidos, es un aparato de dominación para proteger los intereses de los propietarios de la riqueza, los burgueses.

Hoy ellos se preparan para repetir el ritual de cada tres años, un proceso electoral, en el que ya nadie cree. El resultado en nada alterará las condiciones de vida de la clase obrera, ni de los campesinos, ni de las mujeres ni de los jóvenes; gane el que gane la misma política de protección de los intereses de los monopolios, de sumisión de nuestra patria al imperialismo, la misma historia de explotación, despojo, represión y desprecio contra nosotros.

Por ello el Partido de los Comunistas, junto al movimiento anticapitalista que actúa en el territorio nacional plantea a la clase obrera, a los proletarios, organizarnos para la ruptura con el capitalismo, no sólo con el gobierno fallido de Calderón, ni con quien se cree la reencarnación de Madero, no sólo con el PAN, el PRI, o el PRD, sino con esta camisa de fuerza que es el capitalismo que impide la libertad, la democracia, el bienestar. El capitalismo que hace que enfermedades curables y atendibles se transformen en pandemias que amenazan la vida del pueblo.

Aquí por cierto hay que señalar la actitud delictiva del Estado mexicano al administrar y ocultar la información; y la complicidad del gobierno federal y el de la Ciudad de México para restringir las libertades democráticas, pues además de los fallecidos, entre las bajas de la influenza porcina podemos contabilizar a las garantías individuales. Para el Estado mexicano cualquier pretexto es válido si de limitar los derechos políticos y las garantías individuales se trata; en su momento fue el pretexto de la delincuencia organizada, después el narcotráfico, y ahora hasta de la epidemia sacan provecho. A este gobierno no le interesa la salud de los mexicanos.

El Partido de los Comunistas considera que en la víspera del bicentenario del inicio de la lucha insurgente por la independencia y del centenario de la lucha armada contra el dictador Porfirio Díaz, tenemos que plantearnos concluir la tarea iniciada por Hidalgo, Morelos, Guerrero, Flores Magón, Villa y Zapata: independencia, libertad y justicia, lo cual es sólo posible con la destrucción de la propiedad privada de los medios de la producción y el cambio.

Por ello planteamos la ruptura; de ello no debe extraerse una lectura perniciosa, no se trata de dar la espalda a las pequeñas luchas que se libran en todos los escenarios de la lucha de clases, se trata de develar las causas y combatirlas en su raíz. Sin dejar de luchar por el salario, la democracia sindical, contra el autoritarismo, por la tierra, el agua, la vivienda, de lo que se trata es de demostrar que las luchas aisladas están condenadas a la derrota, que el capitalismo es incapaz de solucionarlas, y que en toda lucha hay costos que debemos tener la disposición de pagar por conquistar una vida mejor. Que todas las aspiraciones del pueblo trabajador sólo son materializables en una nueva sociedad y que para alcanzarla hay que arrebatarle los medios de producción a la minoría de parásitos que hoy los poseen y expulsarlos del poder, destruyendo su Estado.

El Partido de los Comunistas no es una organización que haga planteamientos al aire, en su lucha diaria propone y pasa a la acción. Hoy estamos enfrascados en una tarea de envergadura: efectuar una tarea en la que el gobierno por su sumisión a la patronal fue incapaz: rescatar a los cuerpos de los mineros muertos en Pasta de Conchos por las condiciones laborales deficientes. Pero también estamos defendiendo el Derecho de Huelga, contra el cual se esgrimen hoy argumentos locuaces y absurdos como el de considerarla “una causa de fuerza mayor”, para desconocerla y dar por concluidas las relaciones laborales.

El Partido de los Comunistas plantea que es el momento de organizarnos para ir por todo, y que los trabajadores no están solos, que basta con que miremos al lado y veremos que están los pueblos indios, los jóvenes insumisos y rebeldes, las mujeres; veremos que es la mayoría del pueblo la que piensa que llegó la hora.

¡Por la Libertad de los presos políticos!
¡Por la Rebelión Nacional Anticapitalista!

¡Proletarios de todos los países, uníos!

La Dirección Colectiva del Comité Central
México, DF a 1 de Mayo del 2009

 

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