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Urge la creación de un Tribunal Internacional de países antiimperialistas
Los jueces de la Corte Penal Internacional de la burguesía (CPI) han ordenado la captura de Gadafi, su hijo Saif el Islam, y Abdulá Senusi, jefe del espionaje interior, por presuntos crímenes contra la humanidad. La enumeración de los cargos fue realizada por una mujer de raza negra para disimular la prepotencia racista occidental.
Los jueces han visto "indicios razonables de criminalidad" para considerar a los acusados como responsables indirectos de la represión contra ciudadanos civiles realizada entre los días 15 y el 20 del pasado mes de febrero; sin embargo ni una delegación de la Unión Europea que viajó a Trípoli, ni los satélites rusos pudieron confirmar esos datos.
En el colmo del descaro, la CPI afirma que la investigaciones han sido rápidas, pese a que ningún miembro de esa Corte haya pisado territorio libio; por tanto se basan en “testigos” que se han limitado a repetir lo que a las bandas terroristas financiadas por Occidente- y enfrentadas al gobierno legitimo de Libia- les ha venido en gana. ¡Cuánta ecuanimidad!
Ante semejantes desatinos, urge la creación por parte de los países antiimperialistas, de un Tribunal Internacional que en un futuro llevara a juicio “casi de inmediato” (parafraseando al impresentable fiscal burgués, Luis Moreno Ocampo), a Obama, Sarkozy, Cameron y Zapatero por delitos de crímenes de guerra.
Los asesinatos de centenares de civiles, niños incluidos, realizados por la OTAN, no se basan en conjeturas más o menos interesadas: están contrastados hasta por los medios occidentales destacados en Trípoli.
