lahaine.org
Mundo :: 06/12/2011

A veinte años de la traición al pueblo soviético

Wilfo, militante de Iniciativa Comunista
El soviet supremo de Rusia, encabezado por Yeltsin, dió la puntilla definitiva para la liquidación de la primera patria de trabajadores de la historia

En estos días se cumple otra de esas muchas efemérides tristes para el pueblo y la clase trabajadora de todo el mundo.

El próximo 8 de diciembre se cumplen 20 años de la firma del Tratado de Belovesh, donde los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron la liquidación y desaparición de la URSS y su sustitución por una coalición de países burgueses y capitalistas.

El soviet supremo de Rusia, encabezado por el traidor Boris Yeltsin, dio la puntilla definitiva para la liquidación y eliminación definitiva de la primera patria de los obreros y campesinos de la historia de la humanidad.

Esto, además se produjo en un contexto de traición global y generalizada contra la clase trabajadora soviética que, en marzo de 1991 voto en un 78% a favor de la conservación de la URSS. Como vemos, a esas alturas, la casta de parásitos, traidores y degenerados liderados por el alcohólico, aprendiz de dictador y pro-capitalista Yeltsin, les importaba bien poco lo que opinara la mayoría del pueblo soviético, su propio pueblo, su propia gente a la que en teoría decía representar y en cuyo nombre, en teoría, decía hacer todas estas reformas.

La primera patria socialista del mundo, la URSS, se fue forjando poco a poco desde que en 1917, los comunistas rusos liquidaran el viejo aparato feudal, capitalista y burgués del imperio zarista y la república burguesa rusa para mandarlos, como decía Federico Engels "al estercolero de la historia".

El pueblo ya no solo ruso, si no soviético (iniciando la tradición de la solidaridad internacionalista por encima de la opresión imperialista burguesa y las divisiones chovinistas) iniciaba su andadura con la frente enhiesta y el puño en alto, desafiando a los reaccionarios de todo el mundo. Se lograron avances en la educación, sanidad, mejoras económicas, industriales, vivienda, ciencia. Se logro poner a la URSS a la cabeza del mundo libre no oprimido por la mafia capitalista y la carroña explotadora burguesa del mundo siervo liderado por EEUU y durante la época del secretariado de Stalin, además, se logro emancipar a media Europa y parte de Asia de las garras del fascismo imperialista, que, como decía Lenin y pese a las contradicciones internas entre potencias burguesas, no es mas que la fase superior y mas agresiva del capitalismo.

Sin embargo, ya desde la muerte del camarada Stalin en 1953, y con la elección como secretario general de Nikita Kruschev, y Leonidas Breznev posteriormente, aunque la URSS sigue estando a la cabeza de los países libres del mundo, desarrollando las fuerzas productivas del pueblo soviético y dando constantes ejemplos de solidaridad antiimperialista en África, América Latina y Asia, sin embargo se empiezan ya a colar una serie de siniestros personajillos que, aprovechándose de la democracia interna en la patria socialista y de los logros del mundo obrero, se empiezan a ubicar en puestos estratégicos del partido para empezar con su proceso liquidacionista, quintacolumnista y traidor.

Y así entran en escena a mediados de los años 80 nuestros dos protagonistas estrellas, la culminación de todas estas artimañas en la figura de Mijail Gorbachov y Boris Yeltsin. En 1985, asciende a la secretaria general del partido comunista la rata traidora de Gorbachov, perteneciente a ese sector liquidacionista de los mal llamados "renovadores". Inmediatamente y nada mas subir a su cargo, Gorbachov no pierde el tiempo y se dedica a deshacer, poco a poco, todo el camino andado durante 70 años de construcción del socialismo en la URSS.

Primero liquida todo lo relacionado con la solidaridad internacionalista, abandona a su suerte y se desentiende completamente de las alianzas antiimperialistas que se habían tejido en todo el mundo durante 6 décadas. Aquel principio básico del decreto de octubre de 1917 que firmo el camarada Lenin que inspiraba la solidaridad internacionalista, tantos años apoyando a lo pueblos de todo el mundo tocaban a su fin. Se abandonaba miserablemente a su suerte al pueblo obrero de Afganistán, que había pedido ayuda a la URSS para combatir a los talibanes apoyados, financiados y protegidos por los EEUU, los Bin Laden y compañía, lo que genero que se lanzaran a degüello a la "caza del comunista" en esa pequeña patria socialista asiática, y se colgara del cuello al presidente comunista afgano Najibula mientras se volvía a esclavizar a la mujer, liberada y libre durante la época socialista.

Gracias "Gorbi"!!!. Junto con esa descomunal traición al pueblo afgano, el protagonista de nuestra siniestra y trágica historia aun nos va a deparar alguna que otra sorpresilla más. Durante toda la década de los 80, Garbi, el amigo de los revisionistas, ideó en el campo de relaciones exteriores una maravillosa teoría que difícilmente ha sido superada en desvergüenza, la famosa "Doctrina Sinatra" o "My way", la cual pintaba con los colores de los mundos de yupi del idealismo burgués afirmando que eso "dotaba de independencia y autonomía" a los aliados del Pacto de Varsovia (la alianza político-militar del bloque socialista), pero que, en resumidas cuentas venia a dar vía libre a los saboteadores, traidores, contrarrevolucionarios y revisionistas de todo pelaje en el campo socialista (a cuya ayuda si que iban la CIA abiertamente, que para estos asuntillos ha tenido siempre menos complejos), que, sabiendo que papa Gorbachov era de los nuestros no nos iba a pasar nada. Para 1989, los mismos saboteadores capitalistas y fascistizantes que durante los años 40 se negaron a aceptar su derrota frente al ejercito rojo, volvían a la carga y con la caída del Muro de Berlín, todo el campo socialista fue abandonado y la URSS se volvió a encerrar en si misma; Gorbi estaba en pleno auge para dar su golpe definitivo, en esta ocasión, en su propia casa:

Segundo, una vez liquidada la red de alianzas antiimperialistas y abandonado y casi desactivado al Pacto de Varsovia, nuestro buen amigo Gorbi (que igual ya estaba pensando en otra cosa y preparando los contratos de trabajo con Pizza Hut, de la que años mas tarde se convertiría en imagen publica y evidencia de las nuevas "libertades" rusas) empieza a ver que para derribar el comunismo no basta con aislarlo, también hay que derribar sus cimientos. Para ello, en febrero-marzo de 1986, Gorbachov, en el XXVII Congreso del PCUS lanza sus famosas tesis de la "perestroika" y la "glasnost", la puntilla final y la guinda del pastel revisionista. Con estas reformas, prácticamente se liberaliza la economía socialista del país y se combate durante el sistema de planificación socialista. Además, se tiende a una liberalización de la política del partido, se baja la guardia y se abre la veda para que entre cualquiera a ocupar puestos relevantes, indistintamente de su ideología en aras de una supuesta "liberalización política" de los aparatos del estado. Esta liberalización permite que en las elecciones (si, en la URSS había elecciones, los cargos no se daban a dedo y había democracia interna, aunque haya alguno que se acabe de enterar de eso), de 1989 para el congreso de diputados del pueblo de la república soviética rusa salga elegido uno de esos liberales que años atrás ya venia colándose en los aparatos del partido gracias al "todo vale" del revisionismo , el señor (por llamarle de alguna manera) Boris Yeltsin, que se presenta como un "renovador", graciosa forma de decir lo que estaban pensando ya todos estos pájaros en 1989; anticomunista, liquidacionista, traidor al pueblo.

Inmediatamente, unos meses mas tarde, en junio de 1990 Yeltsin empieza a poner en marcha sus planes de destrucción y convierte al soviet de Rusia en autónomo, de forma que empieza a redactar leyes propias y básicamente se pasa por el forro lo que opina el conjunto de la URSS.

Poco después, en marzo de 1991, ya entrado en el año tenebroso de la liquidación, su amigo de correrías, el jefe de los revisionistas, Gorbachov, que a estas alturas ha dado luz verde a que el pueblo trabajador de la Alemania comunista fuera engullido por la maquinaria capitalista e imperialista alemana, y que ha girado la vista cuando fusilaban de forma miserable a Ceaucescu en Rumanía los perros traidores al servicio del capital (no olvidemos que el abandono de Gorbi a la RDA y a Rumania no es casual, al haber sido estos dos países socialistas los que mas oposiciones pusieron al reformismo gorbachoviano), vuelve a traicionar al pueblo soviético.

El 17 de marzo de 1991 en el ya mencionado referéndum elaborado a todo el digno pueblo soviético, el pueblo que hizo la primera revolución obrera y tomo por primera vez el poder en la historia de la humanidad, el pueblo hermano que nos enseño el camino hacia la justicia social y la derrota de los lacayos de la opresión, este, por un aplastante 78% de votos, decide que, a pesar de todo, quiere que la URSS siga existiendo. A pesar de eso, Gorbachov pasa por alto esto y en verano idea un nuevo engendro de cosecha propia; el Nuevo Tratado de la Unión, que preveía ya la disolución del país y que, además, eliminaba el concepto de "socialismo" de la designación oficial de la federación soviética.

Esta situación fue demasiado lejos ya y provoco que ese mismo mes, los sectores decentes, fieles al marxismo y a la revolución obrera que quedaban en el partido se alzaran en armas contra la traición y la infiltración anticomunista y burguesa en la patria socialista y trataran de recuperar por la única vía que les quedaba el poder que los lideres traidores estaban quitando al pueblo soviético. Debido a ello, Gorbachov fue desacreditado y los sectores mas abiertamente fascistas, burgueses, zaristas y capitalistas se lanzaran al ataque frontal y directo contra el partido comunista y los restos que Gorbachov aun no había conseguido liquidar de la patria socialista soviética.

Tras el fracaso del golpe, Yeltsin se hace de forma abusiva y dictatorial con todo el poder en Rusia e inicia la progresiva desmantelación del comunismo, hecho que se produce hace exactamente 20 años, un nefasto y trágico 8 de diciembre de 1991 en la reserva de Belovesh. Tras ello, se iniciaría la tortura del pueblo trabajador ruso; privatizaciones masivas, ultra capitalismo, desprotección social y laboral...la clase trabajadora, no solo rusa, si no soviética y en parte de todo el mundo, acababa de perder a uno de sus mayores referentes en el mundo.

Significativo fue poder ver al señor Gorbachov de la mano del repelente traidor Lech Walesa recientemente, en los fastos del aniversario de la caída del Muro. 20 años después se mostraron sin las caretas que llevaban entonces y nos evidenciaron el alcance de la confabulación y de la traición que todos ellos cometieron contra la clase trabajadora.

A pesar de ello, 20 años después, y a pesar de que se ha evidenciado la destrucción económica y la degeneración social del viejo bloque socialista liderado por la URSS gracias a 20 años de dictadura capitalista burguesa, los pueblos oprimidos que en un momento dado vivieron en libertad no la podrán olvidar jamás, y luchan y lucharan por ella con el puño en alto, enfrentándose a lo que sea necesario, derribando gobiernos, expulsando a caciques y volviendo a colocar en lo alto del Kremlin la estrella roja de la libertad y del socialismo.

Por Wilfo, militante de Iniciativa Comunista

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal