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EE.UU., Asia, Europa :: 10/01/2023

Adiós 1991-2022. ¿Cambio de época?

Pepe Escobar
2022 puso fin a una era: la del “orden internacional basado en reglas”. El Imperio se desesperó (Ucrania, AUKUS, Taiwán) para salvar la configuración creada en 1991

2023 comienza con la OTAN colectiva en modo 'Absolutely Freak Out' ( absolutamente enloquecidos) cuando el ministro de Defensa ruso, Shoigu anunció que la fragata rusa “Almirante Gorshkov” está navegando con un conjunto de tarjetas de visita hipersónicas del Sr. Zircon.

La gira de negocios abarcará el Atlántico y el Océano Índico, y por supuesto incluirá el Mediterráneo, el antiguo Mare Nostrum del Imperio Romano. Que el Sr. Zircon este en acecho no tiene absolutamente nada que ver con la guerra en Ucrania: más bien es una señal de lo que puede suceder cuando se trata de freír peces mucho más grandes que los gerifaltes psicópatas de Kiev.

El final de 2022 termino con la fritura del “Gran Pescado de la Negociación con Occidente” por Ucrania. Ahora se ha digerido por completo. Moscú ha dejado dolorosamente en claro que no hay motivo alguno para confiar en la superpotencia en declive «incapaz de llegar a un acuerdo».

Así que incluso los taxistas en Dacca ahora están apostando a cuándo comenzará la tan cacareada “ofensiva de invierno” y hasta dónde llegará. El camino que tiene por delante el general Armagedón es claro: desmilitarización y deselectrificación con esteroides, rematada con la trituración de las fuerzas militares ucranianas al menor costo posible para las Fuerzas Armadas Rusas en Donbass.

Otro gran pescado frito servido en un plato caliente a fines de 2022 fue el Acuerdo de Minsk de 2014. La cocinera fue nada menos que la ex canciller Merkel: “ Minsk fue un intento de ganar tiempo para Ucrania”. Lo que deja claro esta declaración (confirmada por el ex-presidente francés Hollande) es que la estrategia del combo straussiano/neoconservador a cargo de la política exterior estadounidense fue desde el principio desatar una Guerra Perpetua contra Rusia.

Merkel puede estar tramando algo al decirle a los rusos en su cara que mintió como lo hace permanente el “criptosoprano” Mike Pompeo. Esto no es vergonzoso para Moscú, sino para Berlín: otra demostración gráfica más de vasallaje total al Imperio.

La respuesta de la encarnación contemporánea de Mercurio, María Zakharova del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, fue igualmente intrigante: la confesión de Merkel podría usarse como una razón específica, y una evidencia, para que un tribunal juzgue a los políticos occidentales responsables de provocar la guerra de poder entre Rusia y Ucrania.

Obviamente nadie lo confirmará, pero este intrigante asunto podría ser parte de un acuerdo secreto entre Rusia y Alemania en desarrollo, que llevaría a Alemania a restaurar al menos parte de su soberanía.

Hora de freír el pescado de la OTAN

Mientras tanto, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Ruso, Dimitri Medvedev, amplió la saga 'Fried Negotiation Fish' (negociación del pescado frito): “Última advertencia, no puede haber negocios con el mundo anglosajón [porque] actúa como un ladrón, un estafador, un tahúr que puede hacer cualquier cosa… De ahora en adelante vamos a prescindir de ellos hasta que una nueva generación de políticos sensatos llegue al poder… No hay nadie en Occidente con quien podamos tratar sobre cualquier cosa”.

Medvedev recitó más o menos el mismo guión, en persona, a Xi Jinping en Beijing, días antes la videoconferencia entre Xi y Putin que funcionó como una especie de cierre informal de 2022, con la Asociación estratégica de Rusia y China perfectamente sincronizada.

El golpe final

En el frente de guerra, el nuevo ritmo del General Armagedón está destinado a conducir en los próximos meses a un hecho indiscutible sobre el terreno: una división entre un agujero negro disfuncional que es Ucrania en el oeste y Novorossiya en el este.

Incluso el FMI ahora es reacio a dar fondos adicionales a este agujero negro. El presupuesto de Kiev para 2023 tiene un déficit, poco realista, de 36.000 millones de dólares. La mitad del presupuesto está destinado al ejército.

Tymofiy Mylovanov, profesor de la Escuela de Economía de Kiev, decidió emitir un gruñido de insatisfacción: “si hasta el FMI está preocupado por la sostenibilidad de la deuda ucraniana, imagínense lo que están pensando los inversionistas privados”. Dicho de otra manera, no habrá «inversión» en Ucrania. Los buitres multinacionales se apoderarán de su tierra a cambio de nada y de los insignificantes activos productivos que puedan quedar.

Podría decirse que el pescado más grande que se freirá en 2023 es el mito de la OTAN. Todos los analistas militares serios, incluidos algunos estadounidenses, saben que el ejército ruso y su complejo industrial militar es un sistema superior al que existía al final de la URSS, y en la actualidad muy superior al de los EEUU y al resto de la OTAN.

El golpe final “en modo Mackinder” es una posible alianza entre Alemania, Rusia y China, que es lo que realmente está detrás de la guerra de poder provocada por Washington en Ucrania. Es una posibilidad porque la realidad en el terreno no está resultando de acuerdo a los delirantes sueños húmedos de los neoconservadores straussianos.

Saddam Hussein, antiguo vasallo imperial, fue asesinado – e Irak invadido- porque quería pasar por alto el petrodólar. Pero ahora tenemos un tema económico inevitable: el aumento del petroyuan, “en tres a cinco años”, como anunció Xi Jinping en Riyadh. Entonces el futuro cercano está escrito, Occidente, simplemente no podrá evitar un ataque de “Shock’n Awe” (conmoción y asombro).

En 2008, Rusia se embarcó en una reconstrucción completa de sus fuerzas de misiles y un plan de 14 años para modernizar las fuerzas armadas terrestres. El Sr. Zircon enviando su tarjeta hipersónica en el Mare Nostrum es sólo una pequeña parte del panorama general.

El mito del poder estadounidense

La CIA abandonó Afganistán derrotada en una retirada humillante, incluso renunciando a la venta de heroína, solo para trasladarse a Ucrania y seguir reproduciendo sus viejos discos rotos. La CIA, junto con el MI6 y otros, está detrás del sabotaje en curso de la infraestructura rusa. Tarde o temprano habrá una respuesta.

Los agentes de la CIA deberían saber que la ciudad de Nueva York, por ejemplo, puede ser destruida con un solo movimiento: volando el puente George Washington. Sin el puente la ciudad no podría abastecerse de alimentos y de la mayoría de sus necesidades. La red eléctrica de Nueva York puede destruirse si se derriban los controles centrales; volver a hacer funcionar el sistema podría llevar un año.

Incluso atravesando las infinitas capas de niebla de la guerra, la situación actual en Ucrania sigue siendo una escaramuza. La verdadera guerra ni siquiera ha comenzado todavía. Pero podría, pronto.

Aparte de Ucrania y Polonia, no hay ninguna fuerza de la OTAN que valga la pena mencionar. Alemania tiene un suministro irrisorio de municiones. Turquía no enviará un solo soldado para luchar contra los rusos en Ucrania.

De las 80.000 tropas estadounidenses estacionadas en Europa, solo el 10% están armadas.  Recientemente se agregaron 20 mil más, no es gran cosa. Si los estadounidenses activaran sus tropas en Europa -algo bastante ridículo en sí mismo- no tendrían ningún lugar para desembarcar suministros o refuerzos. Todos los aeropuertos y puertos marítimos serían destruidos por misiles hipersónicos rusos en cuestión de horas, tanto en Europa continental como en el Reino Unido.

Además, todos los centros de combustible como Rotterdam para petróleo y gas serían destruidos, así como todas las instalaciones militares, incluidas las principales bases estadounidenses en Europa: Grafenwoehr, Hohenfels, Ramstein, Baumholder, Vilseck, Spangdahlem y Wiesbaden en Alemania (Ejército y Fuerza Aérea); base aérea de Aviano en Italia; la base aérea de Lajes en las islas Azores de Portugal; la Estación Naval de Rota en España; la base aérea de Incirlik en Turquía; y las estaciones de la Royal Air Force Lakenheath y Mildenhall en el Reino Unido.

Todos los aviones de combate y bombarderos serían destruidos, después de que aterricen o mientras aterrizan: no habría lugar para aterrizar excepto en las autopistas, donde serían presa fácil.

Los misiles Patriot no valen nada. Lo pudieron comprobar todos los militares del Sur Global cuando en Arabia Saudita estas armas intentaron derribar los misiles Houthi provenientes de Yemen. Por no hablar de la Cúpula de Hierro de Israel, que ni siquiera puede derribar todos los misiles primitivos que vienen de Gaza.

El poder militar estadounidense es un mito supremo, es parte de la variedad de pescado para freír. Esencialmente, se esconden detrás de otras fuerzas militares, como las Fuerzas Armadas de Ucrania. Las fuerzas estadounidenses son útiles para “tiros al pato” como en Irak en 1991 y 2003, donde actuaron contra un oponente discapacitado, sin cobertura aérea y en un desierto. En esta pequeña historia del hegemón no hay que olvidar cómo la OTAN fue completamente humillada por los talibanes en Afganistán.

El último punto de ruptura

2022 puso fin a una era: el año puso punto de ruptura al “orden internacional basado en reglas” establecido tras la caída de la URSS. El Imperio entró en 'Desperation Row', tirando todo el pescado al asador (guerra de poder en Ucrania, AUKUS, histeria de Taiwán) para salvar la configuración que crearon allá por 1991.

En la practica, el retroceso de la globalización está siendo implementado por el propio Imperio. Eso va desde robarle el mercado energético de la UE a Rusia (obligando a que sus desventurados vasallos compren energía ultra cara de EEUU) hasta destrozar toda la cadena de suministro de semiconductores, por la fuerza para “aislar” a China.

La guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania es solo un engranaje en la rueda del Nuevo Gran Juego. Para el Sur Global, lo que realmente importa es cómo Eurasia, y más allá, están coordinando su proceso de integración, con BRI y su expansión a BRICS+, con SCO y la INSTC, y también con la OPEP+ y la Gran Asociación Estratégica Euroasiática ('Greater Eurasia Partnership').

Volvemos a cómo era el mundo en 1914, o antes de 1939, sólo que en un sentido limitado. Hay una plétora de naciones que luchan por expandir su influencia, pero todas ellas apuestan por la multipolaridad, o “modernización pacífica”, como la acuñó Xi Jinping, y no por las guerras eternas: un futuro eminentemente soberano y pacifico es el propósito de China, Rusia, India, Irán, Indonesia y muchas otras naciones.

Así que adiós 1991-2022. El trabajo duro comienza ahora. Bienvenido al Nuevo Gran Juego.

observatoriocrisis.com / La Haine

 

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