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Europa :: 14/02/2008

Alemania: el acertijo de las coaliciones políticas

Elmar Altvater
Las repetidas ofertas de la socialdemocracia para formar una coalición-semáforo roja, verde y amarilla (el color de los liberales) han convertido el jueguecito en un espectáculo indigno

Ya conocen ustedes el acertijo: un barquero tiene que llevar de una a otra orilla del río Meno un lobo, un cordero y una col, y sólo los puede embarcar de uno en uno. Si comienza por la col, perderá por un rato de vista al lobo y al cordero. Naturalmente, el lobo se comerá al cordero. Si pasa primero al cordero, el problema lo tendrá en el segundo viaje. Si pasa al lobo, mientras boga de regreso por la col, el lobo se comerá al cordero. El acertijo no tiene solución convencional.

Tampoco la hay para el acertijo de las posibles coaliciones entre los partidos de Hesse [tras las elecciones del pasado 4 de febrero]. Tras la sucia campaña electoral de [Roland] Koch (1), no parece haber ninguna combinación que resulte en una coalición más o menos estable. El barquero salía del dilema con una solución nada convencional: viajar con sus clientes varias veces de orilla a orilla, resolviendo así lo que en matemáticas se conoce como un problema de transitividad. El lobo come cordero, que come col; pero, puesto que el lobo no come col, puede hallarse una secuencia de viajes tal, que todos salgan con vida de la travesía del Meno. ¿Hay también en Wiesbaden [la capital política del Land de Hesse] una solución no convencional?

Pasaron ya los tiempos en que, con sólo tres o cuatro partidos en liza, podían formarse claras mayorías tras las elecciones. Es preciso ahora calibrar de nuevo el paralelogramo compuesto por las fuerzas políticas. En ese empeño parten los distintos partidos de condiciones diversamente favorables. La CDU [democracia cristiana] puede seguir diciendo que ha ganando elecciones (aunque las ridículas pretensiones de Koch y Merkel clamando victoria por una ventaja del 0,1% no pueden hacer olvidar pérdidas de dos cifras).

Ello es que la CDU no puede ya encontrar en los liberales de la FDP el socio ideal con quien gobernar. Porque lo cierto es que una mayoría del pueblo elector ha votado en un sentido más o menos de izquierda, y en cualquier caso, no ha cooperado para que estos dos partidos burgueses tradicionales puedan lograr una mayoría suficiente. Por eso tiene la SPD [Partido Socialdemócrata], tras las elecciones de Hesse, más posibilidades que la CDU. En principio, puede gobernar tanto con los liberales como con los Verdes. Y ahora, también con La Izquierda. Que eso no le guste nada a Angela Merkel y que, por consecuencia, reaccione con enojo, es comprensible.

En la FDP de [Guido] Westerwelle mandan (todavía) los enemigos de cualquier acuerdo con la socialdemocracia, de modo que las repetidas ofertas de la SPD para formar una coalición-semáforo [roja, verde y amarilla (el color de los liberales alemanes)] ha venido recibiendo una calabaza tras otra, hasta convertirse el jueguecito en un espectáculo indigno. Revelador, por lo demás, de la voluntad de hacer marcha atrás en la línea firmemente trazada por Hermann Scheer, el previsto “superministro“ [socialdemócrata] de medio ambiente y economía: ayudar a las energías renovables a romper con la situación actual, sacándonos del callejón sin salida de la energía nuclear. Una política a tal punto innovadora no podría llevarse a cabo de la mano de una FDP completamente liberal en su visión de la economía.

El programa de la SPD de Hesse sólo podría ponerse por obra de la mano de los Verdes y de La Izquierda, y de nadie más. Pero esa posibilidad no puede ni asomarse al horizonte político de la República Federal. En la Casa Willy Brandt de Berlín [la actual sede central de la SPD] lo que se espera es poder socavar electoralmente a La Izquierda mediante la táctica del desprecio. No sería eso necio rencor, si fuera correcto el análisis sociológico-electoral, según el cual, a diferencia de unos Verdes firmemente anclados en un medio social comparativamente estable, La izquierda echaría sus raíces entre los precarios y los perjudicados, es decir, en un medio nada estable, porque todos quieren salir de esa condición.

Hay que difundir, entonces (véase el programa del Congreso de Hamburgo de la SPD), ofertas de vagarosa esperanza (un Hartz IV mitigado) (2) y hablar mucho de una justicia social otrora declarada vitanda en la SPD de Schröder y Clement (3). Esa doblez falsaria sigue grabada en el rostro de los que cortan el bacalao desde arriba en la SPD. Lo que ha de tener por consecuencia nuevos éxitos electorales de La Izquierda. Con mayor razón todavía, si consigue presentarse con un programa realista y realizable. Schröder naufragó en el bajío de la justicia social, a la que hizo trizas con la contrarreforma llamada Agenda 2000. Lo que Beck [el principal dirigente de la actual SPD] tiene enfrente es un bajío de credibilidad.

Irreflexivamente, la SPD ha excluido la única, aun si poco convencional, solución para una colación política estable. La FDP tuvo fama, entre [Erich] Mende y [el conde] Lambsdorf (4), de “partido chaquetero”; no puede excluirse que la actual FDP de [Guido] Westerwelle siga haciendo justicia a esa reputación. De no ser así, la SPD tiene un problema. ¿Gran Coalición (con la democracia cristiana)? ¿Gobierno en minoría, tolerado por la FDP? Sería el comienzo del fin.

El barquero del acertijo optaría por la siguiente solución: no empecinarse intransigentemente en viejos modelos, sino aspirar transitivamente a la única coalición que, de una u otra forma, podría llegar a ser estable en Hesse, y es a saber: la coalición entre la SPD, los Verdes y La Izquierda. La Izquierda tiene que comportarse aquí con enérgica astucia, introduciendo en el Parlamento regional una batería de proposiciones que figuren en el programa electoral de la SPD. Y habrá que ver si la SPD vota en contra de sus propias promesas. Tras las elecciones, es cierto, vienen los forcejeos en torno a posibles coaliciones, pero la tarea centralmente política, señora Ypsilanti (5), es gobernar.


NOTAS T.:

1. Roland Koch, el candidato demócrata-cristiano en las elecciones de Hesse, se libró a una sucia campaña de marcados acentos xenófobos y aun racistas (como la que parece querer empezar a desarrollar estos días el Partido Popular en España), que llegó a escandalizar a buena parte de su propio electorado.
2. Hartz IV fue un programa de contrarreforma y desmontaje del Estado social alemán amparado por el Canciller socialdemócrata Schröder en los años de su coalición gubernamental con los Verdes. Conviene observar que el programa lleva el nombre de su autor, Peter Hartz, un alto ejecutivo de la empresa Volkswagen que, para mayor y ulterior descrédito de esa contrarreforma de signo neoliberal, se vio envuelto luego en diversos escándalos de corrupción, siendo acusado de ellos y condenado en sentencia firme por el alto Tribunal de Braunschweig.
3. Wolfgang Clement, miembro de la SPD, fue el ministro de economía en la coalición rojiverde presidida por Schröder. Se destacó por sus agresivas declaraciones contra los derechos de los trabajadores, pretendidamente dañinos para la competitividad de la economía exportadora alemana. Causó cierto escándalo –llueve sobre mojado— que, al abandonar el ministerio tras la derrota electoral de septiembre de 2005, pasara a desempeñar un alto cargo ejecutivo en una empresa privada dedicada a la gestión del trabajo temporal y precario, una empresa que había sido fuertemente beneficiada en sus negocios por las contrarreformas del mercado laboral promovidas por Clement desde su ministerio.
4. Erich Mende (1916-1998) fue el primer dirigente de la FDP en la postguerra. Y el cachazudo conde Lambsdorf (1926) fue el máximo dirigente del partido liberal alemán entre los años 70 y la llegada del joven y agresivo Guido Westerwelle.
5. Andrea Ypsilanti es la candidata de la SPD en las elecciones de Hesse: hizo una campaña de tono marcadamente social con guiños de izquierda muy a propósito para desmarcarse del desacreditado pasado reciente de su partido en el gobierno federal.

Freitag, 8 febrero 2008. Traducción para sinpermiso.info: Amaranta Süss

 

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