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Colombia, Mundo, Nacionales E.Herria :: 28/06/2021

Arantxi Padilla En Colombia las guerrillas no eran el principal problema,sino el hambre y la pobreza

Juanjo Basterra
“En Cali, que es una de las ciudades que más está sufriendo estas protestas sociales, civiles armados, protegidos por la policía colombiana, atacan a los manifestantes”

Arantxi Padilla (Euskal Kazetaria): “En Colombia las guerrillas no eran el principal problema, sino el hambre y la pobreza”

 “En Cali, que es una de las ciudades que más está sufriendo estas protestas sociales, civiles armados, protegidos por la policía colombiana, atacan a los manifestantes”

 “En este país, la gente está pasando hambre, sale a las calles a protestar porque no tiene como pagar las cosas, no tiene acceso a poder estudiar”

“Sobre Cuba, creo que la gente confía en que Biden cumpla sus promesas de retirar el bloqueo y no sé …siguiendo la estela de Barack Obama”

“En Brasil el próximo año son las elecciones, habrá que esperar si todo ese descontento hace mella en Bolsonaro y quién se presenta para competirle, si es Lula o…”

Juanjo Basterra, kazetaria eta m. soziala * E.H

Arantxi Padilla, corresponsal ETB en América Latina, explica en esta entrevista los duros momentos que se viven en esa zona del mundo. Los continuos asesinatos en Colombia y las protestas en la calle son el punto álgido, junto a la pandemia. “Aquí realmente lo que se ha visto es que el Gobierno colombiano cuando firma el acuerdo de Paz, hasta entonces parecía que el problema de Colombia eran las FARC, pero con la firma de los acuerdos se ha visto que las guerrillas, las FARC y ELN, no son el principal problema de este país porque las desigualdades sociales continúan y, sobre todo, vemos que los ricos son más ricos y los pobres son más pobres”. 

Momentos duros que también se viven en Ecuador, en Perú, en Brasil con el fascista Bolsonaro…y momentos para la esperanza en Chile con la nueva redacción de la Constitución. Padilla espera que Biden cumpla y rompa el bloqueo a Cuba, aunque los últimos posicionamientos en la ONU no van por ese camino.

¿Cuánto tiempo llevas en América Latina para ETB?

Vine por primera vez a Colombia en 2011. Había estado trabajando en redacción en ETB desde 2008 y en 2011 me vine a Colombia. Después estuve cinco años y medio o seis años de corresponsal y regresé a Euskadi, casi tres años. En 2019 volví. Es mi segunda etapa.

Ahora que has vuelto, ¿está mejor Colombia que antes o peor, cómo lo ves?

Buuufff. La verdad es que no sé qué decirte. Porque coincide que cuando me fui se había firmado el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, y ahora he regresado y ha coincidido con todo el tema de la pandemia, de las protestas en Latinoamérica en general empezando por Ecuador, Bolivia, Chile, Colombia…o sea la zona, en general, me la he encontrado un poco más afectada en cuanto a la protesta social.

¿Estallido de protesta social quieres decir?

Claro. Llego en 2019 en agosto y en octubre empiezan todas las protestas en Chile, Bolivia, Ecuador y después Colombia y, desde entonces, ha sido una vorágine de protestas sociales que ha coincidido con la pandemia. Aquí, por ejemplo en Colombia, lo que estamos viendo es que la situación de millones de personas ha ido a peor a raíz de la pandemia, pero entonces ya estaba mal. Las protestas que llevamos en este último mes y medio, casi siete semanas, en este país se deben a eso. La gente está pasando hambre, sale a las calles a protestar porque no tiene como pagar las cosas, no tiene acceso a poder estudiar, entonces todo eso genera que la gente salga a protestar porque no hay como sobrevivir en esta situación y si además las ayudas de los gobiernos no llegan, la gente se muere de hambre y sin poder sobrevivir con una vida digna. Es lo que están pidiendo, poder vivir de una manera digna.

Antes de la pandemia, a la par, había muchos asesinatos por parte de paramilitares a miembros de los colectivos sociales, agrícolas, de las FARC ¿se ha solucionado?

En estas protestas, una de las cosas que se ha visto sobre todo en Cali, que es una de las ciudades que más está sufriendo estas protestas sociales, es que civiles armados, protegidos por la policía colombiana, que se están intentando identificar porque no se sabe sin son policías, paramilitares, pero hay muchísima gente involucrada en esas protestas, que esta siendo protegida por muchos policías civiles armados, que atacan a los manifestantes.

Aquí realmente lo que se ha visto es que el Gobierno colombiano cuando firma el acuerdo de Paz, hasta entonces parecía que el problema de Colombia eran las FARC, ahora con la firma de los acuerdos, se ha visto que las guerrillas, las FARC y ELN, no son el principal problema de este país porque las desigualdades sociales continúan y, sobre todo, vemos que los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Lo que se está viendo es que la violencia paramilitar continúa porque el Gobierno colombiano sigue defendiendo la violencia policial y, sobre todo, esos civiles armados, que se está investigando quiénes son.

En todo esto, ¿qué papel juega Biden al entrar en la Casa Blanca?

Lo que estamos viendo es que el Gobierno de Ivan Duque está muy preocupado por la imagen y los acuerdos económicos que se puedan alcanzar con Estados Unidos. Ahora, de hecho, acaba de salir la posición de abstención que han tenido frente al bloqueo de Cuba, que de 184 países Israel y Estados Unidos votaron en contra del desbloqueo, y Colombia, Ucrania y Emiratos Arabes se abstienen, el resto vota a favor de que se termine el bloqueo de Estados Unidos a Cuba.

Lo que estamos viendo es que Colombia esta supeditada a lo que diga Estados Unidos y lo que le interesa es no enfadar y no perder ese contacto con Estados Unidos que le pueda favorecer a futuro. Estados Unidos, además, sí le ha advertido a Colombia que esta violencia policial, que estamos viendo en las protestas no puede continuar. Una de las amenazas que ha hecho a Duque es que están en riesgo los acuerdos económicos y comerciales que puedan tener los dos países dependiendo de qué papel siga jugando, y como se enfrenta esta situación.

Bolsonaro en Brasil es parte del fascismo que recorre este mundo, por desgracia, y también tiene bastantes protestas, en julio habrá nuevas. ¿Cómo lo ves?

La semana pasada hubo manifestaciones multitudinarias, sobre todo, en Río de Janeiro. Llevan desde hace dos meses, más o menos, juntándose todos los domingos para protestar por la gestión que ha tenido Bolsonaro frente a la pandemia. No sé la cifra de muertos que tiene Brasil, pero la postura y gestión de Bolsonaro ha sido muy criticada y, a la vez, los que votaron a favor suyo, también le aplauden. Él sigue haciendo más políticas negacionistas frente al Covid. De hecho, hace dos semanas fue multado por la policía porque iba en su moto liderando una de las manifestaciones sin mascarilla, ni distancia, ni nada. Eso le está perjudicando en cuanto que las elecciones presidenciales de 2022 están a la puerta de la esquina. Realmente habrá que esperar a ver en qué manera le puede afectar, primero, su gestión como presidente, gestión política, económica y sanitaria, y luego habrá que esperar a quien va a ser su oponente en las elecciones presidenciales el año que viene. La realidad es que le llueven las críticas, por una parte, y también está preocupado por si el año que viene se enfrenta a Lula (Luiz Inácio da Silva) o no.

Lo que está claro es que dentro de su mandato la destrucción del Amazonas ha continuado a pasos agigantados y es evidente que está con el poder económico y no por salvar a esa zona y a sus habitantes.

Si, sí, por supuesto. Las leyes que ha promovido Bolsonaro no han sido para nada a favor del medio ambiente y una de la criticas mayores que le han hecho es el desastre con el Amazonas, sobre todo no sólo por los ataques directos a las comunidades indígenas que sobreviven en esas zonas, sino porque no ha habido ningún plan de emergencia con el covid y luego también que hay sospechas de que se han incendiado miles y miles de hectáreas de manera intencionada.

De todo eso, veremos si luego le pasa factura o no porque nunca sabe, porque todas estas medidas, que son criticadas y que levantan muchísima polémica, le pueden pasar factura, pero aquí en Latinoamérica siempre suele ser una sorpresa. Al final, el que menos esperas sigue saliendo.

Cambiamos a Perú, está en el disparadero con la sociedad dividida y en espera resultados oficiales, ¿qué piensas que va a ocurrir?

Oficialmente no se sabe cuando va a salir, pero aunque en votos ha ganado Pedro Castillo, todavía no ha ido proclamado, porque hay 200.000 votos que han sido impugnados. Se cree que ganará, se espera que sea el próximo presidente de Perú. Lo que creo es que va a ser una presidencia, o los próximos cinco años, van a ser muy difíciles para el país. Estuve varios días en las elecciones y lo que vi primero que había miles de personas que no estaban contentos con ninguno de los dos. 

Al final, los dos candidatos que llegaron a la segunda vuelta realmente no tenían mucho apoyo de la ciudadanía y el descontento en las calles era notorio. Primero, Keiko Fujimori por lo que representa. Mucha gente no quería que saliese por el hecho del pasado de su padre y lo que ella ha supuesto en el tema de corrupción. Está siendo investigada, estaba en prisión preventiva y todo ese sistema y red de corrupción que le rodea no le favorecía.

A Pedro Castillo lo que le pasa es todo lo contrario. Es un hombre de izquierda radical rural, profesor rural y sindicalista, pero claro las ideas que tiene o ha presentado también desde el punto de vista de género son bastante atrasadas. Está en contra del aborto, también en contra del matrimonio homosexual y yo creo que todo eso en 2021 no favorece, en general, a la izquierda de Latinoamérica. Aquí lo que pasa es que todas las izquierdas latinoamericanas tienen mala fama, están mal vistas, quitando a Pepe Múgica…Siempre, aquí en los países latinoamericanos, cuando preguntas en la calle a la gente lo que le preocupa y lo que también los candidatos de derechas suelen promulgar es que ‘me da miedo que este país se convierta en Cuba o Venezuela’. Pedro Castillo tiene unas ideas que para mi son un tanto atrasadas a día de hoy, porque no concibo que haya un candidato de izquierdas que esté en contra de un matrimonio homosexual o del aborto, por ejemplo.

Argumentos similares se emplean aquí en Madrid, Isabel Díaz Ayuso decía en su reciente campaña ‘comunismo o libertad’ o ‘socialismo y libertad’.

Exacto. Y ese mensaje también cala aquí.

Es el mensaje de la derecha, de la ultraderecha…

Si, sí, sí, total. Pero él tampoco ayuda cuando habla de esos tema que he comentado. No estoy en contra de Castillo, no quiere que me interpretes así, pero me parece que no es el candidato que una izquierda se merece en 2021.

¿Quieres decir que debería repasar el discurso sobre esos temas que han señalado?

Exacto. Castillo deberá evolucionar en su discurso y en sus políticas de izquierdas puesto que lo de estar en contra del aborto y del matrimonio homosexual en este siglo XXI no le favorece. 

¿A Chile cómo lo ves con el nuevo proceso de la nueva constitución?

[Esto va a ser como los exámenes de oposición, dice] Esta nueva constitución que se va a escribir y se va a empezar a relatar en breve es un logro de la sociedad chilena. Salieron a la calle hace dos años aproximadamente un grupo de chicas jóvenes que saltaron las vallas del metro porque estaban en contra de la subida del precio del viaje y lo que consiguieron fue que la gente saliera a protestar, más o menos, siguiendo el espíritu de protesta social del que hablábamos en octubre 2019. 

Todo eso provocó una cadena en Latinoamérica que todavía perdura. En Chile se va a conseguir poder escribir una constitución nueva totalmente, que esperemos sienta precedente no solo en América Latina, sino a nivel Mundial, porque por primera vez va a ser escrita de manera paritaria, incluso va a haber más mujeres que hombres, responsables de escribir esa nueva constitución y veremos a ver. Lo percibo como un logro de la sociedad, que no estaba de acuerdo con esa Constitución de la época de Pinochet, escrita por el dictador, y esperemos que traiga muchos adelantos y, sobretodo, en derechos humanos.

Cuba y el bloqueo, la isla ha abierto mucho las puertas y sigue teniendo el bloqueo, parece que no vale ¿las promesas que dicen o firman los estadounidenses quedan en agua de borrajas? 

Esperemos a ver. Creo que ahora hay que confiar. Lo que estamos viendo es que en la época y en el mandato de Donald Trump se instauraron 242 medidas, para asfixiar a la isla, y se ha visto que 55 de ellas se han instaurado en plena pandemia, y todavía, a pesar de que Joe Biden hace unos meses que fue nombrado presidente de Estados Unidos, todavía perduran. Creo que la gente confía en que Biden cumpla sus promesas de retirar el bloqueo y no sé …siguiendo la estela de Barack Obama, que en sus años de mandato suavizaron la relación y se dieron pasos adelante, que después con Trump se dieron pasos agigantados hacia atrás, y creo que hay una esperanza de que pueda cambiar. Al final, la pandemia ha sido dura, no sólo para Cuba, sino toda América Latina, pero la pandemia con un bloqueo no quiero imaginar lo que tiene que ser. Lo que estamos viendo ahora, el hecho de que se haga presión desde fuera, desde Naciones Unida, que no sabemos hasta qué punto favorece o presiona porque llevan muchos años pidiendo el fin del bloqueo y algún día tendrá que llegar. Cuba también está cambiando, no es la Cuba de 30-40 años atrás, y el bloqueo lleva 60 años algún día tendrá que finalizar.

¿Es difícil hacer periodismo en América Latina?

Es difícil según y en qué. La manera de trabajar es diferente. Aquí el tema de la seguridad es muy importante, no es igual trabajar en Euskadi donde puedes salir a cualquier hora de la noche o de la mañana a grabar con una cámara o en un país como Colombia donde la violencia social, la violencia de la calle, puede que dificulte tu trabajo, porque puedes estar grabando y que te roben la cámara directamente o el móvil con el que estás trabajando, pero a nivel de corresponsalía la verdad es que estoy muy a gusto. Este trabajo me apasiona y para mi tener este trabajo es un privilegio trabajar de esto. Al final teniendo Latinoamérica, que son muchos países para trabajar y controlar, hace que sea muy atrayente a la hora de estar hablando de todo de esa adrenalina que nos gusta a los periodistas, de que buscamos siempre historias qué contar y la actualidad también llama. Al final, siempre hay algo que contar, todos los países tienen algo que contar todos los días. Trabajar aquí lo que te supone es estar empapada de la actualidad, de las historias de calle. A mi lo que más me gusta es poder conocer a la gente, a mi me gusta mucho salir a grabar, a preguntar, sobre todo, porque en la calle te encuentras con la realidad de los países. No puedes trabajar desde una redacción, aquí tienes que chupar mucha calle.y la verdad es lo que me acerca a conocer la realidad latinoamericana.

¿Cuál es la noticia de este primer semestre que más te ha impactado?

Teniendo en cuenta que muchas de las noticias que hemos estado cubriendo en este año y pico de pandemia han sido del Covid, el resto no hemos podido salir, salvo elecciones de Ecuador y Perú, que son las únicas cosas que he podido cubrir. Bueno también he ido a Cali por el tema de las protestas sociales.

No podría destacar una, pero, sobre todo, lo que toca a la atención las protestas en Colombia. Cómo las gentes han salido a las calles, porque necesita de comer. Lo que estamos viendo es que la realidad colombiana, la latinoamericana, no tiene nada que ver con la vasca. Aquí hay muchísima gente que solo tiene una comida al día.

Entonces, ¿cómo ves el futuro en esa olla a presión que es América Latina?

Lo que veo que Latinoamérica sufre oleadas de izquierdas y derechas. Tuvimos la oleada de derechas, de pasar todos presidentes de izquierdas a tener presidentes de derechas, gente muy polémica como Bolsonaro o Duque, que esta teniendo un mandato muy duro con la presencia constante de Uribe, y ahora lo que vemos, también ocurrió en Argentina, ahora Perú, pasa a izquierdas, Ecuador se queda con derecha. Todo eso acompañado con lo que ha provocado la pandemia lo que estamos viendo es que esa olla a presión siempre está a apunto de estallar y no se sabe cuál es el límite. ¿Cuál es el límite? En Colombia hay elecciones presidenciales. ¿Todas estas protestas sociales tendrán repercusión en las elecciones? No sabemos. Lo que estamos viendo es que Duque está teniendo un mandato muy duro en cuanto a protestas, descontento social y, a pesar de que durante estas últimas semanas han bajado un poco el nivel de tensión, vemos que ha habido muchísimas muertes y desapariciones. De hecho, Michelle Bachelet, la alta comisaria de la ONU, está denunciando que la violencia policial no puede seguir así y que el país va por malos derroteros. Veremos todo eso donde nos llega, porque nadie dimite, nadie dice nada…los muertos y desaparecidos siguen contando cada día.

Si quieres añadir algo…

Me gustaría añadir de Perú, que vive una situación complicada porque cuando son candidatos que no tienen mucha aprobación de los ciudadanos. Son candidatos que se eligen al mejor de los dos peores, demuestra es que un mandato bueno no va a tener ninguno de los dos, gane quien gane, al final. Porque la gente no esta contenta con ninguno de los dos, ni con Castillo ni con Fujimori.

Castillo tenía con un discurso más izquierdista cogió más ventaja, pero lo fue rebajando y perdió esa ventaja. Rebajó discurso y cayó en los votos.

Claro, al final, la sociedad peruana esta muy polarizada. A Castillo le vota gente del mundo rural y a Keiko Fujimori el mundo empresarial. A Castillo le ha tocado un poco suavizar ese discurso, para recuperar el voto de los indecisos y que no estaban de acuerdo con lo que el decía y, sobre todo, con la perspectiva de género que es muy importante hoy en día en un candidato de izquierdas. Le habrán asesorado y tendrá que cambiar.

La realidad latinoamericana siempre es interesante, es una región apasionante. Hasta conocer la realidad de aquí uno no llega a comprender las necesidades y los derechos tan básicos por los que la gente sale a pelear e, incluso, a dar su vida. Porque aquí lo que estamos viendo es que la gente da su vida, que aquí no vale nada. La vida en Latinoamérica no vale nada, la gente prácticamente cuando salen a las protestas, como no tienen nada que perder, ellos mismos te dicen: ‘no tengo nada que perder y si tengo que perder la vida, la pierdo’. La vida no vale nada. Las protestas sociales piden vida digna, poder comer y dar de comer a sus familias, no estar mendigando y tener un techo dormir, y poder estudiar. Se escucha mucho aquí que son unos vándalos, que solo quieren vivir del estado. El problema es que ellos si no tienen con qué comer, cómo van a tener para estudiar y si no estudian, cómo van a acceder a trabajos. En Latinoamérica, aquí en Colombia, estudiar es carísimo. Aquí quienes pueden, piden hipotecas y se endeudan para toda su vida, igual que en Estados Unidos. Estudiar es supercaro, sólo pueden estudiar los pudientes. Porque la enseñanza pública y las universidades públicas no ofrecen casi puestos. Se reivindica que el Estado debería ofrecer lugares para estudiantes para estudiar. Es dura esta realidad, sí.

https://sareantifaxista.blogspot.com/2021/06/arantxi-padilla-euskal-kazetaria-en.html

 

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