Argentina: Alto seguimiento en el paro nacional del sindicalismo burocrático

La huelga general convocada por centrales obreras opositoras a las que se sumó toda la prensa anti-K, se cumplió con alto seguimiento en todo el país. Los transportes como autobuses, trenes, metro y vuelos estuvieron paralizados en su casi totalidad, mientras que grupos de izquierda realizan piquetes en varios zonas. Aunque los sindicalistas hablan de un paro “exitoso”, varios analistas consideraron que en estas condiciones no se puede medir el acatamiento real a la medida.

La huelga fue convocada por el líder de la fracción opositora de la Confederación General del Trabajo (CGT), el jefe del sindicato de camioneros Hugo Moyano; la denominada CGT Azul y Blanca, del gastronómico Luis Barrionuevo; y el sector opositor de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), encabezado por Pablo Micheli, en reclamo de medidas para combatir los efectos de la inflación en el bolsillo de los trabajadores, contra el impuesto a las ganancias, y por mejoras en las jubilaciones y la seguridad, entre otros puntos.

Militantes de izquierda realizaron decenas de piquetes desde las primeras horas del día en Buenos Aires, cortando la avenida General Paz y el Acceso Oeste, bloquearon la carretera Panamericana, Puente Pueyrredón y la autopista Illia, entre otros lugares de alta circulación.

A través del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el Gobierno cuestionó la huelga y afirmó que es “un gran piquete nacional y un paro de transporte” con reclamos que “no tienen el más mínimo sentido”, cosa con la que evidentemente discreparon cientos de miles de trabajadores. Por su parte, el sindicalista burocrático Barrionuevo expresó que la jornada de protesta nacional “es muy fuerte” y rechazó que se trate de “un paro político” en apoyo a algún candidato de la oposición, en respuesta a las dudas de muchos analistas.

En tanto, el titular del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, afirmó que la huelga tuvo un “nivel de acatamiento muy fuerte en todo el país” y estimó en más de un millón los trabajadores que se plegaron.

La burocracia sindical, sin embargo, se cuidó de despegarse de los múltiples piquetes organizados principalmente en rutas y en los accesos a la Capital Federal. Al respecto, el diputado Facundo Moyano, hijo del líder camionero, calificó de “ilegales” los cortes.

En la mañana, se registraron incidentes cuando la Gendarmería intentó desalojar a los manifestantes de la autopista Panamericana, en las afueras de Buenos Aires. La represión dejó siete heridos.

El metro y el Premetro no dieron servicio. Si bien estaba previsto que sólo la línea B adhiriera a la medida de fuerza, el resto de las líneas no pudieron comenzar a circular ya que “no estaban garantizadas las condiciones operativas y de seguridad” tras incidentes que se produjeron la noche anterior. Se sabe que en la estación Jujuy se arrojaron matafuegos a las vías.

“Estas medidas comenzaron a ser llevadas a cabo en la noche de ayer [por el miércoles] por representantes de la Unión Tranviaria Automotor (UTA) e incluyeron la ocupación de instalaciones y formaciones, lo que sumado a la ausencia de personal de supervisión y un bajo nivel de presentismo (menor al 10%) impide cualquier posibilidad de prestar servicio”, indicó la empresa.

Por su parte, el servicio de trenes también permaneció interrumpido. El secretario general de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia, consideró que el paro “es una medida exagerada e inoportuna”, aunque aclaró que su gremio comparte varios de los reclamos. "Al adherirse los maquinistas de La Fraternidad, el servicio de trenes se ve afectado”.

El movimiento en el aeropuerto de cabotaje de Buenos Aires también fue nulo debido a la adhesión a la medida de fuerza de la mayoría de los gremios aeronáuticos.

La huelga también afectó los servicios de la recolección de residuos y los trámites judiciales, y así como a las estaciones de servicio, hospitales, peajes, portuarios, gastronómicos y panaderos, entre otros sectores.