lahaine.org
Argentina :: 25/02/2011

Argentina: Dolores de columna

Prensa de Frente
Los problemas de la burocracia sindical confunden al progresismo kirchnerista en el camino de aprender a poner en segundo plano lo sustancial en nombre de la lealtad

En los últimos meses las conducciones gremiales encuadradas en la CGT, sin distinción en su alineación interna, han quedado implicadas en casos judiciales de extrema gravedad. Así, la coyuntura llevó al sector comandado por Hugo Moyano [lider de la central sindical mayoritaria CGT] a salir en defensa de figuras como Gerónimo Venegas [secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores] y Juan José Zanola [secretario general de la Asociación Bancaria], ante lo que consideraron fue un ataque al Movimiento Obrero Organizado. La declamada columna vertebral del gobierno sufre males tan profundos que no entienden de matices, preocupa y confunde al progresismo kirchnerista en el camino de aprender a poner en segundo plano lo sustancial en nombre de la lealtad, que cada vez más se parece a la obsecuencia.

No se trata de purismo. Se trata, como hace ya tiempo lo dijo el General, de la pura realidad. Es imposible que un gobierno apoyado en estructuras que bancan el engaño, la estafa y el asesinato de sus propios trabajadores, esté transitando el mejor y el único de los caminos posibles hacia la justicia social. Misteriosamente la inmensa mayoría de los integrantes del proyecto oficialista que no pertenecen a la CGT, deciden callar, y por tanto otorgar, ante las diversas aberraciones cometidas por una dirigencia sindical, si es que aun se las puede considerar como tales, que antes que reportar a las problemáticas de los trabajadores, prefieren involucrarse en negocios dignos de la peor calaña de mercaderes, comandándolas desde sus exclusivas oficinas de Puerto Madero.

Los silencios cómplices conviven con las críticas aisladas de quienes, adhiriendo al proyecto nacional, aún ejercitan ciertos límites éticos a la hora de analizar sus alianzas. El resto cierra filas con las decisiones de arriba en nombre de la lealtad peronista, echando por la borda seis décadas de tradición de luchas internas de un movimiento que representó a lo largo de medio siglo la identidad de los trabajadores argentinos. Hoy asistimos a un revival patético en el que se mezclan obsecuencias y degustaciones de batracios en iguales cantidades, con elevadas dosis de actualización macartista.

Si fuera de otra manera, no se entiende la posición adoptada ante las últimas detenciones de “dirigentes sindicales”, ya que los hechos no dejan demasiado margen para dudas. Mariano Ferreyra, el militante asesinado indigna tanto como indignaron otros pibes en otras épocas. La Unión Ferroviaria, lamentablemente actúa al servicio de la patronal y comparte con ella intereses, sus principales dirigentes manejan las tercerizadas y mandan a barrabravas a matar trabajadores para defender el botín. Pedraza [secretario general de la Unión Ferroviaria] y sus muchachos no pueden ser columna vertebral de nada que conozcamos.

De Gerónimo Venegas se ha dicho todo. Solamente su apoyo explícito al imposible regreso del cabezón asesino [el ex-presidente Duhalde, que ordenó matar a piqueteros], traducido en el ofrecimiento de ser “su” columna vertebral, lo exime de mayores análisis. Cuando Moyano y la conducción actual de la central mayoritaria frena y cierra filas con Venegas demarca hasta donde “banca” a Cristina Kirchner, hasta donde el “kirchnerismo” es, a la luz de la estructura de la CGT, una entelequia, y hasta donde los negocios compartidos gatillan solidaridades en un plato del que nadie puede sacar las patas, porque eso no se hace con un compañero, incluso si el compañero regentea establecimientos esclavistas. Así, Hugo Moyano “el dirigente sindical”, cristaliza ahora cuando su “lucha contra el neoliberalismo en los `90” comienza a descartarse en las bolsas de residuos de la empresa recolectora de basura del Hugo Moyano, “el empresario”, que por cierto alcanza ya el 20 % de más de un presupuesto municipal del conurbano.

La intervención del Ministerio de Trabajo mediante el llamado a la conciliación obligatoria a los integrantes de la Unión Ferroviaria, habla por sí sola. Atienden la reacción corporativa de la mafias ferroviaria como si tratara de un conflicto gremial, cuando la realidad es que es una reacción en defensa de sus negocios, igualito a la reacción de los “trabajadores rurales” que semanas atrás salieron a bancar al "Momio" Venegas. En rigor de verdad, no sorprende de un ministro que, al igual que su segunda, Noemí Rial, desarrolló su carrera como abogado de la Unión Ferroviaria, incluso durante los inescrupulosos y privatizadores años ’90.

Por fuera del intempestivo debate “sindical”, se repite el mismo esquema. Muchas candidaturas ya no se pelean, sino que se espera la orden de arriba para saber cual será el siguiente sapo a deglutir y sin chistar, no sea cosa que se le esté haciendo el juego a la derecha. Así los kirchneristas rionegrinos deberán apoyar como candidato a gobernador al “compañero” Carlos Soria, promotor confeso de "una represión ejemplar que le devolviera la autoridad al Estado", firmemente ejecutada desde su conducción de la SIDE duhaldista, unos días antes de aquel sangriento 26 de junio. Estas posiciones conducen irremediablemente a que las determinaciones políticas de peso y a que la mayoría de los candidaturas sigan en manos de la derecha [peronista] que, dando señales de un cinismo altanero, se acaba de reunir en un lugar llamado Sierra de los Padres. ¿Qué otra cosa representan los imprescindibles Daniel Scioli, Gildo Insfran, Amado Boudou o Mario Ishii, por dar solo algunos nombres? ¿Quien “puso” a Daniel?, ¿Quien “pone” a Amado? Únicamente Cristina, ella bancada por el progresismo “K”, haciendo las delicias de los barones del conurbano en camino a la distribución final de la riqueza.

Mientras tanto, aquellas banderas de justicia social siguen ahí a la vuelta. Difícilmente encontremos a alguien que piense que habrá modificaciones de fondo sin los trabajadores organizados, la discusión es más bien qué se entiende por el pueblo organizado. Sin duda, los cambios, antes que del lado de las estructuras de dominación, vendrán de los que estaban al lado de los Mariano Ferreyra, de los Darío y Maxi, de aquellos a los que la central mayoritaria rechaza por desconocerlos como parte de su misma clase. Y quizá en este último punto tengan razón, los trabajadores día a día dejan de identificarse con quienes dicen representarlos, día a día se desvanece más el cuento del unicato y deja en evidencia a los supuestos dirigentes que hoy le dan un medicamento truchado a un enfermo de SIDA, al día siguiente le meten un balazo a un trabajador porque le quieren tocar las tercerizadas y al otro, salen a defender como nadie las conquistas de los trabajadores y la dignidad del Movimiento Obrero Organizado. La leyenda a esta altura del partido es poco creíble.

Desde este sitio pues, al PJ [Partido Justicialista, peronista] y a la CGT se los repudia, y no por sectarismo, sino por lo que representan, por los intereses que – tan bien - defienden. Sí, los sindicalistas de la CGT defienden muy bien sus intereses. El problema es que te dan medicamentos vencidos sin decir nada.

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal