Argentina: Todo está como era entonces...

Hacer el esfuerzo por escuchar a los abogados defensores de Chabán o de María Julia Alsogaray [ex Secretaria de Medio ambiente durante el menemismo] -siempre que se logre refrenar la ira- sirve para que no queden dudas de la "Justicia" que tenemos. María Julia, por diversas causas de "enriquecimiento ilícito" llevaba 21 meses detenida. Según su patrocinante, dejarla libre, fue un acto de justicia porque al no haber sentencia, sería como darle una "pena anticipada". El caso de Chabán, con argumentos que representan un completo atropello a la razón y al dolor colectivo, se asientan en similares criterios judiciales.

Pero la sociedad, sin vacilaciones, ha condenado y repudiado a ambos. Y no por meras conjeturas, sino por indiscutibles, resonantes y dramáticos hechos. ¿Cómo digerir o siquiera intentar comprender a una "justicia" que se asienta en falaces teorías que intentan salvar a los responsables de 193 jóvenes muertos? ¿Cómo otorgar sino violentando a nuestra conciencia el beneficio de la duda para quién cumpliendo funciones adquirió un piso en EE.UU. que vale la friolera de 6 millones de dólares, autos importados, numerosas propiedades y engrosó una cuenta por otro millón de dólares?

Podríamos pensar que este abismo entre la condena social y la presunción de inocencia que instala la excarcelación de quienes deben dictar justicia se debe sólo a la irrealidad y/o insensibilidad de los jueces, los que por su ubicación estarían peligrosamente por fuera de los valores, razones y sentimientos de la mayoría de los humanos. En realidad, hay mucho de eso. Pero entonces deberíamos preguntarnos porqué existen semejantes monstruos de múltiples cabezas impartiendo injusticias por doquier, para saber quién los engendra y al servicio de qué y quienes están.

Un 86 % de la población carcelaria sin condena

Los argumentos de los Jueces se caen a pedazos cuando en la Provincia de Buenos Aires sólo el 14 % de la población carcelaria tiene una sentencia firme. El restante 86 % está preso en condiciones nauseabundas, durante años y años, algunos con delitos tan menores que frente a Chabán o María Julia son casi ángeles. O peor, muchos son inocentes, víctimas de la impericia judicial o de las pruebas fraguadas por la policía para esconder sus propios delitos. Basta recorrer cualquier Tribunal para darse cuenta que por sus pasillos y despachos no hay otra cosa que pobres y más pobres. ¿Por qué las teorías del derecho que permitieron la excarcelación de María Julia o Chabán nunca llegan a ellos? ¿Porqué habría múltiples extensiones e interpretaciones procesales que permiten dejar libres siempre a los mismos? ¿Quién escucha o lee alguna nueva interpretación para impedir que quienes reclaman trabajo, comida o salario no queden presos? ¿Cuántas horas de su vida dedican los jueces a intentar corregir actos tan inhumanos como el de la familia del pueblo de Paredes (La Pampa) que tuvo en guarda durante 4 años a un niño y ahora el Juez le quiere otorgar la adopción a otra? ¿Porqué los mismos jueces que liberan a funcionarios y empresarios se callan la boca cuando los niños de la calle son llevados detenidos? ¿Por qué duermen sin resolución las investigaciones sobre copiosos casos de gatillo fácil? Y la lista sería interminable...

Ahora varios juristas plantean que la excarcelación de Chabán estuvo mal dictada, pero que los jueces son honestos y coherentes con los principios doctrinales que profesan. A lo más que llegan es a que "puedan estar equivocados". Nosotros nos oponemos a esta interpretación que sólo intenta salvar a una repudiada Justicia, convencidos de que la amplia mayoría de los Jueces responde sí, coherentemente, a la injusta organización social que vivimos. Es por tanto, una justicia desdoblada y profundamente interesada. Muestra sensibilidad y realidad para funcionarios corruptos y empresarios inescrupulosos. Es externa, insensible e injusta para la amplia mayoría social que la padece. Es así, y en todos sus términos, clara defensora de los intereses de clase de una minoría y en detrimento del conjunto de la sociedad. ¿Qué otra cosa podría engendrar los monstruos de Jueces que sufrimos?

El balconeo del gobierno

Lo que más indigna es el intento de Kirchner y sus funcionarios de deslindarse de estos fallos. Hablan como si estuvieran en el llano, como uno más del pueblo, ajenos a toda responsabilidad. La política de los tiempos modernos está plagada de estas nuevas formas de "hacer como si", pero no en todos lados pueden tener los mismos efectos. En una Argentina que viene de un gran terremoto contra todas las instituciones, y no sólo contra la Justicia, especialmente a la nefasta connivencia entre Justicia y Políticos, esos mensajes pueden tener resultados distintos a los buscados. Ya los familiares llenos de dolor e indignación reclamaban a Kirchner por la resolución favorable a Chabán. Y lo que más preocupa al gobierno, es que nadie cree que los fallos de María Julia y Chabán sólo responden a resoluciones judiciales puras. Todos nos damos cuenta que María Julia salió libre a los pocos días de haber publicado su carta en el diario La Nación, con la que abrió el ventilador que acusa a los funcionarios del Menemismo de haber recibido sobresueldos. Evidentemente hubo presiones para tratar de que calle. Y como por arte de magia, aquella solicitud de excarcelación presentada una y otra vez por su abogada, de golpe cobró vida. ¿Quiénes presionaron a la Justicia? Pueden ser muchos, porque larga fue la lista de sobresueldos y sobornos, incluida la propia Justicia. No lo sabemos, pero lo que interesa aquí es ver quienes salen nuevamente beneficiados. No sólo los antiguos funcionarios, sino varios de los que la sociedad reclamó "que se vayan" y que volvieron, por esas vueltas repetidas de la vida, con el actual gobierno. Por eso allí también se denota alivio por la libertad de María Julia.

Y de Chabán, se dice que también hay "algo más" que una mera resolución judicial de una justicia supuestamente equivocada pero "independiente". Se sabe que vendrían los procesamientos más graves a distintos funcionarios del gobierno Ibarra, y a los que se quiere dejar en libertad mientras dure el proceso. Y para esos objetivos sería necesaria ahora la excarcelación de Chabán. Lo trágico y también ridículo, es que resuelta su libertad bajo fianza, prefiere quedarse preso porque la indignación popular no le aseguraría la vida... Si existe alguna demostración más palpable de la aberración del fallo judicial, es la decisión del preso de quedar adentro. Fue una manera de "testear"... Seguramente, y dada la justa indignación que cundió en toda la sociedad, las presiones a la familia de Chabán y a su abogado se habrán hecho sentir... Seguramente el consejo es esperar, para luego volver a la carga.

El Presidente K y sus funcionarios no pueden hablar desde el llano o haciendo equilibrios para quedar bien con unos y con otros, esperando salvarse. Deberían admitir claramente ante toda la sociedad el hecho incontestable de que la Justicia sigue igual o peor que antes: atada a los poderosos y a la mafia de los políticos que los representan, de los cuales e innegablemente, son también parte, como fundamentales responsables hoy.

Defender nuestra independencia

Una y otra vez se confirma la necesidad de alejarnos de los discursos equívocos de las alturas, para ir a los tozudos hechos que nos muestran más de lo mismo. Pedirle independencia a la Justicia o que imparta real justicia, es creer que lo que necesitamos es un mero barniz o un cambio de hombres, elecciones de por medio. En este plano como en la lucha por el trabajo, el salario, contra el hambre o por la independencia del país, se nos plantea la tarea de esbozar desde abajo un nuevo proyecto global y continental, completamente alejado e independiente de los poderosos, de ruptura radical con la sociedad que tenemos y que seguimos sosteniendo.

Dar todos los pasos necesarios y confluyentes para impulsar la construcción de un nuevo espacio social y político que proyecte las actuales luchas y demandas hacia una real transformación, debe representar -creemos- la principal tarea.