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Brasil :: 01/05/2017

Brasil: la mayor huelga de las últimas décadas

Ingrid Matuoka
Entrevista con la socióloga Maria Bridi. Eel argumento del régimen de que la reforma sirve para generar empleos es una falacia. Solo sirve al empresariado

“Con la reforma, el poder de los trabajadores queda reducido a cenizas”, asegura María Bridi, profesora de sociología. Para Bridi la sanción de la reforma laboral provocará un aumento de la violencia y la desigualdad.

El plenario de la Cámara de Diputados votó la Reforma del Trabajo (PL 6786/2016), una iniciativa del Poder Ejecutivo defendida en el recinto por Rogério Marinho (PSDB). Una vez más se impuso un trámite de urgencia para avanzar hacia la aprobación de la Ley, una de las maniobras de las que hizo escuela Eduardo Cunha, ideólogo-ejecutor del impeachment a Dilma, actualmente en la cárcel acusado de numerosos delitos. Esta vez el tahúr de turno fue el actual presidente de Cámara Rodrigo Maia (DEM-RJ). 

Inmediatamente las 9 centrales sindicales del país, que congregan a los principales sindicatos: metalúrgicos, transporte, bancarios, empleados públicos, docentes, petroleros, etc. convocaron a una huelga general para el viernes 28, que paralizó las grandes ciudades de Brasil. Se trata de la mayor movilización de los trabajadores en dos décadas.

De acuerdo con la última encuesta de IPSOS el 92 por ciento de las brasileñas y brasileños califican de erróneas las políticas del gobierno de Michel Temer y su imagen está por el piso, para algunos esas nulas expectativas en su futuro político-electoral le otorgan libertad para pagar los compromisos adquiridos con sus mandantes de los grupos económicos y tal vez blindarse de futuros procesamientos. Como contrapartida, el gobierno brasileño no puede escapar a la mayor recesión de este siglo y ahora enfrenta una resistencia civil y popular similar a la registrada en tiempos de los gobiernos militares.

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Menos debatida por la población que la reforma previsional, la Reforma del Trabajo (PL 6786/2016), puede excluir del contrato de pago las horas que se emplean para llegar al trabajo cuando es de difícil acceso, reducir los valores de la indemnización por daños morales, hacer prevalecer los acuerdos entre patrones y empresario por sobre la ley, posibilitar la reducción del salario o el aumento de la jornada de trabajo, además de una serie de modificaciones estructurales.

Maria Aparecida da Cruz Bridi, profesora de sociología de la Universidad Federal de Paraná y miembro de la Asociación Brasileña de Estudios del Trabajo, afirma que el argumento del gobierno de que la reforma sirve para generar empleos es una falacia. Esas transformaciones sirven al empresariado.

“¿Qué nación vamos a construir soltando la mano a la posibilidad de reducir la desigualdad? ¿Qué es una sociedad que no puede garantizar empleos? Cuando todo un país deja de creer en las instituciones, como ocurrió en Espírito Santo (1), ¿qué es lo que va a ocurrir?, pregunta la investigadora.

¿Cómo evalúa el conjunto de las reformas propuestas por el gobierno Temer?

No consigo ver cómo esas reformas ayudarán al trabajador o siquiera aumentar los empleos. Éste es el principal argumento del gobierno, pero no pasa de una falacia.

Se puede constatar empíricamente que el gobierno de Lula o Dilma creó muchos empleos sin alterar la CLT, como en la construcción civil, que fue uno de los sectores que más empleó en aquel período en función de toda la política de fomento de la economía sin necesidad de alterar la ley. Lo que crea empleo efectivamente es el crecimiento de la economía, son las políticas públicas.

Esas reformas están muy ligadas al empresariado, aunque ellos no lo asuman. Quieren el desmonte de una estructura organizada desde 1943, y que nunca llegó a alcanzar a la mayoría de los trabajadores. El resultado de esta reforma sólo puede ser la institucionalidad de la precariedad en el mercado de trabajo. Lo más grave es que no ha sido discutido con la población. Si esa reforma pasa, el negocio se coloca por encima de la legislación, y en una situación de desempleo va a ser más difícil para el trabajador – en condiciones precarias – formular exigencias.

La popularidad de Temer baja. ¿De dónde saca su poder para proponer y hacer aprobar reformas?

Él no tiene aprobación popular, no tiene legitimidad para hacer ese desmonte, sólo puede estar pagando por el apoyo que recibió de algunos de esos grupos. Temer tiene que entregar lo que prometió, sólo que lo que él prometió no fue discutido con la sociedad. Él sabe que no sería aprobado por las urnas.

Por lo menos con la reforma a la Previsión, la población hizo la cuenta, entonces es palpable lo que exactamente va a cambiar, por eso creo que hay más movilización. Conozco quien apoyó el “pato amarillo” [de la Fiesp] (2) y ahora se desbandó. Sin embargo, los perjuicios de la reforma laboral no son tan evidentes y la mayoría de los medios de comunicación no proporcionan la información de manera honesta y clara

Lo que estamos viendo ahora es un ataque al trabajo, que implica una crisis del futuro. Parte de la población que ya se jubiló está protegida, pero hay toda una franja de la juventud que va acceder a un mercado de trabajo completamente desestructurado y casi con la imposibilidad de jubilarse.

He oído a muchos jóvenes que cuestionaban por qué deben pagar la Previsión Social. Me pregunto si eso no tiene relación con la previsión privada. Porque que hay interés de ampliarla, aunque eso no esté explícito.

¿El medio empresarial tiene algún vínculo con la reforma laboral? ¿Cuál?

Todas esas reformas son un ataque del capital y de las fuerzas ligadas a ellos contra el trabajo, que es uno de los sectores más vulnerables de la sociedad. Cuánto más flexible el salario, la jornada, y cuanto mayor es la reserva del mercado, más favorable para el empresariado, porque puede bajar el salario. Las medidas a votar por el Congreso van a empeorar ese escenario y romper toda la protección construida en Brasil.

Toda la literatura en el área del trabajo muestra que en momento de una crisis económica hay una tendencia del empresariado de apretar donde él puede economizar, o sea, en la mano de obra. El trabajador es quien está en la condición de dependencia y es más vulnerable, porque él necesita del empleo y aceptará cualquier situación por un pedazo de pan. Por eso, cuando el mercado de trabajo está fortalecido el poder de negociación de los trabajadores aumenta. En la construcción civil ellos tuvieron un aumento salarial significativo, algunas categorías tuvieron aumentos del 70% y mejoras en las condiciones de trabajo. Y cuando el mercado está debilitado el desempleo aumenta y el trabajador no tiene poder para negociar. Con esta reforma, la fuerza de trabajo se reduce a cenizas, por ejemplo, con esta historia de que lo negociado entre las partes prevalece sobre lo legislado, esto es, que lo que estuvo acordado entre el patrón y el empleado tendrá fuerza de ley. Con ese discurso, ¿los ciudadanos pueden llegar a creer que la relación entre empleadores y empleados será igualitaria?

¿Cuáles puede ser algunas de las consecuencias de someter la legislación y los trabajadores al mercado?

Hace ya tiempo que los estudiosos han observado un proceso de precarización del trabajo en los países europeos. En Brasil eso fue impedido durante los gobiernos de Dilma y Lula, cuando hubo un movimiento de formalización de más del 50% de los empleados y el crecimiento del salario por encima de la inflación. Lo que los investigadores advierten es un avance de la precarización, la informalidad, contratación por hora, como ocurre en Inglaterra, Ya hemos escuchado, inclusive, que existen profesores tercerizados.

Asimismo, va a cambiar la Justicia del Trabajo, por eso hablamos de ataque al trabajo. Son diferentes frentes que serían desestructurados. En el momento en que el trabajador sale de la empresa, por ejemplo, él queda totalmente desvinculado, sin poder accionar en la Justicia del Trabajo posteriormente. Y la empresa podrá despedir y recontratar en la forma de tercerización, incluso por jornada. Ese va a pasar a ser el modelo. Otra importante consecuencia es la ampliación de la desigualdad social. Si Brasil ya era un país que enfrentaba la tarea de reducir los parámetros de desigualdad, por ejemplo, mediante la distribución del ingreso por salarios, cuando eso se fragiliza, se registra una profundización de la desigualdad.

¿Cuál es el perfil del trabajador que más será perjudicado con la reforma? ¿Y por qué?

Toda la clase trabajadora va a perder, pero los que más serán golpeados son las mujeres, los jóvenes y los negros, es lo que se observa en otros países. Solamente es mirar: ¿Quiénes son tercerizados? Habitualmente son aquellas profesiones que tienen menos prestigio. Nadie está seguro. Incluso los prestigiosos podrán ser despedidos y recontratados en otras condiciones. Sera una tierra arrasada. Considero gravísimo para los más vulnerables que están en la frontera entre la marginalidad y el desempleo. El pronóstico es muy malo, Cuando todo un país deja de creer en las instituciones como ocurrió en Espíritu Santo, ¿qué es lo que va a pasar? El trabajo merece una atención clave por parte de los gobiernos. Sin eso se rompen todos los nexos de la sociedad.

¿De aprobarse el texto, esa pérdida de derechos qué consecuencias puede traer a Brasil como sociedad?

¿Qué nación vamos a construir al soltar la mano a la posibilidad de reducir la desigualdad? ¿Qué es una sociedad que no tiende a garantizar empleos? Podemos prever el aumento de la violencia, y quien tenga condiciones de protegerse se atrincherará cada vez más. Es una fractura de la sociedad.

El neoliberalismo no alcanzó resultados positivos en ninguna parte del mundo, y el horizonte siempre fue la concentración de la riqueza. Desde el momento en que el neoliberalismo comenzó a avanzar, los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. Parece un estribillo, pero es lo que las estadísticas muestran.

Y ¿cómo considera el posible fin de las cuotas sindicales en este momento de pérdida de derechos?

Asimismo una situación extremadamente complicada. Si fuese un proceso discutido con las centrales sindicales y los trabajadores, algo construido de forma más consistente, hasta podríamos llegar a esa posición, pero eso no es posible en un momento de desestructuración del mercado de trabajo.  Se hace una reforma y al mismo tiempo eliminan la posibilidad de que los trabajadores reaccionen. Ello se suma, además, a la posibilidad de que lo negociado entre partes prevalece sobre lo legislado. Las categorías más organizadas van a conseguir mantenerse a duras penas, pero los trabajadores más dispersos no van a tener chance de resistir efectivamente, ni hacer valer sus derechos, hasta porque ¿cuáles derechos van a quedar?

La Justicia del Trabajo fue calificada recientemente por Gilmar Mendes como “laboratorio del PT”. El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (DEM-RJ), afirmó que el órgano “no tendría ni que existir”. ¿De dónde viene esa guarangada?

Esas afirmaciones significan que la Justicia del Trabajo todavía ofrece un contrapunto en ese caos, y su desmonte es un ataque más: reforman el trabajo, la previsión social, alteran la estructura y detonan la Justicia del Trabajo.

¿Qué se puede hacer para contener esa onda de retrocesos?

La huelga todavía es un instrumento de presión importante. En la huelga del día 28 de abril paró todo el país. Dependemos de una clase trabajadora organizada, pero sólo la huelga no es suficiente, es preciso fortalecer los sindicatos y presionar a sus representantes legislativos en una lucha cuerpo a cuerpo. Las izquierdas tienen que lograr unidad y determinar cuál es el interés como clase. Y si hubiese una próxima elección, renovar las bancadas y procurar un equilibrio entre las fuerzas. Históricamente, movilizar todos los medios ha sido la forma más eficiente de ampliar derechos. Pienso que buena parte de los que fueron atrás del “pato amarillo” abrirán los ojos, y ellos también tienen que movilizarse, no es posible que no logren ver lo que está ocurriendo, pese al blindaje que los medios intentan hacer. En Brasil, la historia fue muy cruel con las tentativas de luchar por derechos, pero no tenemos muchas opciones. O aseguramos lo que tenemos o los nexos de sociabilidad y de cohesión mínimas que se tienen en el país se van a disolver.

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Nota: 1.-  Estallido social registrado en Vitoria, capital del Estado de Espíritu Santo (febrero 2017), que dejó un saldo de casi un centenar de muertos, heridos y saqueos.  2.- El Pato Amarillo fue el emblema de la Fiesp (Federação das Indústrias do Estado de São Paulo) en su campaña contra el aumento de impuestos, durante 2015, que arrastró a  importantes sectores de la clase media paulista. 

Carta Capital. Traducción: Carlos Abel Suárez para Sinpermiso. Extractado por La Haine

 

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